Eran solo un par de solistas de una gran empresa, ambos siendo los pilares de esta misma, siendo así que ni se rozaban. I.N elogiado por su belleza, su vocal y por como es con sus fans. J.One es elogiado por su personalidad, creaciones y destreza en...
Han evitaba a toda costa mirar al frente, aunque no lo crea la mente de Jeongin es aún más pervertida, sucia que la de él mismo. De un momento a otro lo había girado para que estuviera al frente del maldito espejo mientras que lo torturaba con su primer y tan deseado orgasmo. La mano habilidosa del menor subía y bajaba, o algunas veces con su pulgar acariciaba la punta ocasionando que callara los gemidos que querían salir mordiendo sus labios. Su mandíbula fue tomada para que su vista quede en el espejo, observando todo su cuerpo de frente. Llámenlo narcisista, orgulloso o egocéntrico, pero vaya que estaba jodidamente caliente por la imagen que tenía frente a él, pero le daba vergüenza de todas formas verse en ese estado tan, dócil, expuesto en un lugar que muchas personas utilizaban.
—Vamos Hyung, vea lo hermoso que se ve en esta situación —susurro en el oído del pelinegro mordiendo el lóbulo de la oreja, llevando su mano libre al pectoral donde se encontraban el par de tatuajes para trazarlo con su dedo.
—Por favor, Jeongin —trato de bajar la mirada pero fue bruscamente llevado al frente sacándole un quejido.
—No seas aguafiestas Hyung, mírate —tomó está vez del cuello apretando un poco —. ¿Quién diría que J.One estaría así con su competencia? —beso el hombro del otro, acelerando los movimientos de su mano.
La voz seductora del castaño hizo que Jisung tuviera su primer orgasmo cargándose en el pecho del menor, cosa que Jeongin fue rápido para colocar la toalla antes de que se ensuciara el sofá. Yang limpió sus manos dejando pequeños besos por el cuello y mejilla de su Hyung, con un poco de fuerza dejó a Jisung en el sofá mientras lo limpiaba. Han aún no estaba satisfecho, una sola corrida después de meses, no era suficiente, por lo cual empujó por el pecho al castaño, dejándolo recostado en el suelo y quedando nuevamente a horcajadas en él.
—Maldita sea Jeongin, follame.
Jeongin soltó el aire, al parecer su Hyung no iba a parar hasta tener lo que él quisiera. Han fue colocado en cuatro, teniendo rápidamente un par de dedos dentro de su boca, los cuales succionaba y lamía gustosamente.
—No lo pondré —recibió un quejido por parte del mayor —. Te va a doler, no tenemos lubricante ni preservativos que te ayuden a que no duela.
Los dedos fueron retirados de su boca, sintiendo como empezaban adentrarse en su interior sacándole un jadeo. Bueno, Jeongin tenía razón, le estaba doliendo como el infierno, quiso agarrarse de algo pero el suelo no colocaba de su parte y solo le bastó hacer puños sus manos. Los quejidos eran como algo armonioso para Yang, si, no sabe el motivo de por qué ver al mayor sufrir un poco le estaba gustando.
—Hyung, relájese —beso la espalda ancha del pelinegro.
—Mierda Yang, duele —gimió bajando su pecho y alzando su trasero, escondiendo su rostro en sus brazos.
El castaño aún podía sentir lo tenso que estaba su mayor, por lo cual decidió empezar a ponerle atención al miembro de Han. Cosa que pudo mejorar un poco la situación, y esos quejidos se habían cambiado a unos gemidos bien bajitos, hasta que adentro otro dedo.
ᯓ★ֶָ֢ ♦️⭑.ᐟ
La frente de Jisung quedó en el espejo, tanto que jode y jode que quería que lo follara, allí estaban sus consecuencias. El menor mantenía un agarre en su cintura que seguramente después le dejará las manos marcadas por lo fuerte que lo está haciendo. Han sentía que sus piernas ya no podían más y sentía que pronto caería, su aliento chocando en el espejo hacía que se empañara.
—Yang —llevó su mano al estómago del menor para tratar de separarlo.
—Ahora quieres que me detenga después de que me rogaras para que te follara, ¿Quien te entiende Han? —se acercó al cuello del mayor para morderlo.
Las embestidas siguieron maltratando el punto dulce del pelinegro que no soltaba nada más que incoherencias o gemidos que debía de callar por el lugar donde estaban. Jeongin admiraba la vista que le daba su mayor, el cuerpo de Jisung era tan envidiado por muchas personas, esa cintura más sus brazos fuertes vaya que le daban su toque.
Cuerpo que Jeongin amaba.
Yang volteo a Jisung para que quedara recostado en el suelo, tomándolo por la parte trasera de las rodillas para tener más paso en acercarse al piel tostada. Sus rostros quedaron a centímetros, acabando con esa distancia beso los labios hinchados de su pareja teniendo una danza con sus sin huesos. Han cruzó sus manos por el cuello del menor acariciando los cabellos castaños, cerró sus ojos arqueando su espalda al correrse por segunda vez y sentir la esencia del castaño en su interior.
Los besos siguieron bajando por el cuello del castaño, hasta llegar al pecho de este dónde con su lengua se dedicó a delinear la tinta negra adherirá en la piel bronceada del mayor. Las manos del pelinegro estaban jugando o acariciando el cabello castaño de Yang mientras percibía la humedad de la lengua del menor en su cuerpo, sus ojos estaban pesando, estaba bastante cansado.
Primero el viaje que se tuvo que dar de Taiwán hasta Corea para estar con su novio y después ser brutalmente cogido de esa manera, era mucho para él. Una vez que se enteró que Yang tendría su regreso, quiso llegar rápidamente de Taiwán a Corea del Sur para más que sea estar un par de horas con el menor antes de que su agenda esté a tope. Olvidándose completamente de sus horas de sueño.
—Te extrañe —soltó de la nada aún acariciando las hebras del otro.
—Yo igual Hyung, y mucho —sonrió mostrando sus hoyuelos.
Solo tuvieron que estar unos segundos entregándose mimos, las horas sin querer se habían pasado bastante rápido y ya debían irse. Han estaba cabeceando por lo cual Jeongin estuvo a cada momento con él, el menor agradece que ese día había venido en su auto a la empresa y que podría llevar a Jisung al departamento de este para que descansará.
[...]
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