Cap XIII

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La semana de vacaciones terminó y la tortura comenzó de nuevo, y aunque Bill trataba de convencerse de que ya todo estaba bien pues había arreglado las cosas con tom, aún quedaba la bruja de la profesora ria. El lunes que llegó a la institución trató de evitarla a toda costa, sin embargo en el almuerzo, lugar en donde todos se encuentran, la profesora ría pasó la mirada por todas las mesas buscando algo, al encontrarlo finalmente y mirarse el uno al otro con desprecio la chica sonrió, si, ya no pasó esa hora libre con su profesor como solía hacerlo ¡pero no lo hizo por ella! Fue completamente su decisión el querer estar con sus amigos; tom se había llevado un terrible regaño de la directora por no haber revisado unas cosas en la semana de vacaciones, bill se avergonzó y pensó que lo mejor sería no distraer al mayor de sus asuntos, por lo que en la hora del almuerzo volvió con sus amigos, hablaron de como fue su semana y en ocasiones se burlaban del pelinegro porque según ellos Bill "los había olvidado".El primer día pasó totalmente tranquilo, ya era la última hora de clases del día y se encontraban justamente en la clase del profesor Trümper, quien les dejó la clase libre pues según los otros estudiantes tendría que hacer quien sabe que cosas, aunque bill sabía claramente que era lo que olvidó la semana anterior.

El timbre tocó y ya todos los alumnos tenían sus pertenencias guardadas, casi como si fuera una carrera y solo esperasen el "en sus marcas, ¡fuera!" de su profesor.

-Pueden salir.— habló finalmente tom sin despegar la mirada de su laptop.

Bill fingió tardarse en guardar sus cosas, esperando a que sus compañeros salieran del aula.-Solamente no lo hagan en el escritorio. -le susurró george riendo, bill se sonrojó, ya lo habían hecho...

Caminó hacia el escritorio ya con su mochila en sus hombros, escuchando a los últimos estudiantes decir "¡estaba tan concentrado que ni siquiera encargó tarea!" con alegría. La puerta por fin se cerró y bill se recargó en el escritorio.-Siento haberte distraído esa semana, te prometo que no volverá a pasar.—se disculpó con vergüenza.

-No tienes porque, Billy - le dijo con dulzura mirando al pelinegro atentamente.- Solo que posiblemente hoy y lo que resta de la semana estaré ocupado en esto, prometo que te lo recompensaré.—bill arqueó una ceja ante la propuesta y caminó al lado del profesor, éste giró su silla para así quedar de frente.

Bill se inclinó hasta que sus narices rozaron, sus respiraciones mezclándose entre si.― lo espero con ansias.— murmuró besándolo finalmente, Tom lo atrajo hacia él, posando sus manos en el pecho de Tom y con la otra desordenando su cabello castaño. Sus labios se complementaban el uno al otro en una unión llena de amor y dulzura, un beso que demostraba toda esa explosión de emociones que sentían por el otro.

Escucharon unos pasos por el corredor y se separaron rápidamente, mirándose cómplices.- Gracias por la ayuda, profesor Trümper, nos vemos en la próxima clase.— dijo con una sonrisa en su rostro saliendo del aula tres.

{♡}

Los días para Bill pasaron monótonos, ya era jueves y hasta el momento no había tenido la oportunidad de salir con Tom, oh por dios, ¿salir? Ni siquiera eran pareja, Bill trató de borrar esos pensamientos. En esos últimos días se les había hecho algo así como una costumbre encontrarse a una hora específica en el baño de maestros, máximo podían estar diez minutos ahí dentro, pero eran unos muy buenos diez minutos para besuquearse sin preocupaciones. Tom salía primero despidiéndose con una sonrisa mientras bill se acomoda su cabello y vestuario, esperando el mensaje del mayor avisándole que el pasillo estaba libre y podía salir ya.
Por otro lado, la profesora ría solo sonreía con arrogancia mientras que Bill únicamente rodaba los ojos cada vez que se hallaban en los pasillos de la institución, Bill también se preguntaba si es que ya le había informado a la directora de su situación con Tom, aunque lo más probable es que no y solo estuviese jugando con él, pues no habían sacado a patadas a ninguno de los dos hasta ahora; aunque aún así le preocupaba, pues ese animal rastrero podía chantajearlo de nuevo en cualquier momento.

Maldita profesora ría, Bill realmente la detestaba.

Faltaba media hora para salir al almuerzo, exactamente eran las diez y quince de la mañana y para la mala suerte del pelinegro se encontraba justamente en la clase de literatura, con la profesora ría. Bill ni siquiera prestaba atención a lo que salía de la boca de aquella imbécil, tan solo copiaba las cosas escritas en el pizarrón sin fijarse en si al menos tenía sentido.

A escondidas, bajo su pupitre y en sus piernas, sacó su celular y escribió un mensaje corto a Bill "estoy en clase de literatura, ría no me dejara salir ni muerta", no esperó por una respuesta y guardó el aparato rápidamente. Continuó distraído en sus pensamientos mirando hacia el techo, escuchó como tocaron la puerta y por instinto volteó a ver hacia ella. La esbelta silueta del profesor tom se apareció en la entrada, la profesora ría sonrió instantáneamente al ver a tom y bill rodó los ojos murmurando un iugh.

-Buenos días tom, ¿que se te ofrece? —dijo coquetamente la mujer pasando un mechón de su cabello mientras sonreía vanidosa. Bill hizo como que vomitaba ante la escena y Tom rió al ver la expresión exagerada del menor.

–Buenos dias ría, quisiera solicitar al alumno Bill Kaulitz.—expresó el castaño obteniendo que la sonrisa de la mujer se borrara pero que la de Bill apareciera.

-Oh, ya veo.—dijo arqueando una ceja al menor, Bill sonrió nervioso ante el recuerdo de lo que esa simple acción de Tom podría ocasionar ahora que ría sabia todo. Ria le indicó al pelinegro que se acercara a ella, bill obedeció inquieto, la mujer se acercó a murmurar algo que ni siquiera tom que estaba cerca pudo escuchar, solo bill tuvo el placer de enterarse de las palabras de su profesora.— Después del almuerzo deberías comenzar a vaciar tu casillero, no creo que a la directora le agrade mucho la noticia.

Un escalofrío recorrió la espalda de Bill, éste mismo noto la mirada alarmada de tom sobre ellos, probablemente queriendo saber que fue lo que dijo. Bill asintió con una sonrisa a ría queriendo que el mayor no se preocupara.

Cuando salieron juntos del aula, Tom lo miró con atención, claramente preguntando que había pasado, bill lo miró con una sonrisa deseando que el castaño le creyera.- Solo tarea.

Mintió.

Cuando entraron al baño, bill se le lanzó encima abrazando a Tom y enterrando su rostro en el pecho de éste. A el pelilargo le pareció algo extraño su actitud pero no se opuso o buscó una explicación ante sus acciones, prefirió corresponder el abrazo del menor, acarició su espalda con dedicación y dejó besos castos sobre la coronilla de su cabeza y de vez en cuando dejando dulces besos en la frente de Bill.

Así pasaron los próximos diez minutos, con Tom mimando a su chico y bill disfrutando de la agradable calidez de sus cuerpos juntos.

-Prométeme que a pesar de todo siempre estarás conmigo.—murmuró el pelinegro contra el pecho de Tom. El mayor colocó sus manos en las mejillas de Bill, ahora mirándose fijamente, el estudiante lo miró con un tierno puchero en sus labios y el profesor con una sonrisa melosa.

-Siempre voy a estar contigo, siempre te voy a amar, pase lo que pase. Lo prometo. -murmuró para luego besarlo finalmente. Sus labios moviéndose al compás deseando detener el tiempo.

La alarma del celular del mayor resonó en la pequeña habitación, avisando que faltaban cinco minutos para el almuerzo. Se separaron y Bill lo abrazó una vez más, caminando fuera del baño finalmente.

Profesor  [ Toll ] AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora