5. EL PRINCIPIO DEL ABISMO

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Años atrás...

Abrió los ojos encontrándose solitario en esa habitación y con los recuerdos claros de aquel hermoso sueño, se sentó en la cama y miró hacia donde estaba aquel libro que aún no estaba completo.

—¿Por qué sigue apareciendo? —suspiró poniendo sus manos en su cara y segundos después se levantó para comenzar el día. 

Al llegar la tarde continuó con el libro que aún faltaba completar, los sueños eran seguidos por lo que decidió ir escribiendo estos en ese libro que había ido formando una historia que aún no llegaba a su fin.

Se le hacía extraño ya jamás había tenido sueños tan seguidos y peor aún que parecieran una película que cada vez que dormías continuaba.

Desde hace seis meses habían empezado, él solamente tenía catorce años, no sabía que significaba y tampoco le había comentado nada a sus padres.

Al principio fue normal para él, pues solo era un simple sueño que presentaba un reino con muchas personas fieles a las leyes y felices en aquel lugar.

La segunda noche ya miraba a un hombre que parecía tener el control y fidelidad del pueblo, más sin embargo no miró su rostro.

Pero la tercera noche ya se le empezó a hacer extraño soñar la continuidad de lo que parecía ser una historia.

Seguía soñando con la vida de ese hombre, quien era el hermoso y querido príncipe del reino sin que nada cambiara, simplemente soñaba con la vida aparentemente perfecta de este.

Eso hasta que la noche anterior había soñado con algo contrario a todo lo anterior.

El príncipe no estaba feliz. Jamás lo había estado.

Solamente había estado sirviendo a su pueblo y regalando amabilidad y sonrisas a todos ellos, ¿pero quién le sonreía a él con verdadero cariño?

Su pueblo lo amaba aparentemente, pero sabía que sería lo contrario si cometía el mínimo error, nadie se quedaba su lado permanentemente, nadie lo amaba, solo le eran fieles por su beneficio…

¿Había valido la pena dedicar tantos años? Al final había hecho a todos prosperar y ser felices, ¿pero quién lo hacía feliz a él?

Nadie…

En ese momento comprendió que todo lo que había estado soñando era una simple mentira, los sueños que siempre parecían ser felices mostraron la verdadera y cruda verdad de la situación.

Desde ese momento sus sueños se tornaron tristes, toda aquella felicidad que pudo ver en los anteriores ya no existía en estos, todo era gris. El príncipe no tenía a nadie.

Fue cuando se completaron ocho meses de tener este tipo de sueños, al caer la noche como lo esperó tuvo otro de los sueños, pero en este, el príncipe tenía un mareo que lo había llevado a no poder levantarse, su salud había empezado a deteriorarse a pesar que parecía aún joven.

Fue allí que todo había dado un enorme giro, el príncipe que nada mal había hecho, había recibido una desagradable noticia. 

Los doctores le habían dicho que se trataba de su corazón.

Tenía una grave enfermedad, y muy pronto moriría…

Esa noche, Wang Cong no pudo despertar temprano para escribir eso en su libro. Simplemente, su corazón se detuvo.

—¡Wang Cong!

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—Tu hermana me dijo que no habías llegado como teníamos acordado- —detuvo sus pasos al llegar a la terraza y ver a su hijo viendo el ocaso con unos ojos tan apagados que le hicieron sentir un cuchillo atravesar su corazón.

El Príncipe Y La Rosa Dispuesta ⁺²¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora