Capitulo 1: La Fiesta

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Las dos Emperatrices del Reino de las Islas Hirvientes caminaban juntas por su gran palacio, observando con nostalgia las aventuras plasmadas en hermosas pinturas hechas a mano.

-¡Jaaja, ¿recuerdas cuando Hooty quería ayudarme a que fueras mi novia? - exclamó la latina señalando la pintura de ese bonito momento.

Luz era igual de alta que Amity, solo cambiaba que tenía el cabello un poco más largo, pero la chica de 14 años que viajó a las Islas Hirvientes aún estaba ahí, siendo claramente más mayor.

- Jeje, sí lo sé - comentó su esposa de cabello castaño con partes de color morado.

Amity había cambiado mucho; era la más seria de las dos y, sobre todo, era muy sobreprotectora con Luz. No podía hablar con otras personas sin que Amity sintiera celos al instante.

Amity caminó unos centímetros y vio una vieja pintura familiar de los Blight. Era ella junto con sus hermanos y padres... A todos los amaba, excepto a uno: su madre. Ella era el origen de sus antiguas inseguridades y miedos. Amity solo pudo mirar con desprecio la pintura. Luz notó el cambio de humor de su esposa y decidió apoyarla.

—El pasado debe quedar en el pasado, mi amor — dijo su esposa tomando su hombro —Sé lo que hizo tu madre, pero que eso no te defina como persona - dijo con una sonrisa cálida —¡Vamos, quiero ver una sonrisa! — exclamó muy eufórica para luego ver una pequeña sonrisa de su esposa —¡Sí, eso sí! - le dio un beso en la mejilla para celebrar.

—Emperatrices Luz y Amity, se les hará tarde para la fiesta de Recaudación de Fondos a las 8:00 p.m — dijo una sirvienta.

—Muchas gracias. Ven, Luz, hay que prepararnos - no pudo terminar porque su esposa ya se había adelantado. Ella se fue corriendo al cuarto de las dos —Uff, a pesar de tener 24 años, ella sí siente la niña energética de siempre — decidió, ver por última vez la foto familiar de los Blight.

EElla se acercó y tocó la imagen, y de repente un recuerdo fugaz se desbloqueó. Era como si ese recuerdo quisiera salir... El recuerdo que se relaciona con Odelia, su horrenda madre... Pero simplemente se fue, ya la mera presencia de la imagen de Odelia le arruinó el día.a.

Las dos se prepararon, poniendo sus mejores vestidos y las joyas más brillantes. Ellas subieron a sus taliamigos y volaron hacia la fiesta. En el camino, todos los habitantes de las Islas Hirvientes las saludaban con mucho gusto y respeto hacia las Emperatrices. Era una gran diferencia de cuando Bellos gobernaba con tiranía y crueldad; ellas gobernaban con justicia y orden.

Al llegar a la fiesta, vieron a Willow y Hunter.

Willow se había convertido en una activista por el medio ambiente de este reino y también del reino humano. Es la razón por la que todos estaban allí, para recaudar fondos para preservar la calidad del medio ambiente, salvar los árboles y evitar la tala de madera para hacer los Taliamigos.

Hunter estaba solo acompañando a Willow, pero actualmente él fabricaba varios Taliamigos para los alumnos de Hexside.

—¡Oye, Hunter! — gritó Luz antes de saltar sobre él para que la atrapara.

—¡Hola, Luz! - saludó el rubio agarrando la cintura de Luz —¿Cómo estás, humana? - dijo de forma burlona.

Hunter ya era todo un hombre, con el cabello muy largo que alcanzaba sus hombros y una camisa que dejaba ver unos grandes músculos.

—¡Bien, Guardián Dorado, pero mírate, luces genial! — dijo Luz tocando uno de sus brazos y notando sus grandes músculos —Parece que Willow come bien, jeje - dijo pícaramente, haciendo que Hunter se sonrojara.

—¡Luz! - exclamó el rubio —Y dime, ¿cómo estás, y cómo está Amity? — preguntó. Luz iba a responder, pero se le adelantó Amity.

—Yo y ella estamos bien, Hunter — contestó Amity detrás de ellos, con una voz seria y en el fondo se sintió muy celosa, como si cualquier persona quisiera coquetear con su esposa.

Luz sabía que Amity era un poco celosa con otras personas, pero ¿¡con Hunter?! Ellos se querían mucho como un hermano mayor y una hermana menor. Esto era algo absurdo, y ella solo se enojó un poco por su esposa.

Mientras tanto, Hunter estaba siendo atemorizado por esos ojos penetrantes que tenía su cuñada.

—Sabes algo, chicas, voy a saludar a una amiga, hace días que no sé de ella - Él se fue, liberándose de la terrible mirada de Amity.

—¡Oye, a ti qué te sucede! - Reclamó Luz a su esposa.

—¿De qué hablas? - Respondió con el mismo tono serio, mientras Luz se fue a comer un bocadillo.

Poco a poco, empezaron a llegar más personas a la fiesta. Figuras importantes fueron las que más destacaron, pero las que se llevaron la fiesta fueron las Emperatrices.

En la fiesta Amity no dejaba de vigilar Luz, no separase de ella ni por un segundo, porque los celos la inundaban al ver una persona fuera de su círculo de amistad; intimidaba a todos aquellos chicos chicas que se acercaban mucho a su Luz.

A Luz normalmente no le importaba mucho pero en esta ocasión si, porque había personas que querían solo platicar con ella y Amity las ahuyentaba.

—Amor, podemos hablar en privado... ¡Ahora! - Dijo entre dientes y tomo del brazo a su esposa hacia un balcón lejos de la fiesta.

—¿Oye que sucede? — Pregunto.

—Sabes perfectamente lo que pasa Amity - Exclamó molesta —Tus celos al principio estaba justificado porque habían tardados que quieran coquetear conmigo... ¡pero ahora está fiera de control!

—Solo te quiero proteger Luz - contesto Amity tomando sus manos sobre los hombros de Luz —Luz eres importante para mí vida y por eso no quiero que nadie te arrebate de mi - Luz quita las manos de ella.

—Lo se, y también es mutuo pero... Estás personas solo quieren hablar conmigo porque soy una de las Emperatrices de este reino, somos gente importante.

—Crees que no los se... Pero como te miran, como te hablan... ¡Hay me da mucha rabia! - Apretó sus puños con mucha ira.

—Amity, También quiero hablar con lo de Hunter... ¡¡¡Cómo carajos se te ocurre tener celos de Hunter, el es como mi hermano Mayor maldita sea!!! - Ella grita haciendo que Amity diera un paso atrás por la impresión.

Eso hizo sentir mal a Amity como por sus celos el amor de su vida se molestó, en sus años de relación nunca le había gritado así.

—¡Mira, mejor me voy a ir caminar, tu quédate para dar la firma para la beneficencia! - Grito Luz, Amity iba decir algo pero Luz la detiene —¡Sin peros, tu te quedas para la firma y te vas al palacio cuando termine... Yo voy a caminar, tal vez coma algo afuera! — Ella se va, del lugar y deja a Amity sola en el balcón.

Ella solo puedo llorar por la discusión, y recuerdos fugases fe su infancia salieron y involucraba a su madre, de como ella engañaba su padre sin que te se diera cuenta.

Las Hijos Bastardos: EpílogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora