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A la mañana siguiente, Balian despertó a su hermana. Ella bostezo, mientra se arreglaba el pelo con sus dedos y se levantaban, ella limpio su vestido con sus manos.

─Hermano, cuando mire. Hacia el palacio, vi un serafin y era realmente atrallente. -Ella estaba andando, detrás de su hermano.-

─¿Como era, el supuesto serafin?-Pregunto Balian intrigado-

─Vestía de blanco y no podía ver su pelo, pero puede ver que tenía una máscara gris. -Dijo ella emocionada-

─Creo que eso era una persona, no un serafin -Dijo Balian-

─Lo que si estoy segura, es que aquella persona y yo cruzamos miradas. -dijo mientra, subía al caballo-

La hermana de Balian no sabía que el hombre que había visto era el rey Baldwin, el joven monarca que había logrado mantener la paz en Jerusalén tras la primera derrota de Saladino. Balian tampoco lo sabía, pero pronto lo descubriría, cuando dios lo llevara a encontrarse con el misterioso rey. Pero aquel momento, a ún queda por llegar y a ún tenían que llegar asu nuevo hogar. Aquel nuevohogar era una gran mansión que les había sido asignada por el rey Godofredo de Bouillón, el líder de los cruzados en Jerusalén. Godofredo había reconocido a Balian como su hijo bastardo al igual que su hija, fruto de una relación con una mujer francesa.

La mansión estaba llena de sirvientes, guardias y nobles, que les recibieron con curiosidad y respeto. Los hombres que les había acompañado hasta allí, eran guerreros de Godofredo y el mayordomo de, que se encargaba de organizar la casa y atender a los invitados. Les mostró sus habitaciones, que eran amplias y lujosas, y les dijo que podían disponer de todo lo que necesitaran.

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─Gracias, sois muy amable -Dijo la hermana de Balian, sonriendo-

─Es un placer serviros, mi señora -Dijo el mayordomo, inclinándose-

─¿Y el rey? ¿Cuándo lo veremos? -Preguntó Balian-

─El rey está ocupado con asuntos de estado, pero os enviará a llamar cuando pueda. Mientras tanto, podéis explorar los terrenos, conocer a la gente y disfrutar de las comodidades que os ofrece este lugar -Dijo el mayordomo-

─¿yo tengo que ir al palacio? -Preguntó la hermana de Balian-

─Por supuesto, mi señora. El rey también, quiere conoceros a ustedes dos y no solo a Balian. -Dijo el mayordomo- Si necesitáis algo más, solo tenéis que llamarme. Me llamo Doma, estoy a vuestra disposición -Dijo el mayordomo-

Balian y su hermana decidieron salir a pasear por la ciudad, para ver con sus propios ojos la maravilla que era Jerusalén. La ciudad estaba llena de vida, de colores y de sonidos. Había gente de todas las razas, religiones y culturas, conviviendo en paz bajo el gobierno del rey Baldwin. Había mercados, templos, jardines y fuentes, que les dejaban asombrados. Se sentían como en un sueño, y no podían creer que fueran parte de aquella historia.

Mientras caminaban, la hermana de Balian miraba con atención a todas las personas que se cruzaban con ellos, esperando ver de nuevo al serafín que había visto la noche anterior. No sabía por qué, pero sentía una atracción irresistible por aquel hombre misterioso, que le había cautivado con su ojos azul marino. Quería saber quién era, qué hacía y qué pensaba. Quería sobre todo, hablar con él. Ella no lo encontró, por más que buscó y no pudo ver a nadie parecido a él. Se sintió frustrada y decepcionada, y empezó a pensar que quizás había sido solo una ilusión, o un sueño. Tal vez nunca volvería a verlo, y se quedaría con la duda de lo que pudo haber sido aquel hombre.

Balian por su parte, también estaba pendiente de su hermana. Le preocupaba que se obsesionara con alguien, sobee todo con aquel serafin que ella vio. Sabía que su hermana era inocente y soñadora, que podía caer fácilmente en las redes de algún farsante o aprovechado. Quería protegerla, evitar que cometiera algún error que la hiciera infeliz. Por eso balian la vigilaba desde pequeña, el miraba a todos los hombres que se acercaban a ella y los alejaba con una mirada o unas palabras. Nadie era digno para estar con su hermana, eso fue lo que siempre pensaba y piensa balian.

─¡Ten cuidado! -grito balian asu hermana, el la agarro del brazo y la atrajo hacia el- por casi te caes al agua sucia -Dijo balían molesto-

─Lo siento hermano, estoy tan emocionada -Dijo ella mirando a cada lado- Quiero ir a los puestas de allí -Dijo arrastrandole de brazo a balian-

Virago = baldwin ivDonde viven las historias. Descúbrelo ahora