7~ Great Day

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Una mirada baja de camino a la universidad, con claro cansancio y dolor que no deseaba confesar.

¿Fue rechazado? ¿Tal vez le fueron infiel? ¿Fue humillado de otra manera?

No, solamente era una mañana común para Mike y sus deseos de quedarse en su hogar, aunque esta vez fue más dura porque no desayuno y le tocaba una jornada más larga por lo mismo de que tendría que repetir el examen de la semana anterior, todavía tuvo suerte que se le diera esa oportunidad.

Por otro lado, un alegre albino se le acercó para sacudirle el cabello con la intención de despeinarlo, aunque con la apariencia qué llevaba hasta quedo más presentable.

—¿Tanta pereza traes hoy, Mike?

—Rius... Me voy a matar.

—¿Por?

—La vida se trata de estudiar y desperdiciarla en un trabajo de mierda, solo quiero tener un día decente y quedarme durmiendo o comiendo en mi casa viendo películas.

—Si te matas nunca llegará ese día.

—... Mierda, es cierto.

—Venga ya, es viernes y el sábado podemos descansar, ¿Qué te parece ir a casa de Raptor y abusar de su cuenta de Netflix para darnos un maraton de alguna serie?

—El sábado trabajo en el centro comercial... Y el domingo es día de visitas a mis padres.

—Pensé que ya no les hablabas por lo que paso hace unos años.

—Me aleje, pero a pesar de no apoyarme mucho en mi carrera, siguen amándome... Cuando le gradué seguro estarán más tranquilos y volveremos a la normalidad —; Explicó con tranquilidad el castaño de ojos negros.

—Bueno... Hoy tengo la tarde libre, ¿A qué hora sales hoy?

—Creo que a las 3:30 p.m.

—Bien, entonces te esperaré para que almorcemos juntos, ¿te parece? Tal vez aprovecho para llevarte al peluquero.

—¿Por?

—Amigo, has descuidado demasiado tu cabello, me lo agradecerás.

—Supongo —; Dijo y termino de entrar a donde le correspondía. —Te veo más tarde Rius.

—Suerte Mike.

El día transcurrió normal, el albino aprovecho para hablar con su amigo de cabellos rojizos ya que este salió antes de sus clases.

Aparentemente Raptor seguía confundidos con sus sentimientos, nunca había pensado a profundidad sobre Mayo y sobretodo si se sentía atraído por este o solamente lo tomaba como amigo.

El albino tuvo que tolerar todo este desahogó del chico, al menos tenía buen chisme de sus amigos, aunque tampoco necesitaba los alaridos de pánico y confusión adicionales qué le brindó su amigo.

—Es que no entiendo, lo conozco de toda la vida —; Repitió por millonésima vez, haciendo que el de cabellos blancos finalmente llegará al colmo de su paciencia.

—Escucha amigo, es por eso, lo conoces desde hace tantos años que te acostumbraste a su aroma y a estar con él, lo que pasa es que no quieres aceptar que es tu piscolabis ni mucho menos que te gusta el hermano de tu mejor amigo.

—Pero...

—Solo has lo que dijiste, pídele una cita y vean en que resulta, eso los ayudará a ambos para que aclaren su mente.

—Bien... Eso haré —; Acepto después de lo que podría considerar un regaño por su forma de actuar. —A propósito, sé que no me incumbe mucho pero... ¿Ya le dijiste a Mike que eres un... Ya sabes?

—No y no planeó decírselo muy pronto, en mi compañía se siente y esta más seguro y no quiero que al enterarse de la verdad salga corriendo pensando que me lo quiero comer.

—No lo sé, Timba y Mayo reaccionaron muy tranquilos cuando les revelaste qué eras un Fork.

—En parte creo que ellos ya lo sospechaban, fue tanta tranquilidad que llega a asustar, al menos tu no tienes ese problema con tu uvita.

—No jodas.

Río con ironía y volteó a ver su reloj. —Son las 2:20 p.m y si mal no recuerdo a esta hora sale el amor de tu vida de sus clases, suerte y te espero con helado en casa para que llores si sale mal.

—“Gracias por el voto de confianza” —; Dijo con claro sarcasmo y se sentó en un borde a lado de unas plantas de la universidad. —Esto saldrá mal...

...

Finalmente salió de aquella horrible clase, iba algo cansado, pero aliviado de que iría a comer algo con su amigo y seguramente a dar una vuelta por el centro.

Siempre qué iban no compraban algo que no fuera comida, a veces era frustrante porque necesitaban alguna variante de ropa, pero la mayoría de ocasiones solo era para perder el tiempo y despegarse de los libros.

Ambos se fueron rápidamente de la universidad, primero pasando a un puesto de hamburguesas. Nuevamente ese no era el objetivo para comer, pero el castaño de verdad estaba sufriendo con solamente un chocolate y una botella de agua en el estómago.

Luego de eso lograron llegar al centro, donde el primer lugar a ir era más que claro, un puesto de yogurt helado, el favorito del albino y para el rubio seguía siendo un postre, así que no iba a renegar al respecto.

Era una salida casual y sin otras intenciones, se sabía perfectamente el amor que le guardaba, todo el grupo lo sabía, pero el despiste del rubio era más que claro cuando de confesiones o indirectas se trataba, así que el albino solo esperaba el momento adecuado.

—Vi un nuevo puesto de ropa en el segundo piso, tal vez te interese ir —; Comentó el de ojos negros con una sonrisa.

—No necesito ropa por ahora, pero si unos nuevos zapatos, estos están de que al siguiente paso se les caerá la suela —; Dijo con cierta burla al estado de su calzado. —Hay una zapatería por aquí, podíamos echar un vistazo antes de ir a que te arreglen la escoba que llevas en la cabeza a la que llamas cabello.

Si, era muy obvio porque el chico de aroma a limón no se daba cuenta de los sentimientos de su contrario, literalmente lo trataba como un amigo más.

Fueron a la zapatería, iban entre una platica casual sobre si era mejor el color rojo o el azul cuando llegaron al lugar.

“Hablando de azul”, pensaron ambos chicos al ver una cabellera azulada en el lugar.

Se acercaban con naturalidad a saludar, aunque detuvieron su caminar al ver como el chico salía con alguien que llevaba puesta una filipina blanca, una señal de que era un estudiante de medicina.

—¿Quién es ese? —; Preguntó el castaño confundido y según el escondiéndose detrás de uno de los estantes.

—No tengo idea, pero no parece en absoluto a un beta... De hecho intimida un poco —; Comentó el de ojos bicolor bastante desconfiado.

—¿Deberíamos acercarnos?

—No... Se nota que Timba esta bien, luego le preguntamos.

Vieron a los dos chicos salir del lugar y continuaron con su día.

Terminó bastante bien en su opinión, el albino obtuvo unos zapatos nuevos y el castaño se dio un pequeño cambio, tiñendo nuevamente su cabello, ahora para ser de cabellera rubia.

No se veía nada mal, de hecho parecería que ese era su color y sin dudas el albino pensaba esto, aceptando retocarse su cabello y tintando sus mechas rojas qué ya hace tiempo necesitaban un retoque.

Algo fue seguro y era que fue un excelente día a pesar de empezar mal.

Sweet {Cakeverse - Compas}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora