⋆⭒˚｡⋆ Amarnos es imposible { Robin Buckley }

Cap 2. Una amiga nueva...

— me sonrojé un poco ante la acción de la contraria, es bastante amable y se ve que es dulce. — Nunca te había visto por aquí, ¿eres nueva?.

— soltó una risa algo desanimada — Entonces la señora Mills Harrington nunca tuvo ojos para verme...

- ¡¿Eh?!... bueno, supongo que estoy muy ocupada con Billy y sus amigos como para ver entre la demás gente y encontrar amigos para mí — reí nerviosa.

- Ya veo... pero en ese caso. ¡Ya encontraste una!, yo, Robin Buckley, voy a ser tu nueva amiga — golpeó su pecho demostrando orgullo.

- ¡¿Enserió?! — mis ojos se agrandaron y brillaron como no lo habían hecho de un tiempo para acá.

- Sip, conozcámonos más. Hoy en el receso podemos comer juntas y platicamos sobre nosotras y cosas así — sonrió. Tenía una sonrisa DEMASIADO linda, aparte de que se veía que era una sonrisa genuina, no como la que me mostraban las amigas de Billy.

- Mmhh — dudé un poco de su sugerencia.

- ¿Qué pasa?, ¿acaso eres muy cool para comer con una chica normal que le pone esmero al estudio?

- ¡No!, no es eso... es que a mi novio no le gusta que me junte con nadie más que con él — dije y agaché la mirada.

- No te preocupes, Mills. Podemos juntarnos otro día — propuso regalándome una linda sonrisa.

- Pues... — quería ir con ella, pero no quería hacer sentir mal a Billy — ¿Sabes qué?, vamos a juntarnos tú y yo. Billy no se va a morir porque no me junte con él un día.

- ¡Bien!. Ahora pasemos a clase, que la profesora no tarda en llegar — dijo mientras me empujaba con delicadeza para entrar al salón.

Y así fue. La maestra llegó y tomamos su clase como de costumbre; sólo que esta vez estaba más divertida, hablé con Robin sobre cosas que nos gustaban a ambas, como cantantes, lugares, etc. Cuando se llegó el momento del receso ella y yo nos fuimos a unas bancas algo alejadas de la cafetería, porque sabía que si Billy nos veía, nos iba a hacer algo a las dos.

- ¿Cuál es tu helado favorito? — preguntó con una sonrisa en el rostro. En sus ojos se veía que estaba feliz.

- Mmh, ¡vainilla con cerezas!. ¿Y el tuyo?.

- Es el de cho- — fue interrumpida por una voz masculina proveniente de atrás.

- Y bueno... entonces qué, ¿me abandonaste por venir con esta idiota? — la voz se dirigía lentamente hacia nosotras.

- ¡¿Bi-Billy?!, ¿qué haces aquí?, precioso...
— no sabía qué hacer, mi cuerpo completo estaba temblando como gelatina.

- ¡Hey!, ¿qué te pasa?, imbecil. Yo no soy ninguna idiota — gritó Robin defendiéndose de Billy mientras se levantaba de la banca.

- Uhm? — volteó a ver a Robin con rabia en sus ojos.

Estaba completamente asustada, no quería que Billy lastimara a Robin, ella me caía muy bien y no quería que saliera herida por mi culpa.

- No, Robin, no... — dije con los labios sin hacer ruido alguno, al igual que hacía ademanes para que Robin se detuviera y no lo retara. No tenía idea de lo que era capaz.

Robin me hizo señas de que todo iba a estar bien, pero ella no sabía lo que Billy podía hacerle si no paraba. Así que las lágrimas empezaron a salir de mis ojos.