8. AÚN NO ESTOY PREPARADA

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Me despierto la mañana siguiente del mejor humor posible, pero cuando abro mi cajón de la mesita de noche, desaparece mi sonrisa. Cojo el arma, y la miro atentamente. Pensaba que pesaría menos. La vuelvo a guardar, me levanto de la cama y voy al baño. Me hago un moño alto y voy hacía la cocina. Suspiro cuando me doy cuenta de que el desayuno no estará hecho, por lo menos en 6 meses más. Ni la música, ni sus "Buenos días", simplemente las mañanas ya no serán iguales sin él en esta casa. Pongo la música yo misma, y también me hago el desayuno. Me pongo a mover les caderas por toda la cocina mientras suena "Move like jagger", hago tortitas y me preparo un zumo de naranja. El móvil empieza a sonar, y lo cojo.

— ¡Cariño!

Mi cabeza va directamente a la noche de ayer, mi padre me dio una información antes de irse. No tenía por qué colgar el móvil, lo tenía protegido la central. Espera, ¿Por qué lo tiene protegido? Oh mierda, ni me di cuenta, seguramente cuando me lo quitaron.

—Hola mama.

— ¿Cuando se fue Jack? No lo vi irse, y no me contesta al móvil.

Me quedo unos segundos en blanco, ¿Qué representa que le tengo que decir? No me gusta mentirle a mi madre, aunque sea para protegerla, pero me cuesta mucho. Ella es la que siempre ha estado a mi lado, y ahora, después de dos años con mi padre, será igualmente la que me ha criado.

—¿Abby?—Me vuelve a llamar la atención.

—Mmm...sí, se fue después de bailar una canción conmigo, me felicitó y se tuvo que ir.—Después de todo, tampoco es mentira.

—¿Sabes a dónde? ¿Y por qué no me coge el móvil?

—No, no me dijo nada mama. Y no sé porque no te lo coge, ¿puede ser por que estará ocupado?

—Ya, que raro.

—Que va, papa es un despistado, cuando se dé cuenta que lo has llamado, te llamara él, no te preocupes.

—Ya, vale cariño.

—Oh...espera, ¿Por qué lo has llamado?

—Me tengo que ir, cariño. Hablamos más tarde, te quiero.

—Ma...—Y me cuelga.

Me quedo mirando el móvil, no me lo puedo creer, me acaba de colgar mi propia madre. ¿Por qué lo habrá llamado? ¿Puede ser que sospeche algo? Niego con la cabeza, imposible. Sé que es mi madre, pero nunca se entera de nada. Me acabo el desayuno y me visto. Me pongo algo sencillo, unos pantalones tejanos cortos con una básica blanca. Me dejo el pelo suelto y me aplico máscara de pestañas. Me perfumo y voy hacia la puerta, dónde están colgadas las llaves veo una nota.

"Me llevo el coche, pero te dejo la moto. Ten cuidado, te quiero princesa.
Besos,
Papa."

Cojo las llaves y salgo de la casa con mi bolsa con todo lo necesario. Ya en la calle, me pongo el casco guardado en la moto, y me siento encima de ella. Me saqué el carnet de moto a los 14, y mi padre me enseñó a manejar esta, ya que es más grande de las que he llevado.

La arranco y acelero hasta pararme a un Stop de la calle, giro a la derecha y sigo hasta pararme delante de una heladería. Guardo el casco dentro de la moto, y me guardo las llaves. Me quedo delante el mostrador y espero a que me atiendan.

—¿Puedo acompañarte con ese helado?—Esa maldita voz que hace que mis pulsaciones suban de inmediato.

Sonrío dándome la vuelta, y me lo encuentro con unos tejanos desgastados y una blusa azul con cuello V. Le doy un abrazo y asisto con la cabeza.

Amor Prohibido [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora