Capítulo 2: Titanium

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Con un mando abrió las vallas de la casa y me invitó pasar al jardín. Una mujer que estaba parada de pie ahí vestida con un uniforme nos saludó y yo sonreí amablemente, creo que era la sirvienta de la casa.

Nos guiamos por el camino de piedra sobre la hierba para llegar a la piscina sin maltratar a la vegetación.

— ¡Ey chicos!— Olivia llamó la atención de todos y más yo que era nuevo — Os presento a nuestro nuevo vecino.

Los que estaban en la piscina chillaron de la euforia y se tiraron agua los unos a los otros salpicando agua hacia fuera.

— Mira, el peliblanco de ojos azules se llama Ethan.— lo señaló en el agua — Luego, esos dos rubios son gemelos. El de ojos grises se llama Peter y el de los marrones es Robin. Son nuestros amigos.

—¿Y yo qué?— pegué un salto del susto por la voz que apareció detrás de mí, casi me da un infarto.

Me di la vuelta y me encontré con la chica que antes había visto en la habitación.

— Pervertido, qué.— me echó una ojeada — ¿Disfrutaste viendome cambiarme?

—¿Qué?— fue mi honesta reacción — No vi nada, ni si quiera sabía que te estabas cambiando.

— ¿Por qué has traído a este chico a mi casa?— la chica le preguntó de mal humor a Olivia.

— Es el nuevo vecino, os lo quería presentar.— la chica de mal humor todavía me miró con peor cara — Venga Aida, deja esos malos humos y vente a la piscina.

Olivia le dio una nalgada y se fue corriendo a la piscina para tirarse de bomba.

— Ojos marrones, cabello moreno.— fue analizandome la chica cuyo nombre era Aida — ¿Flequillo? Venga ya, si eso es de nerds, ¿quién lleva flequillo en esta generación? Y encima, ¿gafas? Joder, sí que eres un ratón de biblioteca.

Oye, qué hipócrita estaba siendo. Si ella misma también tenía fleco, cabello moreno y ojos marrones.

Todos sus amigos eran más atractivos, aunque ella también tenía características que la hacían destacar de la gente normal. Por ejemplo una mandíbula prominente, pestañas largas o que se le marcaran los pómulos.

—¿Y te vas a meter a la piscina con esa ropa que traes?— me señaló con desagrado — Vas a estropearla con el cloro de la piscina.

— Tranquila, no he venido a nadar contigo.— me reí en su cara — He venido a ver a tu amiga. — señalé a Olivia que se lo estaba pasando muy bien en el agua.

Ella me apartó del camino y se fue a inflar un flotador. ¿No sabía nadar? No pude evitar reírme a carcajadas.

—¿Eres tonto o qué?— me sacó el dedo.

Ay, me dolía la barriga de tanto reír. La ignoré y me acerqué al borde de la piscina donde estaba la rubia de ojos verdes.

— Déjala, siempre está de mal humor.— Olivia me ofreció una copa llena de refresco con hielo y frutas — No lleva alcohol, tranquilo.

Agradecí por la bebida y tomé un sorbo, sí estaba rico. Ella me seguía viendo y no pude evitar sonrojarme.

— Oye.— Aida le lanzó el flotador a la cabeza a Olivia — ¿Te vas a quedar ahí ligando o vas a nadar?

— Joder Aida.— Olivia desinfló el flotador adrede — No estés tan amargada,¿no? Pareces una vieja gruñona.

El chico peliblanco de ojos azules, creo que se llamaba Ethan, se acercó a Aida y le cogió de los mofletes.

— ¿Qué te pasa, mi pequeñina?

Aida quitó sus manos de su cara y lo hundió bajo el agua.

— ¡ Ey, vecino nuevo! — me llamó el gemelo de ojos grises — Vente a jugar con nosotros.

— No gracias, no traigo bañador.

— Tu ropa tampoco es tan cara como para no quererla mojar.— Aida estiró de mi camiseta y me tiró al agua, antes de entrar a la piscina tiré mi móvil y mis gafas a la orilla.

Maldita bestia, ni se molestó en quitarme los zapatos.

— Uy Aida, ¿y esa delicadeza?— ironizó el gemelo de ojos marrones.

— Callaros de una puta vez.— se subió al flotador gigante de unicornio que había en la piscina.

— No le hagas caso.— Olivia me ayudó a salir del agua — Hoy está de muy mal humor, aunque no es nada normal. Odia a los chicos y encima ahora su vecino es un chico.— me señaló.

— Vaya, supongo que su cabeza pensará que todos los chicos son iguales de imbéciles.

Ella asintió y yo me preocupé por mi ropa mojada. Me quité los zapatos y los calcetines, qué asco.

Olivia fue a por una toalla y me la dio para poder secarme. Aida nos observaba desde la piscina, a su amiga furiosa por estar conmigo y a mí de odio por ser el intruso de la casa.

Cuando me sequé un poquito con el sol me disculpé y regresé a mi casa.

— Dylan, ¿qué tal te parece el pueblo?— preguntó papá mientras hacía la comida — ¿Hiciste nuevos amigos?

— Fui a visitar la casa de al lado e hice una amiga.— me senté en el sofá para acompañar a la iaia.

—¿Aida?— sonrió mi abuela.

— No, Olivia.

Al mencionarla recordé que tenía su número. Terminé muy rápido la comida y subí corriendo a mi cuarto. Cerré la puerta con el pestillo para que nadie me molestase y encendí el móvil.

Tenía su número y no iba a desaprovecharlo.

D_Davis:
Hola, soy yo ^^

Esperé una respuesta y llegó pronto.

Olivia_Jones:
hola, qué tal?

D_Davis:
Bien la verdad, hoy me lo he pasado muy bien. ¿Y tú?

Olivia_Jones:
m alegro mucho. yo la verdad no e hecho mucho hoy, así que como siempre

D_Davis:
Para mí ha estado guay el día.

Olivia_Jones:
pues espero que el resto de tus dias tmb. oye t dejo q m están llamando

D_Davis:
Ok, hasta pronto.

Dejé el móvil encima de la mesa y sonriente como un tontito me tiré a la cama, esta chica me pone mal.

Ni si quiera bajé a la cena. Estuve el resto del día chateando con ella hasta muy tarde.

MI CORAZÓN DE CRISTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora