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No fue difícil para Chu WanNing darse cuenta del miedo que le causaba a Xue Meng, y no dudó en usar eso a su favor. Sí, era algo cruel, pero haber visto esa linda expresión de confusión en Mo Ran, cuando recibió el jugo, lo valía todo. Estaba dispuesto a convertir a Xue Meng en su chivo de entregas.

El martes le mandó un jugo y unas galletas, ambas favoritas de Mo Ran; el miércoles le mando un jugo junto con un chocolate. Era jueves, y esta vez había preparado un jugo, unas galletas y un par de dulces, los puso en una bolsa de papel y se encontró con Xue Meng fuera del comedor, asegurándose de no ser vistos por nadie, en especial por Mo Ran.
—¿Por qué le estás dando estas cosas mi primo? —Preguntó Xue Meng con voz temblorosa. Tenia miedo, pero su curiosidad era mayor.
Chu wanWanNing, que ya le había agarrado el modo al menor, lo miró friamente, cosa que provocó un escalofrío al otro, justo el efecto que WanNing deseaba. Xue Meng cerró su boca para no meterse en problemas.
Cuando WanNing vio que el menor estaba listo para irse, le removió la conciencia. Sabía que Xue Meng y Mo Ran, no  tenían una buena relación, a pesar de ser primos. Podía imaginarse lo difícil que era para Meng, entregarle aquellos aperitivos a su primo.

—Es algo que le debo —Dijo acompañado de un suspiro.
Xue Memg lo miró, como esperando más, pero se dio cuenta de que aquello sería la única información que WanNing le daría. No insi6sto más, y se fue.

...

La curiosidad de Mo Ran parecía sarpullido extendiéndose por todo su cuerpo. Recibió aquellos aperitivos, sin ninguna nota, durante cuatro días seguidos. Lo habían hecho olvidarse de su problema con Shi Mei, pero uno nuevo había surgido. ¿Quién era la persona que le enviaba aperitivos a través de Xue Meng?

Mo Ran estaba acostado en su cama, miraba el techo mientras amasaba una bola de plastilina con su mano derecha. Esta acción lo ayudaba a pensar más claro. Era un habito que había conseguido desde niño.
Pensó en varios nombres de chicas y chicos, pero ninguno parecíaser el correcto. Hasta que al fin uno lo hizo sentarse abruptamente.
—¡Rong Jiu! —Exclamó

Rong Jiu, había sido su novio hace tiempo. Fue antes de que Mo Ran se diera cuenta de sus sentimientos hacia Shi mei. Aquel chico, era bastante apuesto, lo que llamó la atención de Mo Ran, pero cuando comenzaron a salir, se dio cuenta de lo egocéntrico, tóxico y dramático que ese chico podía ser. Incluso, después de su ruptura, Rong Jiu aún molestaba a Mo Ran. A este último no le extrañaría que Xue Meng aceptara entregar esos regalos con tal de molestarlo. El par de primos vivían para fastidiar al otro. Xue Meng era capaz de volverlo a juntar con Rong Jiu, con tal de verlo sufrir, o al menos eso pensaba.

Se levantó furioso de su cama, y fue a la habitación de su primo entrando sin previo aviso, asustando así a Xue Meng, que estaba sentado en un pequeño sillón que había en la habitación, llevaba sus audífonos y, por el susto, se le cayó el libro que estaba leyendo.
—¿Qué sucede contigo? —Preguntó molesto mientras se quitaba los audífonos — ¿No sabes lo básico de modales, animal? Se supone que se tiene que tocar antes de entrar.
—Es Rong Jiu ¿no es así? —Preguntó Mo Ran, sus cejas arrugadas y su respiración agitada dejaba ver su furia.
—¿De que mierda estás hablando?
—No te hagas el tonto. Sabes de lo que hablo —Se metió de lleno al cuarto parándose frente a Meng— Ring Jiu te ha dado esas cosas para que me los des, ¡¿no es así?! Solo quieres fastidiarme.
—Si quieres creer eso, entonces hazlo, pero vete de mi cuarto —Respondió poniéndose de pie— a parte, tu eres quien me está fastidiando. Llegaste a mi escuela, me quitas a mi mejor amigo, te cuelas en mi casa ¡¿y ahora estás en mi cuarto?! ¡¿quien te E crees que eres para quitarme lo mío?! —Le dio un empujón a Mo Ran
Para este punto, racias a los gritos de Meng, la señora Wang había dejado de cocinar y fue a ver lo que sucedía. Había alcanzado a escuchar algunas palabras de su hijo.
—¡Meng! No seas grosero —Reprendio la mujer.
—¡¿lo vez?! Hasta mi madre te prefiere.
—¡Xue Meng, basta!
El nombrado, lanzó una mirada a su madre. Después a su primo. Soltó un leve gruñido y salió de ahí.
Mo Ra , que estaba igual de molesto, dedicó una mirada de disculpa a su tía y volvió a su habitación.

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Lo sé, lo sé
De nuevo me tardé en actualizar, pido disculpas por eso.
Gracias por la espera.
Nos leemos en la próxima actualización

La confesión de WanNingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora