¢яєí qυє ρσ∂яíαѕ ¢αмвιαя, ᴬᶻᵘˡⁱⁿ ˣ ᴼᶜ

12

Los pasos de los soldados sonaban por el bosque mágico, cortaban las flores, ponían sus tiendas, cavaban, ponían sus cercas de alambre y se preparaban para la guerra, los soldados levantaban sus antorchas empezando a quemar el bosque.

—Es la guerra...—Dijo una de los unicornios.

—El tiempo ah llegado...—Dijo la líder de aquellos equinos.

—Y los simios?, pidámosles ayuda!—Dijo nuevamente una de los unicornios por lo que la líder se negó.

—Nunca se unirán a nosotras, no se comportan como los demás animales del bosque, adoran a un ídolo que no es bueno para la naturaleza, aún no tiene forma, el mal acabará por destruir el mundo.—Los unicornios empezaron a gritar para reunir a todos para ir a la guerra sagrada, María al escuchar el llamado de los demás empezó a correr desconcertando a los demás.

—Todo está perdido...el bosque sangra...—Nuestros soldados miraron al cielo notando el humo que generaba las llamas que abrasaban el bosque mágico.

—Chicos, la guerra comenzó, debemos evacuar al pueblo osito, RÁPIDO!—Dijo Coco para ver por donde puede llevar el río.—Miren si seguimos el río llegaremos al campamento Corazón y por ende al pueblo osito, Hay que apresurarnos!

Todos empezaron correr a donde se dirigía el río pero Gordi no corría, el quería buscar a María, Rosita al notar esto se detuvo deteniendo a los demás.

—Gordi? Vamos hay que apurarnos!—Dijo tomando las manos del osito con sobrepeso el cual negó la dicha de la joven.

—No Rosita, ve con ellos, iré a buscar a María...—Rosita se sorprendió por esto.

—No Gordi...puedes morir aquí...—Gordi negó con l cabeza nuevamente mientras las lágrimas brotaban por sus ojos con una tierna sonrisa.

—Rosita, mereces vivir lejos de esto, yo pertenezco aquí...pero prométeme que siempre me vas a recordar...no te lo eh dicho pero...Te quiero...—Rosita asintió para abrazar al osito con sobrepeso donde empezó a llorar sin ningún consuelo.—Vamos, ve a salvar al pueblo osito.

Rosita empezó a correr dejando atrás a Gordi, los 5 corrieron lo necesario para llegar al pueblo osito donde las familias seguían en sus casas por lo que se pusieron manos a la obra, estos empezaron a gritar pero ningún intento daba resultado al notar un megáfono tirado en el suelo.

—Pueblo Osito, la guerra ah comenzado, necesitamos que se encaminen al norte del pueblo, queremos que todos evacuen ya!—Gritó Butterfly por el megáfono, todos los habitantes salían de sus casas con calma pero una de los niños se encontraba sola.

—Hola pequeñita, donde están tus padres?—Preguntó mientras la pequeña rubia levantaba la mirada.

—No tengo padres, mi hermana se fue a la guerra pero no ah regresado...—Niebla se puso un poco triste por lo que le pidió que le dijera su nombre.—Me llamo Miel.

—Oh, mucho gusto Miel, mira te llevaré a un lugar muy bonito donde podrás jugar con niños, tu hermana regresará en cuanto vuelvas, ven yo te llevó.—Dijo sosteniendo la mano de la niña par llevarla a una de las carretas donde evacuaran al bosque.

—Muy bien, los adultos por acá, niños y adolescentes aquí y personas de mediana y tercera edad por aquí.—Indicó Buttercup hasta notar a Miel la esposa de Coco entre la multitud, Coco al verla se acercó a abrazarla.

—Coco, donde estabas? Estaba muy preocupada, ya me costaba estar tranquila—Coco acarició su mejilla depositando un beso en sus labios.

—Tranquila querida, pero ahora debemos evacuar—Dijo Coco guiando a su esposa a la carreta de los adultos donde se encontraban muchos osos y osas.

—Ok, solo ocupamos 3 carretas, es hora de irse—Dijo Butterfly cerrando cada carreta quedando afuera de ellas.

—Butterfly, como vas a entrar a una de las carretas? ya no hay lugar—Preguntó Coco a su hermana menor la cual negó la entrada para evacuar.—Butterfly súbete! No te puedes quedar, es peligroso!

—Coco...—Dijo Miel aparentemente había rompido fuente, ya venía el bebé haciendo que las contracciones empiecen.—El bebé ya viene!—Coco se alarmó acercándose rápidamente a su esposa.

—Coco por favor ya váyanse, Miel te necesita, pero ya no hay conductor...—En eso Niebla se sentó en el lugar del conductor ofreciendo su ayuda a sus hermanos.—Niebla?

—Yo puedo hacer de conductor...quiero enmendar mis errores, ser mala con ustedes, así  que desde ahora los ayudaré—Butterfly sonrió conmovida por las palabras de su hermana para ser detenida por Rosita que iba a ir con ella.

—Rosita, como vas a venir conmigo? hace falta otro conductor—La rubia volteó a ver quien dirigía la carreta, era el padre de Gordi y Azulin quien se había ofrecido a llevarlos.—Muy bien, hay un pueblo al norte, ahí los van a recibir.

La evacuación empezó dejando atrás a Rosita y Butterfly que rápido se dirigieron al bosque mágico.