RESILIENCIA (Parte 2)

Capítulo 4

PERÍMETRO DE LA RESISTENCIA

OCTAVIA'S POV

El sonido de las bombas detonando era completamente ensordecedor, además se mezclaban con gritos provenientes de todos los frentes y ametralladoras que no cesaban su activación, podía ver cómo caíamos, la baja de nuestros hombres era cada vez más. Rostros con los que compartí por más de una década y los hijos de esos hombres que lucharon conmigo en tantas batallas.

Mi corazón arremetía con fuerza en mi pecho y a lo largo de los minutos sentí mi garganta cerrarse con cada estruendo que se aferraba a las tierras en las que posiblemente hoy moriría, aferrada a mi arma con los dedos blancos de la presión que ejercía en ella, y detrás de un árbol apoyando mi peso porque mis piernas se tambaleaban.

—¡Octavia! — escuché el fuerte llamado de Daniela —Mírame Octavia.

Estábamos perdiendo y el desespero se estaba arraigando a mí, observé el rostro de Daniela y aunque reconocí en sus facciones el temor, me sorprendió ver la fuerza que transmitían sus ojos, era ver a una pequeña oruga empezar a salir de su corion.

Mi cuerpo se atestó de orgullo porque esa pequeña niña que se escondía en la noche detrás de los muros de La Resistencia para llorar suplicando en voz baja dirección y fortaleza en la soledad que la sometía, ahora empezaba a ser un rayo de luz ante mis ojos, esa niña había crecido, y esa misma niña ahora ratificaba su destino, ese que fue marcado desde su primer respiro en esta época despiadada.

—Te escuchó — su rostro asintió mientras observaba el perímetro registrando Neurocádicos, que, para ese momento, nos superaban en número y era evidente que tanto para ella, como para mí, esta batalla estaba a punto de concluir.

—Debo regresar — me dijo — Están llegando a nuestro perímetro, Neuroisis cruzará las barreras y necesito estar con nuestra gente, Octavia, nuestros niños...— sentí su voz temblar.

—Lo sé — bajé el rostro — Yo te cubro, podrás ir por el sentido norte, lanzaré unas granadas en cadena para despistar a sus tropas y así podrás ingresar oculta por el humo que se levantará.

— ¿Estás bien? —me preguntó y asentí —Estabas perdida hace unos momentos, te necesito enfocada aquí, Octavia.

— Estoy aquí — respondí con bravío — Solo pensaba en una forma de arreglar esto.

— Tengo un plan, Octavia. — me aseguró.

Daniela desenfundó de su bolsillo una bengala apuntándola hacía el cielo para luego detonarla y así, rápidamente una brillante luz se desplegó sobre nosotros por 60 segundos, luego de ello, Daniela cerró nuestra comunicación y abrió el canal común con nuestras tropas y con voz firme solicitó un recuento de los hombres que aún seguían en pie, uno a uno empezó a reportarse, 36 hombres en tierra y 24 escaladores, un total de 60 hombres en lucha.

—Han sido valientes —dijo Daniela mientras resistíamos cada uno en su posición — Estamos aquí por nuestras familias, y por el bienestar de nuestro pueblo. Sería descabellado pedirles que no tengan miedo, sé lo aterrador que es este momento, pero les suplico que resistan, nuestro pueblo está dentro de esa fortaleza y ellos son lo más importante para nosotros ¿Están conmigo?

Un sí fuerte y simultáneo no tardó en llegar por parte de nuestras tropas, Daniela asintió mientras empezaba a ordenar que los 24 escaladores descendieran de las copas de los árboles en cuanto escucharan la cadena de granadas que lanzaría, ordenó una línea de 30X30 cerrando los costados que estaban abarcando Neurosis y me dejó a cargo como primera línea de mando dictando que cada orden impuesta por mí fuese cumplida a su totalidad.