⋆⭒˚｡⋆ Amarnos es imposible { Robin Buckley }

Cap 6. "Milo, dime la verdad."

Yo regresé a la heladería limpiando las lágrimas que rodaban por mis mejillas. Justo antes de entrar tomé aire y practiqué mi voz para que no sonara quebrada; estando todo listo, entré.
No había mucha gente así que entré directo al mostrador.

- Hola, Mills — me saludó Robin mientras acomodaba cosas ahí mismo.

- Ho-hola — respondí desanimada, mi mente no dejaba de dar vueltas entre si decirle a Steve lo que pasaba, terminar con Billy, pelearme con él; sólo sabía que cualquier cosa que eligiera iba a tener una mala reacción de Billy.

Robin volteó a verme.

- ¡Mills! — se acercó hacia mí preocupada y me tomó de las mejillas con delicadeza.

- ¿Q-qué? — mi voz se puso temblorosa.

- Milo Harrington. Quiero que me digas la verdad. ¿Qué te hizo Billy?
— cuestionó mientras revisaba mi barbilla. Como no me ví el rostro después de la "charla" con Billy, no me di cuenta de que me había dejado unos pequeños moretones por sus bruscos agarres.

Yo sólo me quedé callada y Robin me llevó a donde Steve para que me viera.

- Steve — dijo Robin con la voz seria mientras me tomaba de los hombros por detrás.

Yo miraba a Steve con cara de perrito regañado.

- ¿Qué pasa? — Steve se levantó preocupado, pues desde donde estaba no se notaban los moretones.

Yo intenté agachar la cabeza para que no me viera pero fue en vano, Steve me tomó mis mejillas con cuidado y observó esos moretones que estaban en mi barbilla.

- Mills... linda, ¿Billy te hizo esto?
— preguntó sólo para confirmar, él sabía que Billy era un imbecil capaz de hacer cualquier cosa.

- No... — mentí agachando la cabeza sin poder mirar a Steve a los ojos.

Robin sólo miraba.

- Mills, no me mientas — Steve intentó mover mi cabeza pero no lo logró.

- No es mentira... me golpeé de camino hacia acá — volteé a verlo a los ojos con una sonrisa que se notaba fingida.

- Bien. Suéltala Robin — ordenó Steve.

- Ok... — Robin me soltó dudosa.

- Nosotros tenemos que seguir trabajando, Mills, tú quédate aquí, puedes dormir un rato si quieres
— por último sonrió y me dió un beso en la frente.

Yo le devolví la sonrisa y me despedí de ambos. Ya en el mostrador, Steve se colocó frente a Robin mirándola a los ojos.

- Es claro que fue Billy, y si no quiere decírnoslo es porque la tiene amenazada o algo; a ambos nos tiene confianza y nos diría cualquier cosa.

Robin sólo asintió intentando sostener las lágrimas en sus bellos ojitos que se pusieron llorosos al pensar en lo que estaba pasando yo sola y en que no podía ayudarme si yo no me dejaba.

- Bien. Sigamos trabajando — ordenó Robin limpiándose las lágrimas.

Todo siguió con normalidad, yo sí me quedé dormida hasta el momento de irnos.

- Mills, ya tenemos que cerrar e ir a casa. — Steve me sacudió con cuidado para levantarme.

Yo me desperté y algo adormilada me levanté de la silla donde estaba sentada y Robin me sostuvo para poder caminar hasta el auto de Steve.
Robin me subió en los asientos traseros con ella, donde me recosté en su regazo y volví a quedarme dormida.

Llegamos a casa de Robin.

- Listo, Robin. Fue un gusto conocerte, linda — Steve miró a Robs en el espejo retrovisor y sonrió amablemente.