Siempre estaré a tu lado. (Ama Blitz y T/n)

pelea 2/2

T/n: No te sientas mal, se lo merecia *se levantó furioso de la banca y se dirigió hacia la casa*

Rivers: Espera hermano, ¿adónde vas?

T/n: Voy a arreglar esto de una buena vez * el joven puso rumbo hacia la casa donde su ex novia estaba, tardó solamente unos minutos. Al llegar, tocó un par de veces la puerta, y para su sorpresa, quien le abrió fue un joven de cabello castaño, un año menor que él, el cual una vez llamó “mejor amigo”. Al verlo, su enojo se disipo por unos instantes y soltó una ligera sonrisa*

T/n: Hola, Juan.

Juan: T/n, hermano….

*En cuestión de milésimas de segundo, los dos amigos se fundieron en un fuerte abrazo*

Juan: Me alegra tenerte de vuelta, amigo mío. Todos hemos sufrido con tu ausencia durante todo este tiempo, pero ahora estás aquí, con nosotros, y todo volverá a ser como antes *tras esas palabras, los dos sonrieron mostrando sus más perfectas sonrisas*

Ama: Juan, ¿quién era el que tocaba la…? *mencionó mientras se acercaba al joven para corroborar lo que le estaba preguntando, sin embargo no esperaba que quien llamara fuese un fantasma del pasado.*

*El momento, incatalogable por el mismo T/n, había llegado. Los ojos de T/n se cruzaron con los de ella. Si Juan se había quedado helado, ella se sentía como si la hubieran introducido en un tanque de nitrógeno líquido. Él escaneó la figura de ella con suma curiosidad.*

*Su cabello había crecido muchísimo, casi llegándole hasta la mitad de la espalda, y su cuerpo se mostraba provocativo ante él, bien definido y con unas armas de mujer bien ocultas bajo una blusa sin mangas de color negra, y unos finos pantalones a juego. Su piel blanca y sus finos y sensuales labios quedaron plasmados en la mente del joven. T/n tuvo que admitir que estaba bastante guapa, no, muy guapa.*

*Ama, desde su perspectiva, sentía como si él la hubiera visto como con rayos X, y quedó hipnotizada al ver su cara y esa ligera barba que, al entrar en contacto con su piel, seguramente le produciría un vertiginoso cosquilleo recorriéndola de pies a cabeza. Aquel cuerpo parecía haber sido sacado de una escultura griega, y aquel cabello desordenado, pero a ella ambos rasgos la resultaron irresistibles. La tarea de mirarle a los ojos parecía casi imposible, pues él era mucho mas alto que ella. Por último, en sus ojos encontró una extraña mezcla de sentimientos como nostalgia, alegría, dolor y algo de frialdad. Teniendo la sensación de que su boca estaba totalmente cosida, no se pudo formular palabra alguna.*

T/n: Amairani *Aquella única palabra supuso para ella como si le hubieran arrancado el corazón y, después de eso, lo pisotearan frente a sus propias narices. Se sentía extraña, pero, por otro lado, también sentía como si mereciera su indiferencia. Lo había tratado muy mal en el pasado (aunque el nunca lo supo) e incluso deseó no volver a verlo nunca. A excepción de Rivers y su familia, Ama fue la que más lloró por su ausencia, y auto-condenándose con la idea de que jamás volvería a verlo, pero allí estaba él ahora, frente a ella.*

*Era tan idéntico y tan diferente, a la última vez que lo vio en aquella fiesta. Sin derrumbarse ante él, por fin consiguió sacar el valor necesario para responderle.*

Ama: Hola, T/n *respondió con una sonrisa medio forzada, y reprimiendo el deseo de ponerse a llorar delante de él*

*El tiempo parecía haberse detenido para ellos dos. Sus miradas, la dura de él y la destrozada de Ama, volvieron a cruzarse otra vez. De no ser por el enojo que le refrenaba, se habría acercado a su ex y le hubiese dado un fuerte abrazo, descargando así todo el dolor que contagiaba a su condenada y solitaria alma, pero se controló. Sentía gustosos deseos de no separarse de ella, pero también de dejarla atrás por siempre. Ella también tentaba con la idea de sentir el olor de su cabello y su fuerte cuerpo alrededor de suyo, y fundirse en el más tierno de los abrazos, pero creía que no era merecedora de ello, ¿era aquel realmente T/n, su T/n…? Por desgracia para ella, así era, aquel era el T/n que conocía, pero que el tiempo y una indefinida masa de sufrimiento le habían convertido en el que era ahora: alguien con carácter reservado, frío y distante.*