3. ERES MI OMEGA

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Esos alfas estaban utilizando sus feromonas para controlar a su amo ¡¿cómo las Yi autorizaban eso?!

Los alfas se levantaron sin soltar al omega.

—¿Qué haces- —uno de los alfas se levantó para sacar de allí a Huang, pero no pudo terminar cuando este lo golpeó fuertemente a puño cerrado haciendo que cayera al piso totalmente desmayado por el fuerte golpe.

Y al ver la acción también se levantaron los demás soltando así al amo Yi para que Huang ya no causara impedimentos en la situación.

Qiang aún estaba débil por la gran cantidad de feromonas en la habitación, quería levantarse y ayudar a Huang pero su cuerpo no dejaba de temblar.

Y cuando menos lo esperaba vio nuevamente los cuerpos cayendo.

—Joven amo. —Huang rápidamente se acercó.

Qiang no podía mencionar una palabra, su cuerpo no dejaba de temblar y su respiración se estaba volviendo cada vez más pesada.

Fue en ese momento que Huang sintió el aroma de este, el cual se estaba volviendo cada vez más fuerte.

¡Si no actuaba rápido su amo entraría en celo allí!

Rápidamente buscó en su saco si tenía algún tipo de pastilla o jeringa, puesto que siempre mantenía pastillas de ese tipo por cualquier cosa.

Y entonces vio que tenía tres pastillas y una jeringa.

Pero la jeringa era mucho más efectiva, por lo que se decidió por esa, puesto que las pastillas eran más suaves, y lo de su amo ya era urgente porque este ya tenía signos de entrar en celo en cualquier momento, ¿y cómo no? Si muchos alfas habían utilizado sus feromonas para controlarlo estando cerca de su celo.

—Joven Yi, resista un poco, puede que el líquido sea un poco doloroso. —Huang se agachó a lo que Qiang se aferró a su pecho mientras jadeaba.

Después de quitarle el saco y hacer a un lado su camisa para tener acceso a su piel expuesta, Huang solo sintió como Qiang apretó un poco su agarre, los líquidos de la jeringa para detener un poco el celo eran verdaderamente dolorosos.

Después Huang colocó un algodón en donde había puesto la jeringa para que no estuviera expuesta y nuevamente colocó bien la camisa de este con su saco.

Ahora solo había de esperar que la respiración de su amo se calmara un poco, obviamente el celo iba a volver nuevamente dentro de unas horas, pero era mejor que no lo sufriera ahora con él en la oficina.

Y después de diez minutos, Qiang pareció haberse calmado un poco, la jeringa tardó un poco más en hacer efecto, pero eso era entendible, prácticamente era un milagro que hubiese funcionado a esas alturas.

—¿Huang? —levantó la cabeza viendo al mencionado.

—Soy yo, joven amo. 

Qiang suspiró un poco aliviado, pero su tranquilidad no duró mucho, pues recordó el duelo, y justo cuando estaba recordando eso se escuchó un ruido muy grande, ocasionado por la multitud.

Y allí, comprendió la situación.

Alguien ya había ganado…

Se levantó de golpe y corrió hacia donde los duelos de los Yi se llevaban a cabo, cosa que no era muy retirado de allí, Huang lo siguió apresurado también, no quería que este sufriera otro incidente si lo volvía a dejar solo.

Cuando finalmente el omega estuvo cerca del lugar puso sus manos sobre los barandales donde pudo ver lo que más temía.

Ming había perdido...

El Príncipe Y La Rosa Dispuesta ⁺²¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora