Rivales por Robby Keene

Capitulo 20

Miguel acaricia el cabello de Robby cuando lo tiene entre sus brazos, escuchando como suelta pequeños sollozos

—Confíe en él Miguel, te juro que creí que era diferente, que me haría caso cuando le advertí de Silver— Robby ya no quiere llorar, se seca las lágrimas y sabe que se ve terrible

—Aveces así pasa Rob, creemos que una persona es demasiado buena...— Miguel encuentra sus ojos con los de Robby que están rojos por llorar

—Miguel...

—¿Si?

—Yo escuché la plática en la biblioteca— Confiesa, Miguel traga saliva nervioso

Trata de rememorar sus propias palabras, esperando no haber dicho algo que delatara sus sentimientos

—¿Escuchaste todo?

—Ujum... Gracias por defender lo nuestro— Eso sono mal, piensa poniéndose nervioso

—¿Nuestra amistad?— Pregunta Miguel completando la frase

Eso no es lo que quiso decir Robby, sin embargo sabía que con Miguel no llegaría a un nivel más alto

—Eso...No creí que Xander fuera así, discúlpame.

—No te disculpes por lo que ese tarado dice, mejor salgamos de aquí con Blacky, quiero que te sientas bien—
Lo anima, caminando por el cuarto para ponerle la correa a Blacky— ¡Vamos Robby! ¡vístete!

—Pero Miguel, yo quería deprimirme a gusto!

—¿Deprimirse? ¡Nop, iremos a comer algo!

Y así Robby se cambió de ropa, hizo una sonrisa a Miguel.

—¡Te vez increíble! ¡Vámonos!— Está siendo arrastrado hacia la salida

—¿Pero a dónde vamos? ¡Miguel!

Y así fue arrastrado hasta un puesto de comida mexicana no muy lejos del complejo de departamentos

—Pero eres ecuatoriano— Comenta mientras se sienta

—Nunca está demás probar diferentes comidas— Exclama Miguel sonriendole mientras la mesera se acerca, ellos ordenan y Blacky está siendo feliz alado de Robby

—¿Porque venir a comer?

—Comer ayuda a aliviar el dolor, ándale, come un poco— Robby agarra un poco del platillo de Miguel

—Esta bien. Ok, admito que la comida si ayuda a aliviar el dolor, me gusta

—Robby, no quiero que sufras, y menos por ese tonto.

Robby sonríe, mientras bebe de su soda.

—Blacky es feliz contigo, a Xander siempre le ladraba, Es curioso, ¿No?

—Chistoso, en realidad.

Ambos voltean a ver al pequeño ya no tan pequeño perro de pelaje dorado.

[…]

Terminan de comer y regresan a casa, ahora es Miguel quien se encarga de llevar a Blacky

Y cuando se despiden, Miguel no duda en abrazar a Robby, pasando una mano por su pelo

—Gracias Miguel— Agradece en voz baja, aprieta la cinta que ata a Blacky, le tiembla la mano

Está nervioso, estar cerca del moreno lo dejaba casi inmóvil, emocionado por tenerlo cerca