4. Sin gritar

108 9 0
                                    

Después de que Bruce se fuera, fue algo difícil cuidar a Tony por que ahora que ya tenia mas confianza en Steve solia agarrar cosas, preguntar su funcionamiento, para que eran, incluso llego a asusarse cuando su IA le contesto, mientras el cintifico estuvo ahí fue quien se encargo de explicarle todo al castaño y mientras mas sabia mas curiosidad le daba.

Thor y Loki aun no volvian de Asgard parecia que su problema fue serio para tardar tanto, en cuanto a los demas Vengadores... bueno ellos casi no estan en la torre.

Fury estaba al tanto de todo, dejo que el Capitán se hiciera cargo del pequeño inconveniente, así que tenía un descanso muy agotador.

En la noche Steve despertó por un movimiento bajo las sábanas que subía poco a poco.
El Capitán se quedó quieto y levantó la sábana que lo cubría dejando ver al pequeño Tony acomodarse a su lado y abrazar su brazo.

- Tony ¿qué haces aquí?- preguto Steve encendiendo la luz
-Queria dormir contigo hoy, tuve una pesadilla- sentándose
- Lo siento pero debes regresar a tu habitación- dijo firme
-Solo por esta vez, tengo mucho miedo, el pasillo está oscuro y hace frío aya-
-No pienso caer en ese chantaje, regresa a tu habitación-
-Solo por hoy por favor- sus ojitos estaban rojos y volvió a abrazar a Rogers

Steve podía ser muchas cosas en opinión del Tony adulto pero no un protector o alguien en quien confiar pero para el Tony pequeño era la persona más maravillosa del mundo y en este momento a la única que tenía, lo dejo acomodarse a su lado pero sin abrazos, ni invadir su espacio de la cama, el niño aceptó muy a su pesar.

En la mañana Steve sintió un peso extra en su cuerpo, al abrir los ojos Tony estaba encima de él, dormido en su pecho de forma tan profunda que el rubio no tuvo la fuerza para moverlo o despertalo, la tranquilidad de su rostro y la calidez de su cuerpo hizo que Steve volviera a dormir otro rato.

Después de eso Tony llegaba en las noches a dormir con Rogers, cada vez se iba encariñando poco a poco con el castaño que también iba empezando a acercarse y confiar en él.

Casi un mes y aún no había rastro de los dioses nórdicos, Tony seguía como niño y ya empezaba a hacer falta en industrias Stark, Pepper se estaba asiendo cargo pero aún necesitaba la firma del castaño para algunas cosas, los trajes de algunos Vengadores ya necesitaban los tan presiados ajustes y revisiones que hacia cada semana para asegurarse que todo estuviera en orden.

Por otro lado ya necesitaban al Capitán América de nuevo en acción, aunque Fury no había querido llamarlo aún hasta que la información de la misión estuviera confirmada para atacar. 

Steve ya quería volver a las misiones, estar encerrado no era su estilo, en algunas ocasiones llegó a impacientarse y entrenar más de lo que acostumbraba.

Tony estaba curioseando por toda la torre y entró al cuarto del soldado, brinco a la cama jugando con el pequeño Capitán América que había encontrado en sus cosas, abrió un cajón y encontró un reloj, lo tomo entre sus manos y estuvo jugando con el durante toda la mañana.

Bajo corriendo y encontró al rubio, le hablo emocionado.

- ¡Steve! - dice Tony -¿Jugamos?- sonríe
- No ahora no - sin prestar atención
- ¿donde está la tía Peegui?-
- ¿qué?- confundido
- La tía Peegui- le muestra el reloj con la foto de la mujer en el
-¿de dónde sacaste eso?- serio

Tony agachó la mirada sabía que no estaba bien a ver tomado eso sin permiso.

- Lo tome, lo lamento- dice tímido
-Damelo- extiende su mano

El castaño niño se acercó al hombre temeroso por las represalias de su acto, estando casi cerca del rubio, Tony tropezó tirando el tan preciado reloj, las piezas salieron volando a los lados.

El soldado se levantó molesto, era de lo más evidente que estaba furioso.

-Ve a tu habitación estas castigado- dijo con el semblante más serio que el niño había visto hasta el momento
- Yo.. lo lamento, quizá pueda arreglarlo- tomando las pequeñas pieza entres sus manos
- Dije que fueras a tu habitación-

Tony empezó a sentir sus lágrimas escapar de sus ojos, se sentía mal por haber hecho enojar al Capitán, se reprochaba a si mismo el que si no hubiese agarrado nada todo estaría bien.

Cuidando a Tony Stark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora