"《Virago sigifica mujer que demuestra su valentía y fuerza》"
Aquella joven era una mujer hermosa, con una sonrisa radiante que iluminaba cualquier habitación. Ella era la perfecta esposa modelar, ya que su forma de cianza era ser una buena ama de ca...
El sol matutino se colaba por las rendijas de las telas de las cortinas, tiñendo la estancia con un resplandor áureo y suave. La hija de Godofredo, aún entre las brumas del sueño, se dejaba atender por las damas de la casa. El agua fresca revitalizaba su piel, y sus pensamientos se adelantaban al encuentro que se avecinaba.
—Hoy es un día trascendental, mi señora. —comentó una de las damas, mientras entrelazaba con cuidado los cabellos de la joven— Hoy te presentarán ante el rey de Jerusalén.
—Así es —respondió la joven, bostezando y frotándose los ojos—. ¿Qué me puedes decir del rey?
—La enfermedad ha marcado su cuerpo, pero se rumorea que sus ojos son de un azul celeste —explicó la dama más veterana—. No he tenido el honor de verlo en persona, pero su manera de gobernar el reino es digna de elogio.
—Mi padre, que sirve en el castillo como médico, me ha dicho que el rey se oculta tras máscaras y viste túnicas que disimulan su figura. -Intervino otra dama, mientras ayudaba a la joven a vestirse-
—Gracias, pero prefiero terminar de vestirme por mí misma. -dijo la joven con una sonrisa tímida, buscando un momento de privacidad antes de enfrentar el día.-
Ella alfin sola en la tranquilidad de su habitación, la joven eligió vestirse con sencillez, rechazando la ostentación de las damas de la alta sociedad de Jerusalén. Su poder no residía en la riqueza de sus atuendos, sino en la fortaleza de su carácter y la claridad de su visión. Con un vestido negro sin adornos, se preparó para enfrentar el día. No había gemas colgando de su cuello ni oro adornando sus muñecas. En su lugar, tenía una cruz de metal, hecha por su hermano gemelo balian.
─¿acaso fue con rey de jelusalen, quien yo cruce miradas? Si fuera así que vergüenza, lo confundi con un serafin. -hablo la gemela de balian-
─puede ser, una vez confundiste aún cerdo con un jabali.
─No me lo recuerdes, hermano mío. -Dijo avergonzada tapándose la cara- pero en mi defensa era de noche.
─Mediodia -corrige balian ganandose una patada en el tobillo- eso dolio. -ella se fue con la cabeza en alto, de forma muy digna. Aquello hizo reir a balian, hacia tiempo que el no reia y eso le calento el corazó a su gemela.-
─Vamos a desayunar -dijo la gemela con una sonrisa amplia.- Escuché que padre despertó. -Juntos, salieron de la habitación hacia el comedor-
La gemela y Balian continuaron su camino hacia el comedor. El aroma del pan recién horneado y la miel fresca llenaba el aire. El padre de ambos, los esperaba con una sonrisa cálida. Sus ojos, cansados pero llenos de amor, se posaron en su hija.
─buenos dias padre -la joven beso la mejilla de su padre rápidamente-
─¿Cómo te sientes hoy, querida? -preguntó Godofredo, acariciando su cabello oscuro.- ¿Estás lista para el gran el día?
-La joven asintió con determinación y muy animada- Sí, padre. Hoy es un día importantisimo. Hoy me presentaré, ante el rey de Jerusalén.
-Balian, siempre más pragmático, tomó un pedazo de pan y lo untó con mantequilla.- No dejes que los rumores te ablanden, aun que este enfermo de lepra tienes que estar en alerta -le susuro asu gemela, cuando ella se sento asu lado en la mesa-
─lose hermano -susuro ella-
Balian le preparó una tostada con aceite, asu gemela ya que el odiaba que las damas hicieran eso. Balian aún no confía en nadie de esa casa, sobre todo en su padre y aún que su hermana le dio una oportunidad el aún lo vigilaba desde lejos.
─gracias -dijo ella comiendo el pan-
Después de haber comido, la gemela se había sentido agradecida con su hermano. Sin embargo, ella sabía que la situación dentro de la casa era complicada. Balian todavía estaba vigilando a todos , ya que aún no confiaba en nadie. Esto era particularmente así con su padre, ya que Balian no confiaba en él y a ún que el dejo que su hermana siguiera su sueño de ser arquera. Godofredo pago a un profesor para clases de tiro con arco, cada tres dias a la semana y ayudar a su gemelo, con los deberes del hogar. Mientra el se recuperaba de la flecha que le rozo y lo dejo indispuesto.
─¿irás así vestida a conocer al rey? -preguntó Godofredo al ver aus hija con ropa sencilla y sin ninguna dorno solo un collar con una cruz de plata-
─¿tienes algún problema con que valla asi? -Dijo balian de forma brusca pero muy calmado-
─no para nada -Dijo Godofredo tranquilo, el intento calmar a balian-
-aquello no funciono- ¿entonces por que preguntas por su vestimenta? -Le pregunto balian-
─balian relájate, solo preguntó por qué me compró vestidos nuevos y joyas. -dijo su gemela calmada-
Godofredo no sabía cómo seguir con la conversación, así que se quedó mirando a sus hijos sin saber qué decir. Balian estaba nervioso y frustrado, mientras que la gemela intentaba mantener la calma. Sin embargo, ambos estaban tensos y confundidos. El padre de los gemelos intentaba pensar en algo, para poder decir y relajar la situación.
─la sencillez te queda bien hija -dijo Godofredo-
─¿acabas de decir ami hermana, que es una mujer sencilla? -Los sirvientes se llebaron una mano a la cabeza nerviosos. Por la gran casada, que hizo Godofredo-
─help -susuro la gemela a los sirvientes, ellos la miraron incomodos sin saber que hacer.- Debo admitir que los colores sencillos, me quedan bien y no se como me vio con los colores brillantes. Nunca tuvimos dinero, para comparar telas buenas -sonrió la gemela-
─cierto -dijo balian ccalmandose-
─¿por qué no te pusiste ropa con tela buena y no la ropa que te trajistes? -preguntó Godofredo-
─nacimos y nos criamos en un pueblo, para conocer al rey quiero ir como soy sin ocultarme detrás de telas lujosas. -dijo la gemela-
Balian sonrió al escuchar a su gemela. Era cierto, los colores sencillos también le quedaban bien; además, había querido ir vestida como en sus tiempos en el pueblo, sin lujos ni telas de alta calidad. Godofredo pareció tomar un poco de tiempo para reflexionar. No podía hacer otra cosa aparte de darle la razón a su hija. Ella tenía razón en que sus orígenes eran humildes y que no había nada malo en mostrarlo. Los gemelos se miraron, ella le sonrió con calidez asu hermano y el le devolvió una pequeña sonrisa asu hermana.
