| 13 (Final) |

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EL CLIENTE

Adrien

VARIAS SEMANAS DESPUÉS...

Todavía podía oler el dulce aroma del champán en la sala de reuniones cuando pasé por allí, unos días después.

Los miembros de la junta se habían pasado la noche celebrando el final de mi exitosa gira de ruedas de prensa, y los había sorprendido a todos al irme temprano. Por supuesto, la excusa fue que estaba «cansado», pero había pasado la noche de la misma manera en que me había acostumbrado en las últimas semanas. Con Marinette.

El contrato inicial de su empresa con nosotros terminaba hoy, y ninguna persona en el consejo se oponía a ampliarlo durante otros seis meses. Incluso había surgido la posibilidad de ofrecerle el triple de lo que estaba cobrando.

Sin embargo, había algunas cosas que necesitaba arreglar personalmente antes de continuar con el acuerdo.

—Vale, déjamelo a mí —dijo mi hermano tan pronto como entré en mi despacho—. Hoy tengo tres reuniones y espero poder resolver dos de ellas en menos de diez minutos. ¿Dónde está la ampliación del contrato con Dupain y Asociados?

—Está lista, pero quiero que modifiquemos la cláusula de confraternización.

—¿Que la modifiquemos o que la quitemos?

—Que la quitemos.

—¿Por qué? —Se encogió de hombros, riendo—. ¿Vas a tirarte a Marinette? No puedo imaginar haciendo eso contigo. Es demasiado elegante, demasiado inteligente, y también… —Inmediatamente dejó de hablar como si la verdad hubiera hecho pop en su cerebro. Luego se puso a pasearse por mi despacho—. Por favor, no me digas que has follado con Marinette…

—Está bien, no lo haré.

—¿Quieres matarme o qué?—Se paseó aún más rápido—. Justo cuando pensaba que habías cambiado, justo cuando pensaba «Por fin lo entiende», vas y encuentras la manera de joderlo todo. No es de extrañar que te haya ido tan bien en tu gira de ruedas de prensa…

—Me gustan más tus discursos cuando los preparas por adelantado —dije—. Suenan menos juveniles de esa manera.

—¿Habéis estado follando este tiempo?

—No, todo el tiempo no. Ayer no follamos nada.

—En serio, por favor. —Se quedó quieto, con expresión preocupada—. ¿Es esta una aventura que podría llegar en forma de demanda por acoso sexual o es una relación de verdad?

—Vale, es un comienzo. —Se dejó caer en el sofá, y se puso la mano encima del pecho—. Es un muy buen comienzo.

—Solo por curiosidad: ¿cuándo comenzó esta relación?

—Antes de que la contratáramos. Ella es la razón por la que me perdí la ceremonia de corte decinta en Oasis. Nos conocimos en un club y tuvimos una aventura de una noche, y la volví a ver cuando me presenté en sus oficinas. La ironía es que podría haberla buscado de todas formas si no hubiera sido así.

—¿De verdad esperas que me crea eso?

—No tengo motivos para mentir.

UN CLIENTE DESCARADO (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora