Capítulo 1

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La Tierra, el único planeta con seres vivos que hay, bueno eso es lo que todos sus habitantes creen sino sale en el mundo del entretenimiento y no en una especie de realidad, menos yo y es porque no soy como los demás por nada que podáis estar pensando ya que mis orígenes no pertenecen a este mundo en el cual vivís desde hace muchos siglos, sino que pertenezco a otro muy diferente del que no habéis escuchado hablar nunca hasta ahora y estoy segura que os preguntaréis quién soy así que primero de todo me presentare tal y como es debido para que podáis entender mucho mejor mi historia como mi verdadero origen. Me llamo Elisabeth Silver y soy la hija única de dos metahumanos, por así decirlo, astrales de un planeta que está situado en otro sistema aunque en realidad está en otra galaxia de la cual los terranos no conocéis ni de su existencia por nada y eso es porque no se podrian unir estos dos mundos con una paz eterna ya que en la Tierra la magia, la super tecnología y este tipo de cosas, es solo algo sacado del entretenimiento y no es real ni os lo planteáis porque pensáis que es ficción o fantasía pura porque os lo han inculcado así desde muchísimas lunas atrás por alguna razón desconocida aunque claro, en Astral la magia y la super tecnología es totalmente real al igual que todo el mundo nace con unas cualidades especiales haciendo a sus habitantes iguales al resto porque todos tienen algún poder específico y aunque parezca de lo más hermoso, todo cambió cuando se descubrió que una astral nació con poderes especiales y únicos en todas las galaxias que provenían de los mismos creadores de Astral, Ophelia Rosenberg Ridley y Tomas Perseled Stone los hijos de las estrellas y el universo. Cuando toda la población supo eso se sorprendió mucho pero de dos maneras una de buena y una de mala aunque todos tenian una cosa en común y era encontrar a esa persona o conocerla para darle su soporte pero eso solo era por la parte luminosa de la situación por la otra parte más oscura, sólo querían encontrar a esa persona sobretodo los caballeros de Scar y su líder Kyoto Stain los cuales habían condenado al planeta en una gran dictadura ya que querían los poderes de esa niña, bueno más bien dicho, quieren mis poderes por eso mis padres al darse cuenta de que era yo, lo prepararon y organizaron todo al milímetro para poder sobrevivir todos tres aquí, en la Tierra vuestro planeta pero no por gusto sino para que no corrieramos ningún riesgo porque está situado en un sistema muy poco conocido allí al no haber magia ni nada casi importante y básicamente también para no crear una guerra, los astrales nunca fueron habitantes con sed de sangre y pelea sino todo lo contrario aunque ya pasaron diez años de todo eso al igual que como esperábamos, no havia pasado nada anormal permitiendome crecer con tranquilidad y obviamente ocultando todos mis poderes al igual que mi verdadero ser hasta mi edad actual, diecisiete años en los que estudié de la misma manera que vosotros los terranos lo hacéis en los centros escolares pero con la variante de que en mi casa, estudiaba como una astral mientras compaginaban mis padres también el hecho de entrenarme por sí llegaba el día en que me descubrieran los caballeros de Scar y su líder, Kyoto Stain el cual nunca dejó de buscarme por nada.

Hoy durante las tres últimas horas de clase empezaron a fallar misteriosamente las luces de todo el centro escolar causando que mis compañeros empezaran a estar alborotados pero a diferencia de ellos, yo me preocupé porque notaba que algo iba muy mal por eso como todos los demás me asomé lo suficiente a las ventanas para poder observar una extraña nave aterrizar en nuestro patio, pero esa nave se me era familiar al igual que los símbolos que llevaba en algunos bordes que me hicieron ver como no eran de aquí por no decir que de la nave, empezazon a bajar cientos de hombres de negro con armas y en el centro un chico con el cabello negro un poco rizado que le llegaba al final del cuello, vestido con un traje totalmente oscuro lleno de unas marcas muy típicas de los micro chips que iban cambiando de lugar de la misma manera en que se movia su capa negra, pero lo más impactante fue ver como en su rostro una cicatriz que se encontraba desde el principió de su ceja hasta la mejilla que trabesaba su ojo derecho porque normalmente los líderes no tenian ese tipo de heridas tan visibles sino todo lo contrario pero mientras esos soldados iban bajando junto a el, pude notarme como caminaba de una manera diferente dejandome claro que se trataba de una espécie de general o líder supremo el cual también parecía armado pero nose exactamente con que por eso active el escáner que incorpore en mis propias gafas las cuales solo eran una tapadera para poder visualizar mejor a esos seres que para nada eran terranos pero de golpe, salió un ruido en forma de estornudo de mi mochila así que la abrí para poder ver que pasaba pero a la vez haciéndole cerrar el hocico porque nadie podía saber que era y mucho menos que estaba allí escondido por eso me fui de la clase para ir a ver que le pasaba a mi dragón hechicero Frankie aunque afortunadamente, nadie de la clase ni de las afueras del centro escolar notó mi desaparición pero no sabía exactamente que pretendía con eso porque si alguien se enteraba de su existencia seria el final de mi vida normal dentro de lo que cabe en la Tierra ya que en este mundo, para nada existía algo como un dragón hechicero parlante por eso le regañe aún siendo el más sabio y mayor que yo mientras acababa de abrir mi mochila para poder ver como estaba porque Frankie siempre me acompañaba a todos lados pero aún así sabía, y no por experiencia lo desagradable que havia de ser al estar en una mochila todo el rato aunque la mía no era cualquier bolsa de escuela llena de libros y material como de desorden, sino que era diferente a las mochilas de los terranos al igual que yo porque por fuera su aspecto era como las demás pero por dentro ya no tanto, la suerte de está es que solo se podía ver como es realmente si yo o alguien como yo osea un astral, desactivaba el protocolo anti terranos el cual era muy útil para pasar desapercibida entre todos ellos.

Elisabeth Silver y el mundo de AstralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora