Unas voces interrumpieron mi sueño y me tuve que despertar antes de que la alarma sonara.Busqué mi uniforme y me cambié en menos de un minuto.
Bajé tambaleando por las escaleras por culpa de haberme levantando muy rápido.
— Ey Dylan.— saludó Noah.
— Hola, ¿ya se despertaron tan pronto?— saqué las gafas del bolsillo y me las puse.
Fui al baño a cepillarme los dientes y a peinarme un poco el flequillo que estaba muy desordenado.
Regresé al comedor y me senté en la mesa donde ya estaban todos menos papá y la abuela que aún seguían durmiendo.
— Que aproveche.— Liam tomó la cuchara y empezó a comer los cereales con leche.
— Me encantan los amigos que te has hecho.— mamá me susurró al oído.
Casi me daba algo al recordar que ya sabían lo de Aida y me puse como un tomate de inmediato.
Terminamos el desayuno y fuimos al instituto los tres juntos. Entre ellos dos no paraban de susurrarse cosas y me estaban poniendo inquieto.
— ¿Me lo van a decir o no?— detuve mis pasos.
— Bueno sí, es que...— sonrió nervioso Noah.
— Ayer se nos fue un poco las manos y pues...— Liam estaba igual de nervioso.
— Son novios.— sonreí sorprendido.
Los dos asintieron con una enorme sonrisa en la cara.
— ¿Pero se tuvieron que tocar en la cama de mi casa?— me reí.
— Bueno, fue cosa del alcohol.— se rieron los dos.
Los felicité a ambos y la verdad es que estaban mejor ellos dos juntos que con sus anteriores novias. Qué rápido les encontraron sustituto.
Entre ellos dos no pararon de hacer chistes malos. Parecíamos tres locos porque no parábamos de reírnos y la gente nos miraba raro.
Ya empezábamos bien la mañana. Pero nada más entrar a clase y ver a la morena me puse super nervioso.
Me sentí mal durante todo el día que ni si quiera pude concentrarme en atender. Mis amigos lo notaron y les tuve que decir la verdad. Ahora no pararon de hacer chistes sobre Olivia o Aida.
Sólo faltaba una clase más. Yo ya estaba tumbado sobre la mesa y no entendía nada de lo que estaba explicando el profesor de física.
— Profe, Dylan se encuentra mal.— lo interrumpió Liam — Necesita ir a enfermería.
— ¿Podría acompañarle alguien que haya terminado los deberes?— añadió Noah — Que si se desmaya en la escaleras es peligroso.
— Vale.— el profesor no le tomó mucha importancia y siguió dando clases.
Giré la cabeza para agradecerles, pero ellos dos estaban mirando al fondo de la clase dándole indicaciones a Aida de que me acompañara. Los iba a matar.
Me levanté para salir de clase y Aida me siguió hasta alcanzarme.
— Oye, ¿por qué esas prisas?— se extrañó — ¿Es que tienes diarrea y estás por cagarte en los pantalones?
— Tengo algo mucho peor.— reí para disimular mis nervios.
Se acercó demasiado para inspeccionarme si tenía alguna herida y me puse rojo con un tomate de inmediato.
Llegamos hasta enfermería y no había nadie.
— Joder, como si no tuviéramos.— se quejó Aida — ¿Para qué contratan enfermeros si nunca trabajan?
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MI CORAZÓN DE CRISTAL
Novela JuvenilUn nerd no se dejará cambiar por los gustos de una popular. Y una popular no se dará por derrotada por un nerd que la ignora. Toda esta enemistad se esfumará en una sola palabra: contrato. Cada uno ayudará a su rival a conquistar a su amor imposible...