Narra Ramses:
- Estas bien? - dije al notar como agarraba su brazo con dolor -
- No es nada Ramses, estoy bien -
- A ver, dejame ver - le quite la mano y no me gusto lo que vi, tenía marca morada donde Moises la habia agarrado, sin duda me puse furioso -
- No es tan preocupante Ramses, se curara con el tiempo - dijo tratando de calmarme pero fue en vano -
- Llamare a Simut para que te vea el brazo, no voy a permitir que mi futura reina este lastimada por culpa de Moisés, si vuelve a hacer algo asi soy capaz de latigarlo todas las veces que sea necesario, nadie te va a volver a tocar mientras yo este aqui Azharath - dije juntando nuestras frentes y dejando un beso en ella -
- No te preocupes Ramses, Moises no me va a volver a tocar si estas a mi lado, como siempre lo haces -
- Y siempre lo hare Azharath - dije dejando un beso en sus labios y llevarla con simut -
Narra Azharath:
Llegamos con Simut y ya me estaba revisando el brazo aunque seguro no es nada de otro mundo.
- Y bien? Tiene algo simut? - pregunta Ramses con un tono preocupado -
- Tranquilo mi soberano, Azharath no tiene nada. La marca se puso morada por la fuerza aplicada en su brazo pero no es nada preocupante, puede quedarse tranquilo. Ahora le pondre una crema y mañana estara muy bien. Lo mejor es que descanse un poco para que se cure mas rapido - dijo Simut aplicandome la crema que estaba muy fria y dejando a Ramses mas tranquilo -
- Espero que sea asi, gracias Simut -
- Es mi trabajo soberano - dijo haciendo una reverencia -
- Bueno, ire a acostarme un rato, gracias Simut -
- Es mi deber señorita - dijo volviendo a hacer una reverencia -
- Te acompaño a tus aposentos Azharath - dijo Ramses tomando mi mano -
- Gracias Ramses - dije y salimos de allí camino a mis aposentos -
- Te dejo aqui y descansa, le hara bien a tu brazo y a tu - dijo Ramses acariciando mi mano -
- Si, tienes razon. Quiero que se cure lo mas rapido posible -
- Lo hara, te dejo que voy a ir a arreglar unos asuntos pendientes que tengo, ser soberano no es nada facil pero por suerte dentro de 2 lunas tendré a quien me acompañe para gobernar juntos y te conviertas en mi amada soberana -
- Ya espero con ansias ese día, ve a hacer lo que tengas pendientes. Luego te veo - dije sonriendo -
- Luego vendre a verte, adios Azharath - dijo depositando un beso en mis labios para luego irse, no antes de sonreirme -
Nahlia me saco las joyas para poder recostarme y asi que mi brazo se cure pronto.
Narra Ramses:
Me fui de los aposentos de Azharath con una sonrisa, ella es la mujer mas hermosa que he visto, no voy a cometer ningun error mas con ella. La amo mucho, su belleza es unica y no voy a permitir que nunca más nadie le haga daño, mataria a quien la lastime.
Antes de ir a mis aposentos, me dirigí a los aposentos de Moises. Queria dejarle en claro cual es su lugar y cual es el de Azharath.
- Soberano - dice haciendo una reverencia apenas me ve -
- Moises, que paso hoy con Azharath? -
- Nada Ramses, tranquilo, solo estuvimos hablando hasta que llegaste tu -
- Les has dejado una marca morada en el brazo Moises. ¡Como quieres que este tranquilo! Azharath no es cualquier persona, tienes que saber cual es tu lugar y cual es el de ella - dije echo una furia -
- Ya Ramses, perdón. No volvera a pasar -
- Eso espero porque no tendre ningun problema en mandarte a trabajar junto a los hebreos que tanto amas, Azharath va a ser mi reina, tu reina y la reina de todo Egipto junto a mi, gobernara conmigo todo Egipto y no voy a permitir otra falta de respeto hacia ella. Esta claro? -
- Si Ramses, no volvera a pasar -
- Bien, adios Moises- dije para salir de los aposentos de Moises e ir a los mios -
Me saque mis joyas y me acoste, mientras tanto me quede pensando en Azharath y en como Moises pudo ser capaz de lastimarla asi pero de lo que estoy seguro es que ninguna persona mas va a volver a lastimar a mi Azharath, juro q matare a cualquier persona que la lastime. Luego de estar pensando en ella me dormi.
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𝑀𝑖 𝑅𝑒𝑖𝑛𝑎 || 𝑅𝑎𝑚𝑠𝑒́𝑠
Fanfiction𝐴𝑧ℎ𝑎𝑟𝑎𝑡ℎ 𝑓𝑢𝑒 𝑒𝑛𝑔𝑎𝑛̃𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑀𝑜𝑖𝑠𝑒𝑠, 𝑙𝑢𝑒𝑔𝑜 𝑑𝑒 𝑑𝑒𝑟𝑟𝑎𝑚𝑎𝑟 𝑙𝑎𝑔𝑟𝑖𝑚𝑎𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑚𝑜𝑛𝑡𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑑𝑒 𝑚𝑎𝑡𝑎𝑟 𝑒𝑠𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑛𝑡𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑜𝑟𝑏𝑎𝑏𝑎𝑛. 𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑑𝑖𝑟𝑖𝑎...