love when you hit the ground, boy. taylor & nicholas.

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Hace un año y medio, cuando Nicholas estaba comenzando la universidad y aprendiendo a vivir por su cuenta (y también aprendiendo a odiar los dormitorios y los departamentos compartidos con habitaciones pequeñas e individuales con compañeros  de habitación horribles, y en las que nunca se le permitió fumar, según los propietarios), estaba en un estado similar a la negación cuando su amigo Ellis había mencionado que su amigo Taylor estaba buscando un compañero de cuarto. Para ser completamente honesto, Nicholas realmente no comparte bien su espacio, y nunca lo ha hecho. Vivir con los hijos de sus tíos la mayor parte de su vida lo hizo un poco territorial cuando se trata de sus cosas, y ese hábito nunca salió de él.

Ahora, honestamente no puede creer que hubo un momento en el que no estuviera seguro de esto. Taylor es su gracia salvadora. La luz de su vida. Es cálido en una fría noche de invierno, o cualquier otra metáfora de mierda que haya. Taylor es todas esas cosas.

Cuando Nicholas entra por la puerta después de un día particularmente espantoso de clases que no terminó hasta hace exactamente veinte minutos a las seis y media por la tarde, y comenzó en algún momento alrededor de las nueve de la mañana, con el olor de la cocina de la comida y el apartamento impecable, quiere llorar un poco. Lo que sea que Taylor esté haciendo huele delicioso, hay música de Eagle-eye Cherry sonando, y tan pronto como se quita los zapatos, puede ver a Taylor moviéndose por la cocina un poco frenéticamente mientras de alguna manera sigue cantando en sintonía y todo.

"Huele bien", comenta Nicholas, pasando la cocina para lanzar su mochila descuidadamente en su cama desde la puerta de su habitación. No es que la habitación sea tan grande. Hay suficiente espacio para su cama, una mesa pequeña y el armario ropa. Nada más.

Taylor le da una sonrisa sobre su hombro, todavía en la estufa, revolviendo las cosas en una olla. "Siéntate", ordena. "No tuve clases hoy y pareces muerto. Además, tienes trabajo en dos horas. No se te permite moverte hasta que te hayas relajado durante al menos un minuto".

Nicholas gime, cayendo sobre el sofá. Taylor tiene razón, pero desearía que no se lo hubieran recordado. No quiere ir a trabajar hoy. Quiere acurrucarse en el sofá y no volver a moverse nunca más. Quiere quemar todos los libros de su bolso porque, en realidad, ¿en qué estaba pensando, estudiando veterinaria? Ha tomado la única cosa en todo el mundo que ama (animales) y la ha convertido en una pesadilla que induce estrés.

"Sí", murmura para sí mismo y para Taylor, con los ojos ya cerrados. "Eso suena como una buena idea".

Debe quedarse dormido porque lo siguiente que sabe es que lo están sacudiendo y Taylor le está entregando un plato de pasta con pollo a la plancha (una de las únicas cosas que Taylor puede hacer sin quemarlo o envenenarlo) que se ve tan bien como huele. Nicholas se lo quita y Taylor se sienta al otro lado del sofá, ya comiendo un bocado, masticando un poco descuidadamente como siempre lo hace.

"Te perdiste el mejor touchdown que haya hecho Baker Mayfield", le informa Taylor. "Tampa Bay hizo papilla a Baltimore. Lo grabé para ti".

"¿Lo viste?" Partidos de fútbol es la única programación en la que pueden estar de acuerdo. El único problema que han tenido viviendo juntos, es que Taylor prefiere las comedias románticas y los programas de cocina, y Nicholas prefiere, bueno, lo que se pueda resumir a un hombre de cabellos blancos hablando sobre aliens y cualquier cosa con significado histórico.

"No", dice Taylor. Se traga su comida y busca el control remoto. "Me imaginé que te esperaría".

No es que signifique nada; es solo uno de esos actos de bondad desinteresados que Taylor hace todos los malditos días, pero Nicholas no puede evitar sentir que significa algo. Porque significa algo para él, al menos, que Taylor podría haberlo visto todo el día, pero en su lugar esperó a Nicholas porque sabía que Nicholas querría verlo con él en lugar de solo.