La socia de Papá. GIP

Cap. 14

Daniela Calle

¿Saben cómo se sintió cuando mi papá me habló sobre el tema de María José? Como cuando te sacabas una mala nota y te daban el sermón de tu vida, sobre como todo se podía joder por una mala nota. En este caso mi papá me habló de cómo podíamos jodernos mutuamente si no estábamos 100% comprometidos el uno con el otro.

Le interesaba mucho que María José fuera sincera, pero de alguna forma confió más rápidamente en el que en mí. Estuvimos mucho tiempo hablando sobre mi compromiso...

Si, mi papá confiaba más en María José que en mi hablando de compromiso

A partir de ese día que hablaron y que papá habló conmigo hicimos formal nuestra relación. Le di mil besos cuando la vi encualquier lugar del edificio. Caminamos de la mano y salimos casi todos los días. Estuvimos en su casa por primera vez dos días después de hablar con papá y fue increíble.

Comimos, charlamos, bebimos, coqueteamos. Todo ella y yo solas.

Ahora María José estaba sentada en su escritorio y yo al otro lado mirándola como idiota.

—Bájate de ahí, Calle— me dijo con el tono que siempre usaba.

—Mejor sube conmigo aquí, señora Garzón— le conteste

María José sonrió. Se levantó del escritorio y metendió su mano.

—Esta mierda me está matando— señalo su oficina con la nariz —¿Vamos por comida? Muero de hambre

—Vale— acepte su mano

Salimos de su oficina tomados de la mano, las personas alrededor nos miraron un poco asombrados aún. Parecían no poder creer que María José al fin estaba de pareja oficialmente, peor tendrían que acostumbrarse.

—Jenni— llamo María José

La señora caminó hacia nosotros. Ella era ahora la asistente en general, porque yo había sido ascendida a asistente personal de María José. Claro que ese puesto no existía, pero cuando era asistente general del piso principal tenía que tratar con todos en el edificio y ella no quería eso.

—Voy a salir por unas horas, que nadie mueva un músculo hasta que vuelva.

Seguimos caminando en dirección al ascensor, pero la señora habló un momento después:

—¿Ni siquiera Chávez?

María José se giró de una forma diabólica y la miró.

—¿Quién carajos es Chávez?

—Encargado de ventas, él está de cumpleaños y pensó que quizás le darían permiso para salir temprano hoy.

—¿Y quién le dijo que pensara? — pregunto María José

La jale del brazo

—Amor...— le di una mirada de desaprobación — No seas tan cruel, es su cumpleaños.

María José me miró, miró a Jenni y luego meneo la cabeza.