𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ↻ Aemond Targaryen © [+18]

9-- 𝐘𝐎𝐔 𝐁𝐄𝐋𝐎𝐍𝐆 𝐓𝐎 𝐌𝐄 𝐍𝐎𝐖

Advertencia: Contenido y lenguaje sexual. Leer bajo responsabilidad. Este escrito no me pertenece yo solo me encargué de traducirlo.

Autor original: https://archiveofourown
.org/works/44907106?view_adult=true

Traducción por: Lya
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Aemond había sido Regente durante algunos meses, y aunque el acero Valyrio de la corona del Conquistador aún no descansaba sobre su cabeza, ahora era un hecho innegable para todos los miembros del reino que había nacido para esto. Todos finalmente pudieron presenciar su valor real, su superioridad y lo bueno que era siendo un comandante, un Rey.

No, se destacó en eso. Los Black no se han atrevido a acercarse a Desembarco del Rey ni una sola vez en los últimos meses, y bajo su mando todos le temen, todos lo obedecen. Era mucho mejor en esto de lo que nunca fue su padre, de lo que nunca será su hermana, y ciertamente de lo que es su hermano destrozado, arropado en su cama.

Sus nuevos deberes lo obligaron a ausentarse con frecuencia, para montar a Vhagar y liderar sus ejércitos contra los usurpadores que querían diezmarlos y tomar su ciudad, pero cuando estaba de regreso en Red Keep, todo lo que ve es a ti.

De hecho, se pregunta por qué nunca se había fijado en ti antes cuando se cruza contigo en los pasillos, te observa en la sala del trono durante las audiencias, ríes y abrazas a tus amigas. Tal vez eres parte de una Casa que vino a la capital para ayudar a hacer crecer su ejército, que eres la hija de un aliado al que nunca se había molestado en ser presentado adecuadamente, porque eso era todo lo que eran para él: sus súbditos.

Sin embargo, estás allí, brillante como el sol cuando te ve cuando menos lo espera y, a pesar de su visión limitada, no parece extrañar tu presencia, nunca. No extraña la forma en que juegas con tu cabello cuando estás sumida en tus pensamientos, cómo se balancean tus caderas al caminar, cómo tus dedos rodean el vaso que tomas para beber y cómo la piel de tu garganta brilla al tragar el líquido.

Que se obsesionara era un eufemismo. No había descanso para su mente, y aún en medio de la emoción de la batalla pensó en tu mirada de agradecimiento cuando regresaría, triunfante.

Él había hablado contigo una vez, el sonido de tu voz hizo que el vello de su piel se erizara de placer cuando te lo presentaron. Sabía tu nombre ahora, y no se detendría ahí, ocupabas cada rincón de su mente y habitabas su piel.

Sin embargo y para su mayor consternación, la corona lo mantiene ocupado, reduciendo las ocurrencias en las que puede observarte, disfrutando de cómo no te acobardas bajo su mirada; tú mirándolo como si fuera un juego, uno que él nunca tiene la intención de perder.

Él tampoco extraña las miradas que atraes de otros señores, provocando una violencia gélida en lo profundo de su cuerpo y hace que su deseo por ti sea cada vez mayor. Quiere que seas suyo , por completo.

Es por eso que te manda a buscar una noche, seguro de que no podrás negarte después de pasar el día detrás de ti como un perro hambriento, la lujuria entre sus piernas se vuelve cada vez más difícil de controlar. Pero él era Aemond Targaryen, y lo que quería, lo tendría.

Cuando entres en sus aposentos y él despida a su sirviente; te ves perdida, pero intrigada, como un ciervo atrapado entre perros pero aún estás sereno, la imagen misma de una Dama de una Casa que solo se había molestado en aprender su nombre hoy. Todo lo que sabe, en el fondo de sus entrañas, es que estás justo donde se supone que debes estar.

"¿Sabes por qué estás aquí?".

Observa tu apariencia, la forma en que tus ojos brillan con curiosidad, la agitación de tu pecho constreñido en este vestido infernal que solo desea arrancarte, y lo dulce que te ves cuando te sonrojas por la inquietud.