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Después de ese incidente no tan incidente con su cuerpo en su oficina, decidió que lo mejor era trabajar para mantener su mente enfocada en otra cosa y no en el bonito pelinegro que le estaba robando suspiros y erecciones

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Después de ese incidente no tan incidente con su cuerpo en su oficina, decidió que lo mejor era trabajar para mantener su mente enfocada en otra cosa y no en el bonito pelinegro que le estaba robando suspiros y erecciones.

Firmo, escribio, redacto tantos documentos a como pudo y simplemente se aburrió de su rutina.

Hoy era domingo y pues no tenia el por que ir a trabajar, de hecho no tiene que ir a atender su empresa. Cómodamente puede hacerlo a través de su caliente cama.

Se levanto de su asiento y salió de su oficina. Solo le informó a su secretaria que iba a salir y que todas sus citas de trabajo las pospusiera para el día de mañana.

Tomo su Mercedes AMG gle 63 y salio de su empresa a pasar el rato en algún centro comercial.

Admite que prefiere incluso comer comida rápida y salir de su zona de confort y que mejor que ir a un centro comercial.

Estacionó su auto en el estacionamiento privado, tomo su cartera y se acomodo el saco para encaminarse dentro del gran centro comercial.

Era un lugar muy grande y lujoso, perfecto para él, su buen porte era la sensación de todos ahi. Pues era atractivo y elegante que hacia suspirar a las señoritas.

Camino un buen rato mientras admiraba las distintas tiendas de ropa y su ropa de alta calidad, hasta que noto a una persona muy peculiar.

Ahi estaba. Su Giyuu.

El hombre vestía algo casual. Un pantalón de tela negro que se ajustaba a sus piernas pero no tan apretado, un suéter manga larga de cuello de tortuga que se ajustaba a su cuerpo y unos zapatos negros. Era simplemente hermoso.

Rápidamente se encamino donde estaba el pelinegro mirando una gabardina de color vino de la parte derecha y de otro lado un peculiar estampado de figuras geométricas en naranja, verde y amarillo en un mostrador de la tienda Burberry.

-Hola niño lindo, es una coincidencia de encontrarte por aquí ¿No crees?- El pelinegro salto del asombro para asombrarse más al mirar al millonario y CEO de Rengoku's Industries saludándolo como su fueran amigos de toda la vida.

-Hola señor. Es un honor que este saludandome.- Giyuu dio una educada reverencia al hombre frente suyo, aunque le calculaba casi unos 30.

-Oh no me digas señor, me haces sentir muy viejo y apenas tengo 28 años, solo dime Kyojurou o Rengoku si te incomoda y podría yo llamarte tambien por tu nombre.- Kyojurou le tomo de sus delicadas manos para darle un beso al torso de ella haciendo sonrojar a Giyuu por la acción tan caballerosa del pelinegro.

-Claro Rengoku-san y me llamo Giyuu...- Giyuu alejo suavemente su mano del hombre cuando termino de besarla.

-Es un hermoso nombre. Mmmm ¿Que haces tan solito por estos lugares Yuu'? ¿Y tus amigos?- Giyuu volteó a ver al rubio para llevar un mechón de su cabello hacía atrás de su oreja, acción de le encanto al de mechas rojas.

Los Papeles Cambian Shinazugawa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora