Cap VIII

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Y lo que pasó una vez paso muchas veces más.

Bill estaba más que equivocado si pensaba que con tan solo esa vez bastaba para apagar eso que crecía entre ambos. Había pasado más tiempo en el regazo de Tom del que una relación pasajera debía pasar, la verdad es que amaba cuando en clases el prominente hombre era tan frío y calculador, sembrando el pánico entre los estudiantes, todos a excepción de él, que no era solo porque Bill era excepcionalmente bueno en la materia en cuestión sino que también conocía que esto tan solo era una farsa.

Y le llevó meses darse cuenta de esto, y es que Bill amaba cuando entraba al salón de clases y el mayor lo recibía con una sonrisa, no estaba seguro de cuando habían pasado de solo follar y el clásico lo veo en clase kaulitz, a revisar exámenes juntos, quejarse cada uno de sus días, ¡Bill incluso había ido a casa de Tom! Su corazón se derretía de ternura cada vez que lo recordaba: los nervios del mayor al enseñarle la impecable casa, como éste le había preparado una exuberante cena, lo atractivo que se veía y la delicadeza con la que lo trato en toda la noche.

Bill había aprendido que Tom no era nada de lo que aparentaba ser, y fue una muy grata sorpresa, aunque Andreas se burlase de él porque "estas tan enamorado, Bill", no cambiaría nada de lo que había pasado el último mes, aunque a veces estaba aterrado por lo que sentía y cuando hervía de los celos, inseguro cada vez que miraba a su profesor hablar con la profesora ría, todo esto se disipaba cuando Tom le sonreía de esa forma tan tierna.

El clima era frío, Bill llevaba un suéter de lana grisáceo, estaba en la comodidad de su casa, disfrutando de un libro mientras cada cierto tiempo observaba los copos de nieve estrellarse contra su ventana, sus padres habían ido a un recital de violín de su hermana menor, así que su casa estaba silenciosa, cosa que nunca pasaba. Pero como su tranquilidad nunca duraba, su teléfono comenzó a sonar, una canción de James Arthur lo distrajo de su lectura, se permitió disfrutar un poco de la canción antes de contestar, no vio quien lo llamaba, posiblemente andy para pedirle ayuda o algo así.

-¿Si? -contestó con un bostezo mientras seguía ojeando su libro-. ¿Diga? -nadie había contestado y pensó que tal vez era una llamada de broma, suspiró con irritación, jodidos niños-. Voy a colgar.

-¡Espera! -bill detuvo sus movimientos al escuchar la voz gruesa de tom, una sonrisa escapó de sus labios-. S-soy Tom.

Bill río enternecido.

-Oh no me digas -Respondió con una voz suave-. El profesor Trümper llamando al alumno que más odia, ¿Quién lo diría? -Se burló dejando su libro de lado.-Yo no diría que él más odiado... -Admitió con una leve risa.

-¿A qué se debe su llamada, profesor Trümper? -Preguntó jugando con la manga de su suéter, quería decirle que lo extrañaba, que odiaba esa estúpida semana de vacaciones, que quería verlo, pero tan solo era muy tímido para ello.

-Y-yo, eh, y-yo, solo quería, ehm... -Lucho contra sus propias palabras-. Q-quería preguntarte, que si, t-tal vez, tú quisieras... acompañarme, n-necesito hacer unas compras y podríamos tomar un café o a-algo así -Un suspiro de alivio se escuchó en la otra línea.

-Claro, porque no -Respondió simplemente aunque por dentro moría de felicidad.

-¿En serio? ¡genial! eh, ¿paso por ti?

-Pues claro Tom, no pretendías que me fuera en bus, ¿verdad? -Obvió-. Bien, te espero, no tardes -Sin permitir contestar colgó, lanzó su teléfono a la cama y fue a perfumarse.

Se maquillo levemente con su característica sombra de ojos, brillo labial con color rojizo y un poco de rubor. La imagen que el espejo le daba de si mismo era muy atractiva así que se sintió muy bien, era la primera vez que saldría con Tom en público y estaba emocionado, bill había querido salir con éste desde hace un tiempo ya, pero si no fuera tan tímido tal vez lo hubiera pedido; la verdad es que no sabía que extraña relación llevaba con su profesor y tenía miedo de siquiera hablarle y que Tom lo dejase solo porque él quiera ponerse una etiqueta. Uh, ¿Cuándo demonios cayó por el profesor que tanto odiaba?

Escuchó el timbre y bajo corriendo las escaleras después de tomar sus cosas básicas y dejar en orden su habitación, se acomodó levemente el cabello y abrió la puerta. Tom llevaba una camisa manga larga negra, una chaqueta negra, unos pantalones jeans pegados, su cabello suelto sin las trenzas, recogidos, rasurado, se veía tan precioso que Bill juro que podía desmayarse.

-Hola -Lo saludó después de un rato, Bill, de verdad lo intento, pero había pasado tiempo sin verse y que éste se apareciera luciendo como el hombre más bello del mundo no ayudaba, lo tomó del abrigo tomándolo de sorpresa y unió sus labios.

Tom acepto gustoso saboreando los labios suaves del menor.

-Hola -Susurró Bill cuando se separaron, el más alto sonrió y le dió un corto beso en los labios.

-Vamos, hace frío -Murmuró con voz ronca, Bill se estremeció y no supo si fue por la brisa o por lo sensual que la voz de Tom era.

-No sabía que te iban las cosas de mujeres -Bromeó Bill cuando el más alto entró a una tienda de ropa femenina, un ligero rubor atacó sus mejillas y negó rápidamente.

-N-no es eso, es un regalo -bill se tensó notablemente, regalo, ¿para quien? ¿la profesora ría? Cómo lo haya invitado a comprarle un regalo a esa mujer...-, para mi madre.

-Ohh, bien, bien -Se alivió sonriendo.

-Ella cumple años este sábado y... me invitó. Tiene que ser muy especial -Musitó como si estuviera avergonzado, mientras que veía las prendas.

-¿Que tiene de extraño que te haya invitado? Eres su hijo -Comentó mirando con interés alguna de las cosas, eran de su gusto.

-Es la primera vez que lo hace en ocho años -Confesó, Bill se detuvo sorprendido, quería indagar más pero no sabía si el mayor se incomodaria por su curiosidad.

-Entonces deberíamos salir de aquí y buscar algo con más significado -Propuso con una sonrisa-, algo que recuerde.

Tom lo miró por un rato para luego asentir y que ambos caminaran fuera de la tienda de ropa, pasearon un largo tiempo por las distintas tiendas del centro comercial en busca del regalo perfecto, pero más que todo disfrutando de la compañía el uno al otro, bill se sentía tan cálido cuando Tom sonreía relajadamente y transformaba a aquel hombre gigantesco en un niño grande, se sentía perfecto, se sentía correcto.

-Esto tiene que ser -Exclamó el mayor con un plato de cerámica en sus manos-. A mamá le encanta la cerámica decorada.

A Bill se le ocurrió algo.

-Entonces deberías hacerlo tú.-¿Yo? N-no, de ninguna manera, mis manos son muy torpes -Balbuceó dejando el plato en su lugar.

-Y por eso es que yo te ayudaré, tommy -Alego con una sonrisa-, y tus manos no son para nada torpes, créeme.

Se atrevió a acunar la mano del más alto con la suya y jalarlo hacia un puesto de haz tu propia cerámica, no pudo evitar lo tierna que era esa primera cita.

Porque si, aquella en definitiva sería su primera cita.

Profesor  [ Toll ] AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora