Ch. 11 El Torneo

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Caballeros de todo el reino habían llegado a las puertas de Desembarco Del Rey con el fin de demostrar sus habilidades y ganaran fama, riqueza y prestigio.

Las tribunas estaban repletas de gente gritando con euforia.

La justa dio comienzo con el discurso de abertura de el rey felicitando en adelanto al nuevo campeón y anunciando que el labor de parto de la reina había comenzando.

Los gritos aumentaron celebrando la inminente llagada del nuevo heredero de los siete reinos.

El primer combate fue la de un caballero de la Casa Stark contra un el joven Tyrell, ganando el primero.

La princesa llegó al balcón real situado al centro de las tribunas.

Su entrada llamó la atención a mas de uno, embobados en su hermosa figura adorada de un ostentoso vestido rojo terciopelo.

Ignorando las miradas de deseo y admiración se dirigió elegantemente hacia Lady Alicent.

La justa siguió enfrentase un vasallo de la casa Lannister y un caballero sin emblema alguno.

Rhaenyra miraba con desinterés cada contrincante, para ella este era tan solo un mero espectáculo ridículo ¿Como podría semejante ridiculez ser prueba de fuerza, valor y destreza?

La mayoría de los cabelleras presentes no había estado en una verdadera guerra.

Impaciénteme se removió sobre su siento. Tendría que estar con su madre no en ese estupido torneo organizado por su padre.

El torneo continuó hasta la llegada se su tío, montado en su caballo negro, con un yelmo a forma de dragón, vistiendo su reluciente armadura negra con el emblema Targaryen, emblema que portaba con orgullo.

Como si fuera el mismísimo rey, el pueblo lo alardeó con alegría, júbilos se escucharon desde lo más bajos de las tarimas hasta la más alta, celebrando la entrada triunfante del príncipe de la ciudad. 

Una docena de caballeros se alinearon tras la llegada del príncipe, cada uno deseando no ser el elegido.

La tensión entre los caballeros fue escalando hasta que el príncipe apuntó con su lanza a Ser Gwayne Hightower, único hijo varón de Otto Hightower.

Por disgusto de este último no sólo eligió a su hijo como contrincante sino que pidió el favor de su hija, la joven Lady Alicent.

Deamon sonrío con arrogancia hacia Ser Otto burlándose de él sabiendo que no podía hacer nada más que morderse su venenosa lengua y tratar de mantener el poco orgullo que le quedaba.

En su caballo volvió galopeó a lo largo del campo, sus ojos vagaron hasta el pequeño balcón volviendo a su sobrina.

Pronto dejo de mirarla para fijarse en Otto, con arrogancia le sonrió haciendo contacto visual.

Cuando el Heraldo dio comienzo a la justa ambos jinetes tomaron posición aliándose a lados opuestos de la larga barrea de madera tomando velocidad en sus respectivos cabellos.

Ser Gwayne apunto con su lanza hacia el escudo sin embargo chocó contra su pecho casi haciéndolo caer.

El príncipe se sujetó fuertemente de las lienzos del caballo para no caer sintiendo su espalda arquearse dolorosamente sin embargo no dejó que eso determinara su final.

Dameon rápidamente se recompuso volviendo a equilibrase y tomó otra estaca esta vez apuntando a las piernas del caballo.

El golpe fue preciso y firme tumbando al arrogante Ser Gwayne de su caballo cayendo sobre su cara.

Amor Traicionero ( Rhaenyra & Daemon ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora