En un mundo donde la raza humana desconoce de la existencia de los alfas y los omegas, Felix se muda a una remota isla helada. Sin saber que lo más frío que habitaba aquel lugar, era el corazón congelado de Bang Chan.
🝱 ! Autor original: la...
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Es el primer día de fuego y Felix pasa la tarde completamente solo.
Chan le había preparado el desayuno y la comida, y le había explicado entre besos que debía marcharse a por su único regalo para este elemento. Así que Felix se pasa el día viendo películas en Netflix mientras se aburría y esperaba la llegada del alfa con impaciencia.
Cada minuto se desesperaba más, ya que en su cabeza seguía aquello que no sabía como explicar, torturándolo y haciéndole sentir increíblemente mal.
Pero entonces, en mitad de la tarde, su teléfono suena mientras está viendo la segunda película de Crepúsculo.
El nombre "Jisung" aparece en la pantalla, sacándole una pequeña sonrisa. Estaba amando el cortejo y pasar todo el tiempo con Chan, pero no podía evitar echar de menos a sus amigos.
—Hola -Saluda alegremente-
—¡Felix! ¿Como estas, amor? ¿Nervioso?
—¿Nervioso? -Pregunta confundido.-
—Fuego es el siguiente elemento ¿No? -Jisung dice en tono divertido- ¿Te recuerdo lo que pasa en ese elemento o...?
—No hace falta -Le interrumpe, notando como el calor sube rápidamente hasta sus mejillas.- No estaba nervioso hasta ahora. Chan se fue hace un rato y aún no ha regresado ¿Debería preocuparme?
—Está con Minho eligiendo tu regalo. En algún recoveco de la isla, hay un alfa que prepara todo tipo de regalos para los cortejos. El regalo de fuego es solo uno, y seguramente tardan tanto porque Chan es un perfeccionista que quiere su propio diseño. -Explica, y aunque Felix no puede verlo, sabe que se encuentra rodando los ojos-
—Entonces moriré de nerviosismo y aburrimiento.
Porque sí, Felix ahora se encontraba realmente nervios por lo que iba a suceder en esos dos días. Chan le había explicado que si lo anudaba, le dolería mucho más que a un omega, habían discutido las cosas más importantes, la forma de hacerlo más cómodo para ambos...
Y ahora que Felix recuerda todas aquellas conversaciones que había mantenido con el alfa, no puede evitar sentir un calor esparcirse por todo su cuerpo.
Así que sí, el rubio era un manojo de nervios ante lo nuevo y lo desconocido.
Hubo silencio al otro lado de la línea por varios segundos, donde Felix mordió la uña de su dedo índice con nerviosismo.
—Estaré allí en diez minutos, tengo una idea.
Así fue, Jisung llega poco después en su coche blanco, donde ambos se suben antes de que el omega empezara a conducir hasta el pueblo. Y una vez llegaron, se dedicaron a comprar chocolate caliente y pasearon por tiendas aleatorias, parándose en alguna que otra a comprar varias cosas.
Y aquello ciertamente ayuda a Felix a no pensar en nada más que en disfrutar de la compañía de su mejor amigo, en admirar las tiendas y en perderse en el delicioso sabor del chocolate caliente, en reír con el omega y olvidar lo demás.
