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Tan pronto como Kuzco abrió los ojos, supo que algo era diferente. Lo atribuyó a que su cerebro no estaba acostumbrado a volar, pero luego miró a su derecha y vio a una persona. Gimiendo, Kuzco se deslizó de su cama y caminó hacia el baño, podía escuchar a la persona que comenzaba a despertarse. Kuzco adivinó bastante bien quién era considerando que solo había dos personas en la nave y se suponía que una persona lo pilotaba. "¿Recuerdas algo de anoche?" Kuzco dice en voz alta para que la persona lo escuche incluso desde el baño.
"Más o menos". La persona grazna pero la voz todavía está mezclada con el sueño.
"Bien, recuerdo un poco", dice Kuzco mientras camina de regreso a la habitación, camina hacia el armario, saca su ropa del día, y la pone en la silla en la esquina.
Kuzco camina hacia la cama y abre ligeramente la mesa auxiliar, recuerda haber puesto su diario sobre la mesa para guardarlo y dejó escapar un suspiro de alivio cuando vio el libro allí. "Sabes que esto no puede volver a suceder, ¿verdad?" La persona dice moviéndose para estar girado hacia Kuzco, Kuzco salta cuando siente un dedo dibujar lentamente en su espalda.
"Sé que algunas personas salen con sus guardias, pero a los ancianos no les gustaría mucho eso". Kuzco se da la vuelta para mirar al guardia con una sonrisa en el rostro, el guardia se ríe y asiente.
"Bien, considerando que tengo a alguien esperándome en Kuzconian". Kuzco mira al guardia sorprendido antes de reírse y pone una mano en la pierna de Kuzco. "Es una relación abierta, solo tengo que decirle. No usaré tu nombre."
Kuzco se pasa una mano por la cara antes de asentir, lo que se convierte rápidamente en un bostezo. "Gracias, por no querer decirle a nadie. No necesito nada más para que los Ancianos me odien". Kuzco se ríe falsamente.
"Por supuesto, ahora si me disculpas. Tengo que estar en mi puesto". El guardia le guiña un ojo a Kuzco antes de recoger su camisa y salir de la habitación de Kuzco dejándolo solo.
Kuzco suspira antes de dejarse caer en la cama mirando al techo, tiene hambre pero no tiene ganas de levantarse y ver al guardia en este momento. Gira a la derecha para mirar en la pared y allí puede ver que tiene un día más de vuelo. Kuzco se sienta y gira para estar boca abajo antes de levantar la ropa de la cama y ve que su bolso con el libro asgardiano está sano y salvo debajo de la cama.
Deja escapar un suspiro antes de decidir que ha pasado suficiente tiempo escondiéndose y que ya era hora de que se levantara y comiera algo.
Se pasó las manos por el cabello mientras caminaba hacia la cocina y tomaba algo de comida de la nevera antes de meterla en el calentador y esperar unos segundos antes de agarrarla y caminar hacia el piloto. "Oye, ¿tuviste algún disturbio anoche?" Kuzco pregunta tomando asiento al lado del piloto que niega con la cabeza.
"No, fue sencillo. Deberíamos llegar mañana si todo sigue yendo bien". Kuzco asintió con satisfacción.
"Gracias, eres bueno en esto, ¿sabes?" El piloto se giró hacia Kuzco y le sonrió ampliamente.
"Gracias lo aprecio." Kuzco asiente con la cabeza al piloto antes de darse la vuelta y tomar asiento en la cabina de la esquina para comer adecuadamente su comida.
Kuzco traga su comida antes de alcanzar la libreta que estaba sobre la mesa, por lo que los viajeros a Kuzconian le han dicho a Kuzco que son muy avanzados en su tecnología pero definitivamente no la usan mucho. Lamentablemente, los que lo tienen son los superiores de Kuzconian, la realeza, por supuesto, los ancianos y la gente más rica de Kuzconian, es algo que Kuzco odia y que planea cambiar.
Por una fracción de segundo, piensa en escribir Thor Odinson, pero decide no hacerlo, nunca ha visto a nadie de la familia asgardiana a menos que clasifiques las ilustraciones en el libro asgardiano, pero Kuzco quiere que siga siendo así.
"¿Estás bien Emperador Kuzco?" El guardia le pregunta a Kuzco, quien levanta la vista de su libreta y ahí es cuando se da cuenta del tenedor que había partido por la mitad en sus manos.
"Sí, lo siento. Me quedé en mi cabeza". Kuzco sonríe antes de poner la arcilla en sus manos y tirarla en el lugar junto al fregadero, Kuzco mira su comida sin comer antes de decidir en el último segundo ponerla en el refrigerador nuevamente.
Están en una nave, así que no pueden dejar que nada se desperdicie.
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