prologo.

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El silencio de la habitación de aislamiento de un hospital es abrumadora, desde la máquina que detecta el cardio, hasta la máquina de da oxígeno es la única compañía del adulto que yace inconsciente en la cama médica como un cadáver, pero, aún respirando fríamente con un ritmo muy lento.

Paredes blancas son testigos de su soledad, de sus pensamientos vacíos donde los sueños son inexistentes ya que su mente no hay esperanza o algún deseo de crear nuevas ideas, recuerdos o emociones. Su cabeza calva, cubierta de vendajes, esconden una furte decisión que quería que fuera la última en su vida, no obstante, el destino como toda una maldita que solo quiere ver a los inocentes sufrir se lo negó. Ahí estaba, paralizado, con un rostro carente de sentimientos, aquel deseo de retomar su vida la rechaza con asco y fastidio. Los ojos de Savatt se abre con dolor, la mascarilla para oxigenación es incómoda, apretada, no encaja con su mentón y Tabique. Aquel molesta cosa rodeando su cara es acompañado por algo mucho más invasivo como lo es la aguja intravenosa que suministra suero a su cuerpo, cada gota era como llenarle de algo asqueroso que se esparce en todo su cuerpo y se pega, como chicle, en sus arterias, corazón y sangre.

La puerta se abre y para que entre una enfermera, su apariencia desordenada y cansada demuestra que tuvo un día muy pesado,  aquellas ojeras predominantes en su rostro quita su atractivo rubio a Ligua que su cabellos grasoso que no ha lavado por estar trabajo por días sin descanso, su vestimentas azules una pequeña mancha de algún líquido negro (probablemente coca-cola o alguna gaseosa.) Reposa en la parte del cuello, dos bolígrafos se ocultan en su bolsillo de enfermera, mangas sucias de sudor que están empezando a oler mal y demás cosas que degenera su apariencia, que se supone, debería representar la salud.

La mujer en cuestión ve al muchacho, abre los ojos excetpica y asustada. Aquella mirada expresa confusión, miedo, extrañeza y expetimismo se dirige hacia él, su corazón late con fuerza, sus manos tiemblan, su respiración se entrecorta y su estado catatónico solo le hace gritar:

"¡Doctor Ryze, el paciente 6 ha despertado!"

Corre aquella mujer para traer al doctor y que precencie esta improbabilidad estadística que es escapar de la muerte gracias a un suicidio fallido.

The Man Who lost The World (Un Fanfic De League of legends no canónica)Where stories live. Discover now