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Ambas recostadas, Haerin sobre el pecho de la mayor, dormitaban con el atardecer a sus pies. Luego de charlar un rato y robarse uno que otro beso, Haerin se había acostado sobre Danielle y el cálido sol la había hecho cerrar los ojos poco a poco.

Seguida de la australiana, que ahora estaba casi que roncando.

—¡Plancha humana! —gritó una voz a sus espaldas, ninguna la oyó hasta que despertaron cuando sintieron el peso de una persona sobre sus cuerpos y sus corazones casi se detienen del susto.

Hanni ahora estaba como estrella sobre Haerin, que a la vez estaba sobre Danielle.

A los segundos, ya tenían a sus otras dos amigas, una sobre la otra.

—¡Hanni! —reprochó Danielle, intentando sacarlas de encima para que no le pasara algo a Haerin, aunque esta última reía, sin una pizca de queja o dolor.

Una vez todas de pie, Hyein se acercó a ellas.

—¡Hola, Unnies! —el formalismo de Hyein era pura burla—. ¡Vinimos a interrumpir su cita! —movió a Haerin del lado de su chica, pegándola a sí misma—. ¿Qué tal es Danielle? ¿Segura que quieres estar aquí? Sabes que puedes correr cuando quieras, yo la distraeré —usó una falsa preocupación en su tono de voz, pasando sus manos por la frente de la más bajita, como revisando que todo estuviera bien en ella. Sólo quería molestar a Marsh.

—¡Oye, dame a mi novia!

—¡¿Novia?! —tres chicas gritaron, dos se sonrojaron.

—¡Dios, Haerin, ¿por qué aceptaste eso?!

Dani fulminó con la mirada a Hanni mientras se volvía a pegar a su gatita, rodeándola melosa.

—No es mi novia aún, pero lo será pronto —explicó, besándole la mejilla.

Haerin la miró con ojitos esperanzados, contentos.

—¡Dios, son unas cursis! —Pham imitó un sonido de arcada y se giró hacia la playa—. Bueno, vamos al agua, ¿no? —preguntó de nueva cuenta.

Antes de que alguna respondiera, Hyein salió corriendo con rapidez.

—¡La última en llegar compra helados para todas!

Las demás reaccionaron, corriendo de igual manera.

En mitad de camino Hanni ya se había cansado por culpa de sus cortas piernas, así que Minji la tomó en brazos y la cargó, apurando su paso.

Lo que no contaban era que pronto Danielle las alcanzaría, seguida de Haerin.

—¡Hanni, patéala!

Hanni lanzó una patada voladora aún en los brazos de su novia, logrando dar con la espalda de Danielle como pudo, haciéndola caer de cara contra la arena. Rieron cómplices, viendo como Haerin se detenía para ayudarla, tratando de ocultar su risita.

Y en cuanto iban a llegar a la meta, un perrito -que no era Ditto- se les atravesó, botándolas a ambas. Dani, en el piso y aún sintiendo los granitos de arena en su boca, no pudo evitar carcajear fuertemente, al igual que Haerin y Hyein, quien ya había llegado a la meta, pero sus escandalosas risas se oían desde allí.

—¡Kim Minji, eres una idiota!

El minion se había enojado.

Hora de correr.

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poto + luna = haerin | daerin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora