"Mi butters" [Bunny South park]

capitulo 10

"Kenny..." susurró Butters con voz somnolienta, apenas notando en la penumbra de la habitación que Kenny yacía profundamente dormido en su cama. El resplandor tenue de la luna se filtraba a través de la cortina, iluminando apenas lo suficiente para captar la silueta de su amigo.

Medio adormilado, Kenny murmuró en respuesta, su voz arrastrándose con el cansancio de quien es arrancado del sueño profundo. "¿Hmm... qué pasa?"

La preocupación marcó el rostro de Butters mientras miraba el reloj de la mesita de noche. El tiempo se agotaba y la realidad se imponía con la inminente llegada de sus padres. "Debes irte, Kenny. Mis padres estarán de regreso en cualquier momento", susurró con urgencia, sus ojos encontrando los de Kenny en la oscuridad.

Kenny, ahora más despierto gracias a las palabras apresuradas de Butters, se frotó los ojos y asintió con una comprensión adormilada. Se levantó con cuidado, buscando sus ropas dispersas por el suelo de la habitación. La sombra de la preocupación y la fugacidad del momento añadieron un toque de gravedad a su habitual actitud despreocupada.

Mientras se vestía a toda prisa, suspiró y se volvió hacia Butters. Un atisbo de cansancio pasó por su mirada antes de que la suavidad de su sonrisa característica iluminara su rostro. Se acercó lentamente a Butters y le dio un beso tierno en los labios, un gesto que parecía encapsular todas las emociones encontradas que ambos compartían en ese momento.

Finalmente, Kenny se alejó de la ventana, su figura apenas perceptible mientras se deslizaba silenciosamente hacia la oscuridad de la noche. Butters quedó allí, sintiendo el latido acelerado de su corazón y la mezcla de emociones que inundaba su ser. Observó la ventana por un momento, el silencio de la habitación solo interrumpido por su respiración agitada.

Un suspiro escapó de los labios de Butters, cargado de emoción y anhelo. Se dejó caer sobre la cama, sumido en pensamientos tumultuosos. La magnitud de lo que habían compartido comenzaba a asentarse, inundando su mente con una mezcla de excitación, miedo y anticipación. Cerró los ojos con fuerza, dejando que las emociones lo envolvieran mientras el mundo exterior permanecía ajeno a su tormenta interna.

Escuchó con agudeza cómo la puerta principal se abría, el sonido inconfundible que reverberaba por la casa indicaba que sus padres habían regresado. Un cosquilleo de ansiedad recorrió la columna vertebral de Butters mientras miraba hacia la puerta entreabierta, pero la fatiga y el peso de la noche anterior finalmente lo vencieron. Cediendo al agotamiento, su mente se sumió en un profundo sueño antes de que sus padres siquiera tuvieran la oportunidad de llegar a su habitación.

La luz del día siguiente se filtró a través de las cortinas, bañando la habitación en una suave luminosidad. Butters parpadeó, luchando por desprenderse de los últimos vestigios del sueño. A medida que los recuerdos de la noche anterior regresaban a su mente, sintió una mezcla de emociones enredarse en su pecho. Giró su cabeza hacia el reloj de la mesita de noche, notando que estaba un poco tarde para su rutina habitual.

En la escuela, el ambiente era diferente. Kenny, por lo general, el alma de la irreverencia y la despreocupación, mostraba un matiz diferente de sí mismo. Era más cariñoso con Butters, como si cada gesto y mirada quisiera comunicar que la conexión que habían compartido no era solo un arranque de pasión. Era como si buscara reafirmar que sus acciones eran una expresión genuina de su afecto.

Sin embargo, en el corazón de Butters, la culpa se aferraba como una sombra persistente. Sí, había disfrutado de lo que sucedió entre él y Kenny. Pero ahora, con la claridad del día, los miedos y las preocupaciones lo envolvían. Se sentía abrumado por su propia inexperiencia y el temor a las reacciones de sus padres. La inquietud lo seguía como una nube oscura.