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Durante el camino a la escuela Bash estuvo molestando sin parar, diciendo sus chistes que a nadie le dan risa y hostigando a los pobres robosimios. Decidí ignorarlo y escuchar "Sunflower" para relajarme un poco mientras admiraba las calles y observaba a las personas caminando, algunas felices, otras enojadas y varias tristes.

¿Estaba nerviosa? Sí, y mucho, pero a la vez feliz debido a que eran muy contables las veces que había salido de la mansión. Hoy era el día, el día en que seré "libre", podré hacer amigos y quizás, solo si Diosito quiere (aunque esperemos que no) me enamore de alguien de mi edad y, sobre todo, que exista.

Me encontraba tan sumergida en mi mente que de no ser porque Bash golpeó la puerta al salir, no me hubiera dado cuenta de que ya habíamos llegado a la famosa "Secundaria Norrisville". Tragué grueso en cuanto vi a la mayoría de estudiantes caminando de un lado a otro, algunos se estaban encontrando con sus amigos y otros estaban en su mundo.

Mientras contemplaba y analizaba cual sería mi siguiente paso para dar una buena impresión, Bash abrió la puerta y me obligó a salir.

-Oye, idiota- Dijo de forma socarrona -Ya es hora de que bajes, "princesita". Tú papi no va a venir a ayudarte a bajar, ni mucho menos a socializar, así que levanta tu trasero y camina- Intenté descifrar cuales eran sus intenciones, pero me era imposible. Saber qué es lo que está pensando Bash es demasiado complicado por el simple hecho de que él no piensa.

De un momento a otro hiso algo que me sorprendió, Bashford Johnson, el bully y matón de la secundaria y, mi hermanastro huevón, me estaba ofreciendo la mano para ayudarme a bajar.

Lo miré extrañada y dudé un poco en aceptar su gesto, aunque al final lo hice, un poco de apoyo el primer día no está mal, ¿verdad?

-Amm y.. ¿Esto a qué se debe?- Cuestioné un poco nerviosa por su amabilidad mientras me bajaba de la limusina y tomaba mi mochila.

-¿Qué? ¿No puedo solo ser amable y ya? ¿Acaso necesito un motivo o algo así?- Respondió a la defensiva, por lo que yo solo volteé la mirada y murmuré.

-Es solo que no estoy acostumbrada a q-que seas amable conmigo, eso es todo- Suspiré y observé como el robosimio se iba junto a la limusina, ya no había vuelta atrás. Al detallar mi alrededor vi a varios estudiantes murmurar mientras miraban en mi dirección, me sentí extraña por unos segundos así que decidí ignorarlos.

Bash soltó mi mano y se alejó para irse con sus amigos, por lo que decidí entrar a la famosa escuela que es protegida por un supuesto Ninja. Mientras caminaba pude notar como los murmullos no se detenían, a lo mejor no fue buena idea venir junto a mi estúpido hermanastro el primer día, aceleré el paso y recordé que debía llegar a lo oficina del director.. ¿Trocillo, Martillo, chamorrillo? Ay como sea que se llame.

Al llegar al lugar de los casilleros vi a una chica de cabello azul guardando algunos libros en su mochila y decidí pedirle ayuda para orientarme, se veía amable y, ¿quién sabe? Cualquier cosa podría pasar y ella podría ser mi primera amiga.

Sonreí de forma inconsciente ante la idea y me acerqué a ella -Amm hola- Dije de forma baja mientras intentaba no trabarme al hablar -Disculpa que te moleste, p-pero quería saber si tú..- Vi como levantó una ceja mientras me observaba, lo que provocó que tragara grueso -Si tú podrías d-decirme donde queda la oficina del director, e-es que estoy algo perdida- Solté una risita nerviosa mientras sentía como mis manos sudaban al ver como me miraba de forma seria.

-Oh, claro.- Dijo de forma sonriente mientras cerraba su taquilla -Eres nueva, ¿verdad?- cuestionó mientras comenzaba a caminar y me hiso una seña para que la siguiera.

-Sí, lo soy. Perdona si te estoy molestando, es solo que- No pude terminar mi oración debido a que ella me interrumpió -¿Qué? Oh no no, para nada, de todas formas iba a ir a donde el director Delgadillo a entregar unos papeles- Ante esta declaración yo solo asentí mientras observaba la arquitectura de la escuela, era sencilla pero linda -Y dime, ¿Cuál es tu nombre?- Preguntó tranquila mientras sacaba unas cuantas hojas de su mochila.

¡𝘾𝙤𝙨𝙖𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙥𝙖𝙨𝙖𝙣!/𝙍𝙖𝙣𝙙𝙮 𝘾𝙪𝙣𝙣𝙞𝙣𝙜𝙝𝙖𝙢 𝙭 𝙇𝙚𝙘𝙩𝙤𝙧𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora