Maratón 5/5
Maldita resaca.
Eso es lo primero que pienso en cuando abro los ojos, que al parecer cuesta mucho más que hacer cuando tienes un horrible dolor de cabeza. De buenas a primeras, no sé en donde me encuentro, hasta que veo las paredes rosas de mi habitación de casa mi madre. Llevo mi pesada mano en la frente, cerrando los ojos. ¡Este dolor es insoportable! ¿Quién me dejo beber tanto a noche? Me quito las sábanas que rodean mi cuerpo, pero noto demasiado frío, y veo que me encuentro completamente desnuda.
Rápidamente me vuelvo a enrollar con las sábanas, y me bajo de la cama con ellas en mi cuerpo. En cuanto dejo la cama desnuda, también lo dejo a él. Observo a Jake dormir boca abajo, con la cabeza inclinada viéndole con la boca entre abierta.
—Jake…—Susurro para que se despierte. Pero no lo hace. — ¡Jake! ¡JAKE!
Él se levanta de golpe, y al notar el dolor de cabeza, que debe ser igual que el mío, se arrepiente cerrando fuerte los ojos, y volviéndose a estirar con una mano en su cabeza.
— ¿Quién me dejo beber tanto a noche? ¿Fuiste tú, Abby? Recuerda que tengo un arma.
Abro ligeramente la boca como respuesta, y él levantándose, me coge de la cintura, para volver a estirarme en la cama, y rodearme con su brazo, que al hacer fuerza, se le nota el bíceps.
—Te recuerdo que yo también tengo una, aquí mismo. Y vosotros fuisteis los que celebraban los cumpleaños con un chupito por cada año. ¿Cómo te lo haces para aguantar 25 chupitos?
Él deja salir una leve risa por sus labios, por la que me provoca a mí otra. Le doy un beso, y me bajo otra vez de la cama, para ir a la ducha y enjabonarme rápidamente. El agua hace que disminuya el dolor de cabeza, y lo agradezco, aquello era insoportable. Me pongo ropa interior negra, con unas mallas estrechas grises y un jersey de lana blanco. Observo como Jake coge sus bóxeres de mi mesita de noche, y una muda que se dejó aquí hace unas semanas.
En cuando bajo por las escaleras, me quedo completamente quieta, no puede ser, ayer no debimos beber tanto, no me acuerdo de nada. Todo es un completo desastre, hay vasos de plástico por el suelo, copas del champán en la mesita de la sala de estar, vasos de chupitos en la península de la cocina. ¡Hasta hay gente durmiendo por el suelo y por el sofá!
—Mierda, Jake, —Le llamo la atención mientras baja las escaleras. — ¿Qué hicimos ayer?
Él me mira frunciendo el cejo, y en cuando desvía la mirada hasta la planta baja, lo entiende. Deja salir un gruñido de frustración por sus labios, y tira la cabeza hacia atrás con una mano en sus ojos.
—No me acuerdo, Abby.
—Yo menos. —Susurro bajando las últimas escaleras.
Empezamos a recoger todo, y Jake despierta a la gente para que se vaya hiendo. Marly, Anne y Matt se acercan a nosotros con verdaderas caras de asco. No sé quién fue el que bebió más ayer, y tengo suerte de no acordarme.
— ¿Os acordáis de algo? —Les pregunto una vez tenemos todo más recogido y una taza de café en nuestras manos.
Todos niegan con la cabeza, menos Matt, que parece confundido. Mira su taza detenidamente, y frunce el ceño. Jake le da un puñetazo leve en el hombro, pero parece no reaccionar.
—Matthew Dicks, si te acuerdas de algo, dímelo por favor. —Le suelto exasperada.
—Ella vino…—Dice susurrando.
Junto las cejas, al no entender que quiere decir. Jake lo mira también sorprendido, y al parecer, él si entiende de qué habla. Matt levanta la cabeza, y me mira fijamente a los ojos.
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Amor Prohibido [#1]
ActionAbby Madison Una adolescente de 18 años que odia el amor. Jake Connor Un agente de la FBI el cuál se ha enamorado perdidamente de ella. ¿Pero qué puede pasar cuando dos personas se enamoran en medio de un interminable peligro? Dicen que el amor va...