Primer año: Consecuencias

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La sala común de Gryffindor estaba abarrotada de estudiantes cotillas. Todos parloteaban, hablando de quién podría estar detrás de la broma. Al parecer, Snape se las había arreglado para cabrear a un buen número de personas; Sirius se preguntó vagamente si habría alguien a quien le cayera bien, aparte de Lily.


Siguió a sus amigos hasta su habitación, donde el ambiente era silencioso y sombrío. Remus estaba sentado en su cama y miraba al suelo, con cara de estar enfermo de culpa, y James lo observaba con aprensión. Sirius quería sacudirlos a ambos. ¡Aquella era probablemente la magia más genial que ningún alumno de primero había hecho jamás!


"¿Qué ha pasado?" Preguntó James, con cuidado. "¿Perdiste el control? Ha sido una magia muy fuerte".


Perder el control. Perder el control del hechizo hizo que la nube se disipara, que la lluvia se desvaneciera; lo que Remus había hecho requería precisión, poder. Sirius no pudo callarse más.


"¡Ha sido increíble!" Dijo, con fiereza: "¡Se lo pensará dos veces antes de volver a cruzarse con nosotros!".


"Pero... quiero decir, no queríamos hacerle daño, ¿verdad?". James frunció el ceño.


"Está bien, solo estaba fingiendo, para meternos en problemas".


"¿Nos meteremos en problemas?" preguntó Peter, nervioso-. No lo hicimos todos, ¿verdad? Sólo fue..."


Sirius le dio una palmada en la nuca,


"Rata", sacudió la cabeza, disgustado, "Somos merodeadores. Todos para uno y uno para todos".


Peter entrecerró los ojos, murmuró: "Lo que sea que eso signifique", y se fue a enfurruñarse en su propia cama.


"Yo lo hice, vosotros no deberíais meteros en problemas". Dijo Remus sombrío, con los ojos aún pegados al suelo.


" ¡La mitad de la idea fue mía!" Sirius le recordó, "¡Yo hice la investigación! No te preocupes, Lupin, te apuesto lo que quieras a que está bien".


Pero Remus siguió abatido. "Si lo está, no será gracias a mí".


Sirius quería poner los ojos en blanco. ¿Por qué todos sus amigos se comportaban como chicas? Pero entonces Remus miró a James, con la mirada fija, y dijo,


"Sí que quería hacerle daño".


Sirius soltó un suspiro, pero Remus no le miraba. Estaba hablando con James.


Llamaron a la puerta, interrumpiendo lo que James pudiera haber dicho. Era Frank Longbottom.


"Vosotros cuatro tenéis que venir al despacho de McGonagall, ahora", les dijo. Actuaba como si alguien hubiera muerto, y por primera vez Sirius sintió una punzada de preocupación: no habían hecho daño a Snivellus, ¿verdad?

All the Young Dudes (Perspectiva de Sirius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora