Maria Jose Garzón
Dos días.
Dos jodidos días donde no había parado de pensar en ella.
No sólo deje que me viera desnuda, si no que la bese, me acurruque con ella y me dormí con ella. Había roto yo mismo todas las jodidas reglas que había creado para que esto no se volviera personal y ni siquiera me había dado cuenta
Me gustaba estar con esa mujer y me gustaba sentirme tan cómoda con ella. Compartir lo que paso cuando ella era solo era una niña fue malditamente difícil. German jamás me dijo porque los buscaban, pero eso no me importó, los defendí porque los quería... Porque ellos eran lo único que tenía...
Cuando Daniela recuperó sus recuerdos, pero ese y otros no volvieron German tomo la decisión de no decírselo y yo estuve de acuerdo. Todo esto me afectaba más de lo que hubiera imaginado y compartirlo con ella fue liberador y emotivo.
Definitivamente estaba jodida.
Jamás pensé que tendría la capacidad de querer a una persona de esa forma, pero me prometí que cuando eso realmente pasara no sería un cobarde y ahora estaba enamorada hasta las narices de Daniela Calle...
Todo estaba muy claro. Solo era un juego, pero después de lo que paso no había forma de que siguiera siendo eso. De mi parte no y sabía que de la suya tampoco.
Iba a decirle y ella me iba a aceptar. Lo sabía.
Y German tendría que aceptarlo, porque si no lo iba a matar a golpes.
Estaba pensando en eso en mi oficina cuando escuché su toque en la puerta. Una ola de nervios se me pasó por la espalda, pero me obligue a permanecer tranquila.
—Pase
Acto seguido entro ella, llevaba pantalones de vestir cafés y una blusa del mismo color unos tonos más claro, sus tacones negros y su cabello completamente suelto y desordenado...como tanto me gustaba
—Hola— camino sonriente hacia mi — La máquina del café con leche se trabó horrible así que te traje café negro, perdóname— soltó una risa nerviosa
No pude evitar sonreír. Dani dejó el café en el escritorio y se sentó en su sitio.
—Hola— le dije hasta ese momento
—Hola — sonrió de lado —Estas guapa hoy— me dijo, sonriendo tanto que sus mejillas se pusieron rojas.
—Tú también— le dije, mirándola —ven aquí.
Como la niña buena qué siempre era obedeció sin esperar un segundo. Hice que se sentará en mis piernas, pero no con sus piernas abiertas, solo sentada encima de mi viendo hacia la oficina así que tenía una hermosa vista de su espalda y hombros.
Nunca había hecho eso con ninguna mujer, porque nunca me había interesado realmente una, hasta ahora.
— ¿Paso por ti esta noche? — empecé a tantear el terreno acariciando lentamentesu hombro
—Claro— dijo ella
Mi mano se resbaló por su brazo hasta instalarse en su cintura, allí, ella la tomó y la llevó a sus labios. Beso cada uno de mis nudillos y sonrió mientras lo hizo.
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La socia de Papá. GIP
FanfictionLo prohibido siempre es mejor. Poche gip Fanfic caché La historia no es mía, es una adaptación de EL SOCIO DE PAPÁ, de Vico_Alvarez