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"El peso de nuestros Pecados"

Eleanor Bennett

-Llevo más de una hora en la habitación mirando el lago desde la ventana, tengo el cabello mojado mientras llevo un pijama de algodón, Joaquín y Jayden hablan y leen expedientes acerca del caso mientras Amelia está con el Padre Joe confesando sus pecados.

-Dentro de unos minutos me tocará confesarme a mí, no sé si estaré lista para confesar todo lo que mi alma esconde, tengo que prepararme para las muecas de disgusto del padre y que el haga como sino pasara nada cuando en realidad si pasa algo. Volteo a ver a Jayden, su esencia sigue siendo gris pero poco a poco comienza a retomar su color original, creo que así es como debe de estar pasando con la mía.

-Escuchamos sonidos en la abadía, golpes en el techo, lámparas que se caen en otros pasillos, la abadía es muy vieja pero estoy segura de que estas cosas no están pasando por deterioro, me levanto encaminándome hacia la puerta, Jayden me mira pero no dice nada, Joaquín en cambio se muestra preocupado.

—¿A donde vas?—Me pregunta.
—Quiero ir a investigar el sitio donde fue el suicido de los jóvenes.
—Espera a que Amelia termine y vamos todos.—Me dice, enserio está preocupado.

—Solo iré a ver.—Tomo mi celular y una cadena con un crucifijo que me coloco en el cuello.

-Jayden mira a Joaquín con cara de que no tiene caso de que me insistan ya que igualmente voy a ir, Joaquín se me acerca y me revisa la muñeca tanteando.

—¿Aun no le han puesto el chip?—Le pregunta a Jayden.
—Pregúntale a Harry, la razón por la que está conmigo y la sé encontrar es porque siempre regresa a mí.—Dice Jayden sin importancia y Joaquín me sonríe colocándome en la oreja el dispositivo especial de la agencia.

—Si necesitas ayuda, pídele a la AI que nos llame y una alerta se emitirá a las AI de nosotros, e iremos a buscarte.—Me explica y yo asiento.
—Gracias Joaquín.

-Salgo de la habitación y el ambiente frío me golpea, son casi las doce de la noche, comienzo a caminar con mis pantuflas por los pasillos de la abadía, trato de no tocar nada para no establecer contacto hasta que me confiese, el demonio puede usar mis pecados en mi contra y es lo que menos necesito en este momento. Sigo caminando hasta que llego al patio de la abadía, hay una escultura de la virgen de la inmaculada concepción, en el suelo hay una inmensa cruz dibujada, el aire de la noche fría me llena los pulmones, miro hacia arriba mirando el resto y se me hace difícil seguir avanzando.

-Continuo hasta llegar a la capilla de la abadía, me encuentro con el Padre terminando de confesar a Amelia, ella se levanta para recibirme y se asusta al verme llegar sola.

—Le dije a Joaquín que te acompañara hasta acá, ¿por qué llegas sola?—Me pregunta con nervios.
—Está bien, yo quise salir por mi cuenta, tengo la AI de la agencia por si surgía algo.

-Amelia relaja los hombros, su aura se ve mucho más brillante y resplandeciente, eso pasa cuando te confiesas, es como una limpieza para el alma.

—Señorita Eleanor, usted es la que sigue.—Me habla el padre y yo obedezco, acercándome al confesionario.

Amelia Mendoza

-Camino de regreso a la habitación, el ambiente se vuelve mucho más tétrico durante el camino y siento que me están observando. Llego y apenas doy aviso de mi llegada, Joaquín me abraza y me planta un beso en los labios.

EL SUSURRO DE LAS ALMAS - [Almas #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora