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Kuzco suspiró mientras giraba su taza de hidromiel de Kuzzoan, bebió la última gota antes de ponerse de pie. Tuvo que agarrarse al costado de su silla para evitar tambalearse, por suerte solo estaba en su habitación, por ahora, se limitaría a beber en su habitación al menos hasta que terminara la coronación.
Caminó lentamente hacia la montaña de libros, tropezó con algunos que tenía amontonados en el piso. "Arreglaré eso más tarde", murmuró Kuzco hojeando los lomos de diferentes libros antes de sacar el que estaba buscando.
Kuzco pasó las páginas con cuidado hasta que llegó a la parte donde contaba todo sobre Thor desde su nacimiento hasta ahora, ya que fue tomado antes de que pudieran terminarlo. Al no encontrar lo que buscaba, volvió a la tabla de contenido, pasó los dedos por la página frunciendo el ceño cuando sus dedos tiraron de algo irregular en la página.
Kuzco, mucho más sobrio ahora caminó hacia el pequeño escritorio que estaba en su habitación. Agarró un cuchillo delgado que usaba para abrir cartas y una lupa, los arrojó sobre la silla antes de caminar hacia su puerta y cerrarla.
Miró las ventanas abiertas y caminó hacia ellas, cerró la más grande antes de cerrar las cortinas, ahora la única luz que tenía Kuzco era la lámpara que estaba junto a la silla.
Agarró el cuchillo y usó la lupa para guiarse, dejó que su cuchillo recorriera el lugar que faltaba hasta que se enganchó en lo que tenía el dedo atrapado. Suavemente usó el cuchillo para hacer palanca en el pedazo de papel que lo estaba destapando, Hela Página 120. Kuzco frunció el ceño, colocó suavemente el cuchillo y la lupa antes de tratar de encontrar la página, no había nada allí. Faltaban 33 páginas, pasó de 119 a 153.
Kuzco se dio cuenta de que la razón por la cual los Ancianos hicieron que alguien robara era para poder probar que se podía robar algo de Asgard y lo probaron, pero luego Kuzco lo robó de vuelta.
Kuzco de repente sonrió, arruinaría el tratado de paz. Kuzco iba a devolver el libro que sabotearía el tratado de paz y entonces Kuzco nunca más tendría que ir a Asgard, nunca más tendría que volver a ver la cara tonta de un príncipe arrogante llamado Thor.
Kuzco agarró el libro asgardiano del suelo y caminó hacia su propio bolso personal, por lo general, el personal empacaba su ropa, pero a Kuzco siempre le gustaba llevar una bolsa de libros. Metió el libro en el fondo y colocó los otros libros que ya había empacado encima, ahora nadie sabría que Kuzco tenía su propia agenda.
Una agenda que arruinaría las relaciones de Kuzocian y Asgard para siempre y si Kuzco les dijera a los Ancianos que lo hizo, entonces se le prohibiría convertirse en Emperador, que era todo lo que Kuzco quería, podría vivir sus días como un jardinero borracho para siempre.
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