"humm..." -le tendí mi mano y le hice dar una vuelta para observar bien todo el atuendo- "No me gusta como se ve ese color en ella, no le sienta su tono de piel, cámbienlo a un rosa pálido"
"si señor"
"esto, ¿señor?" -dijo apretando mi mano
"calladita" -dije echando otro vistazo al vestido de casa que estaba usando- "definitivamente los colores pálidos te quedan mejor pequeña"
"gracias señor, pero, ¿esta comprando esto para mi?"
"si, ¿porque?"
"pero, no tengo dinero, si no tengo dinero, ¿Cómo le pagaré por la ropa?"
"¿pagarme? te dije que te la estoy comprando" -me agache a la altura de tus ojos- "eres una damisela, a las damiselas se les mima y consienten, no seria un caballero si te cobrara por algo que te quiero regalar"
"¿regalar?"
"si, regalar"
"¡aquí están otras opciones señor!" -la señorita entraba y salía del vestidor con la pequeña que parecía cada vez más consternada que antes
"Aria" -dije llamándola por su nombre y me volteo a ver de inmediato- "¿que pasa? ¿no te gustan los colores que están usando? ¿o es que prefieres las faldas y camisas? ¿o tal vez un pantalón?"
"no, no señor, yo-"
"me llamo Royer, Roy, ahora seremos amigos, así que puedes llamarme así"
"¿Amigos?"
"si, amigos, ahora, dime ¿Qué te tiene tan asustada?"
"no, es que yo...nunca había comprado ropa, es raro"
¿nunca le habían llevado a comprar ropa?
"repite después de mi" -dije señalando mi boca- "muchas gracias" -dije en el idioma local y ella asintió repitiéndolo casi a la perfección- "repítelo"
"Mu-chas, gacias" -dijo de forma torpe y sonreí- "¿que significa?"
"Muchas gracias" -le di unas palmadas en la cabeza antes de ponerme de pie de nuevo-
"asegúrate de decirle eso a la señorita que nos atiende antes de irnos, practícalo bien, muchas gracias"
asintió, es tan solo una pequeña chiquilla, la verdad no tengo ni idea si lograré que hable con fluidez, pero al menos la dejaré bien instruida en lo básico
De todas formas me iré en un mes y una semana, vine solo a afianzar unos negocios y luego iré a otro territorio lejano por unos años antes de volver con mis padres
las demás chicas de la servidumbre quedaron encantadas con la llegada de Aria, la pequeña a pesar de no poder comunicarse con ellas en un principio
Fue entendiéndose de a poco con ellas, ellas señalaban objetos y le enseñaban como se llamaban, por mi parte tuve que dejarla un par de horas con ellas
Tenia un último trabajo que atender antes de ocuparme por completo de ella
"¡yuju!" -dijo de forma cantarina y juguetona, tan propio de ella
"ay, no puede ser" -dije acariciándome la cien
"¡feliz cumpleaños a ti! ¡feliz cumpleaños a ti!" -dijo entrando en mi despacho como si nada- "¡feliz cumpleaños querido Roy! ¡feliz cumpleaños a ti!" -dijo pasándome una pequeña caja de regalo
"siete años tarde, pero gracias Laya"
"lo que sea por mi hermanito, no todos los años se cumplen cuatrocientos diez años" -dijo auto aplaudiéndose- "ábrelo, ábrelo"

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Matiz Árido
RomanceLa vida en sí misma satisfacía plenamente a Roy, quien hallaba confort en su estilo de vida nómada, pasando varios años en rincones tranquilos donde se mimetizaba con discreción. Su naturaleza reservada actuaba como un escudo contra las interaccione...