3: Pensamientos

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Con el tiempo, su relación se volvió aún más sólida mientras de a poco ganaban títulos importantes. Los dos jóvenes futbolistas nunca dejaron de maravillarse por la forma en que el fútbol había unido sus vidas y, al mismo tiempo, les había dado la libertad de ser ellos mismos.

En un día soleado, mientras caminaban por la playa, Exequiel tomó la mano de Alan y la apretó suavemente. Miró al horizonte, pensativo.

—¿Te das cuenta de lo lejos que hemos llegado, Alan? Desde aquellos primeros días en la cancha hasta este momento —dijo.

—Sí, Exe —sonrió Alan con nostalgia—. A veces parece que fue ayer cuando empezamos esta aventura juntos.

Exequiel se volvió hacia Alan, con una mirada llena de amor y gratitud.

—Gracias por nunca dudar, por amarme con todo lo que soy y por ser mi compañero en cada paso —le dijo.

—Gracias a vos también, Changui. Por ser mi apoyo incondicional y por enseñarme que el amor siempre gana. —Alan lo miró con amor

El viento acariciaba sus cabellos mientras se quedaban allí, en silencio, disfrutando del momento. El sonido de las olas era como una canción de fondo, una melodía que resonaba en sus corazones, como una de sus canciones favoritas… como "Okupa", de Wos.

Un tiempo después, en una entrevista televisiva (desde que revelaron su relación habían hecho muchas), Exequiel y Alan compartieron su historia con el mundo, compartiendo cómo se conocieron, lo cual, al contrario de lo que muchos pensaban, fue muy sencillo: debido a una pelota que en un entrenamiento se había ido, y que Varela había ido a buscar. Sentados juntos, con las manos entrelazadas, transmitieron un mensaje de aceptación y amor.

—Exequiel, Alan, su historia ha tocado a tantas personas... —les dijo el periodista—. ¿Qué les gustaría decir a aquellos que todavía luchan por encontrar su lugar en el mundo?

Exequiel sonrió y miró a Alan antes de responder.

—Lo más importante es que te ames a vos mismo tal como sos. No importa lo que los demás piensen o digan. Tu autenticidad es tu mayor fortaleza —dijo.

—Exactamente —asintió Alan—. Y si tenés un sueño, perseguilo con pasión y determinación. No dejes que el miedo te detenga. Si nosotros pudimos enfrentar los desafíos juntos, los demás también pueden.

𝔸𝕞𝕠𝕣 𝕖𝕟 𝕝𝕒 ℂ𝕒𝕟𝕔𝕙𝕒 /Exequiel Zeballos x Alan VarelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora