Todos tenemos un lugar seguro, todos, aunque haya sido una vez, hemos ido ahí, ese sitio que nos hace reír, ese que nos abraza y acurruca como una manta, una que puede ser de plumas y liviana o también puede ser de esas que pesan más que uno mismo y son calentitas; ese lugar que es tan especial, tan lleno de paz y serenidad, ese que no nos seca las lágrimas, sino que deja que fluyan y rueden por nuestras mejillas hasta caer completamente, ese que toma y abraza nuestro dolor, sufrimiento y cualquier sentimiento que simplemente nos abrume o sobrepase, ese lugar que nos enseña que llorar es parte de crecer, ese lugar que nos hace sentir a salvo, queridos y felices
Ese lugar para mí, es una persona, más concretamente, un chico, cuando estoy con él se me olvida hasta ver la hora para no llegar tarde y que mi mamá no me rete, a pesar de que él siempre me acompaña a mi casa, es un chico el cual cuando yo estoy triste, solo escucha lo que tengo para decir, aunque yo ya le haya hablado de ese tema, aunque yo ya haya llorado a su lado por ese tema, él siempre me escucha, siempre me presta la misma atención que me presto la primera vez que se lo conté, es un chico que no trata de mejorar lo que siento, sino que acepta y entiende como me siento, que ayuda a sentirme mejor solo con su presencia, solo con escucharme, es un chico que me alegra, que me hace sentir como nunca me había sentido, un chico que me hace explotar y llorar cada vez que me pasa algo, como si o fuera una nena chiquita, como si todo lo que pasara en mi vida me afectara, como que el hecho de que mi mamá me ignore siempre que se enoja fuera un raspón en el codo, como si el hecho de que mi padre nunca me haya querido y me haya abandonado fuera una caída del tobogán al que tenía miedo subir. Pero no todo es malo, él también me hace sentir que estoy en un columpio, los columpios son mi juego favorito, el juego que me hace sentir que puedo volar y salir de todo esto, el también me hace sentir increíble y linda
Pero, no es él lo que me hace sentir todo eso, no es el espacio físico que acapara, no es su existencia lo que me hace sentir increíble y querida, no es el, es mi dolor, sonara raro, pero mi dolor es tan grande que lo agarro a él, se aferró a él, y ya no lo puede soltar, es mi dolor lo que me hace sentir así y pensar eso de él. Es mi dolor lo que me hace querer estar al lado de el, porque si no estoy al lado de el lanza una amenaza que me hiere, una amenaza que me mataría si él se va, una amenaza que asustaría hasta al más valiente
¿Lo amo? O, ¿solo amo el que apague un poco la amenaza que me tiene acorralada?
No lo sabré hasta que mi miedo desaparezca, porque, si desaparece y yo lo sigo amando, lo amaré porque de verdad es para mí, pero, si mi miedo y dolor desaparecen y yo ya no siento nada, será porque solo amo el cómo me hace sentir, libre y linda…
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Mini - Historias
AcakAmo escribir, por eso he estado escribiendo un par de mini - historias, relatos cortos, no sé, sólo sé que me gusta lo que escribo, espero y también te guste a ti