Robándome al Marido (Yeongyu)

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Yeonjun

TENGO CERO INTERÉS en la decoración de pasteles.

Tampoco me interesa la repostería en general, pero si participar en un taller aburrido, rodeado de azúcar y mujeres hermosas puede ayudarme a amargarle la vida a Beomgyu, me apunto.

La actividad está dirigida por una mujer llamada Leslie, que trabaja en la tienda que aparentemente está haciendo el pastel de bodas. El proceso de hornear sin la mezcla comprada en la tienda no fue tan aburrido como esperaba, pero estoy feliz de que la primera tanda de cupcakes se haya enfriado, porque eso significa que podemos comer algo rico pronto.

Aunque nada puede ser más dulce que la cara constantemente sonrojada de Beomgyu. Él, yo y el fotógrafo, Chris, somos los únicos hombres presentes, y tengo la sensación de que nuestra presencia sembró semillas de rivalidad entre algunas de las mujeres que participan en el taller.

Me encanta ver a Beomgyu retorcerse cada vez que mira en mi dirección, y espero que esté pensando en cómo rechacé su beso anoche.

—Desearía no estar soltero, para poder hacer esto para mi chica —digo, para darles a las damas la idea correcta sobre el estado de mi relación. Si eso pone celoso a Beomgyu, es para bien. Pero si debo concentrarme en joderlo, no puedo dejarme distraer por nadie más, no importa cuán bonito sea.

Ese es mi sacrificio por el bien de Ryujin.

Apenas escucho mientras Leslie explica todos los elementos decorativos apilados en tazones en el medio de la mesa grande, pero luego pregunta quién quiere demostrar la técnica adecuada para el glaseado y muchas manos se levantan.

La bonita pelirroja parada justo frente a mí parece particularmente ansiosa, pero Ryujin, la reina de esta colmena, habla antes de que Leslie pueda tomar su decisión. —¿Tal vez mi futuro esposo debería hacerlo? Debo asegurarme de que sabe cómo hacer uno para mi cumpleaños. Él hace un buen bistec, pero una chica no puede vivir solo con eso.

Juro que el pelo de la cabeza de Beomgyu se eriza ante ese comentario, pero se frota los antebrazos y ajusta el delantal rosa que nos han dado a todos. Cuando Leslie lo invita con un gesto, camina hacia ella sin protestar.

—Buena suerte, Beomgyu, enorgullece a tu chica —dice una de las mujeres mayores antes de mirar a su alrededor para ver si alguien estaba lista para reírse con ella ante la divertida idea de un hombre haciendo pasteles para su futura esposa, y no al revés.

Casi ninguno.

Incluso Chris mantiene una cara seria mientras se prepara para una sesión de fotos.

Karina ya está decorando su cupcake a mi lado. Con su vestido vintage de flores, parece como si estuviera hecha para esto, pero se detiene para mirar en dirección a Beomgyu.

—¿Y él también cocina? —Ella le ofrece a Ryujin una sonrisa falsa. —Qué trampa. El pequeño amo de casa perfecto. Desearía que más hombres se apoyaran en sus talentos de esa manera.

—'Talentos' —dice la misma señora mayor, sacando pequeñas perlas comestibles de los tazones y colocándolas en un plato pequeño. —La mayoría de ellos solo sirven para asar y pelar papas con esas manos tan grandes que tienen.

Instantáneamente recuerdo a uno de mis ex novios, que hacía casas de muñecas en miniatura, incluidos todos los pequeños accesorios para ellas, pero no vale la pena mencionarlo.

—No los tendría de otra manera —dice otra mujer, pero Leslie se aclara la garganta y empuja una manga pastelera en las manos de Beomgyu.

—Muy bien, clase. Sé que muchos de ustedes ya tienen algo de experiencia con esta parte, pero estoy segura de que hay algunos —asiente en mi dirección—, que no la tienen, así que usaré a nuestro apuesto novio para demostrarlo. No te preocupes, me aseguraré de que sepas cómo endulzar la vida de Ryujin—dice y le da una palmadita en la espalda.