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Nuevamente, el empleado encargado del mostrador se encontraba atendiendo a varios clientes y clientas de manera amable y servicial como siempre lo era él, como buen empleado del mes digno de su puesto. Entre todos los clientes una cabellera pelimenta lo hizo sonreír aún más.

— Buenas tardes, YoonGi-Hyung, ¿Qué le puedo servir en esta bonita tarde? ¿Tal vez un Ice americano? — preguntó atento al rostro sereno del mayor.

— Hola, HoSeok — saludó y asintió a la última pregunta hecha por el castaño.

— Parece que leí su mente, Hyung — rió un poco mientras apuntaba la orden. — En un momento se lo entrego —.

YoonGi asintió y se quitó de la fila para ir a la zona de los gatos y así algunos mínimos que ya conocía se le acercaron para recibir mimos de su parte.

Minutos más tarde, el empleado llegó con el vaso con el café para ponerlo en la mesa.

— Hyung — llamó, llamando así la atención de aquellos ojos color oscuro casi negros. — Me preguntaba si querría ayudarme en algo, es que hoy tengo que cepillar a todos los gatos del local y como los gatos lo quieren mucho sería más fácil para terminar más rápido — explicó viendo los ojos de color oscuro intenso que mantenían una expresión calmada y tranquila que parecía ser inmutable ante cualquier estímulo, excepto por los amables felinos que le sacaban una que otra sonrisa.

— Está bien — aceptó sin más palabras, pero sus ojos no se despegaron.

— Gracias — agradeció.

Ambos se miraron en silencio unos pocos segundos, el primero en apartar la mirada fue el empleado, por recordar que tenía trabajo que hacer, por ello, se despidió del mayor y se fue a su puesto a seguir entregando cafés.

La noche había llegado y con ello también el fin del trabajo del castaño. Bueno no del todo aún faltaba la limpieza del local y los gatos.

El único cliente era el pálido que ya parecía parte del personal, pues ayudaba con la limpieza, más bien con los gatos de vez en cuando y ya había pasado a la zona restringida varias veces que ya conocía la zona de atrás a la perfección.

— Hobi-Hyung — el moreno salía de la cocina. — Terminé de limpiar la cocina y las máquinas ¿hay otra cosa en que pueda ayudarte? — preguntó acercándose al mismo con rostro sereno.

— No, así está bien, Nam-ssi — sonrió.

— ¿Hoy no era día de peinar a los gatos? Te puedo ayudar con eso — ofreció.

— Ya tengo a alguien que me ayudará con eso — respondió volteando a ver al pálido que pasaba un cepillo para gatos por el pelo blanco de princess que se regocijaba en el regazo del humano.

— Oh, bueno — soltó. — Hyung — llamó.

— ¿Sí, Nam-ssi? — preguntó dirigiéndole la mirada al menor.

— ¿Te gusta YoonGi? — habló directamente pues el moreno siempre iba al punto.

El castaño se volteó a ver a su mayor algunas veces y si bien se llevaba bien con el sujeto, no sabía si decir que se estaba enamorando o sólo era su amigo.

— No lo sé  — respondió.

— ¿Cómo que no sabes? — preguntó el moreno cruzandose de brazos para luego apoyarse contra el mostrador para ver al pálido.

HoSeok imitó la acción, pero no se recargó sólo miró al pálido.

— ¿Le ves algo interesante? — preguntó derrepente, pues había volteado a ver al pálido para analizarlo y aunque sí era guapo con ese rostro sereno, no había realmente una cualidad que le llamara la atención al moreno de él.

— Lo veo a él... interesante — respondió.

— ¿Interesante? — volteó hacía su mayor.

HoSeok asintió apartando su vista para dirigirla a su mayor. — Se muestra de esa manera, pero realmente es de otra forma, si no te das el gusto de conocerlo no podrás saber a lo que me refiero, pero dudo que quieras hacerlo — explicó y sonrió.

NamJoon lo miró con confusión. — Bueno, te dejaré con tu lo que sea, yo ya me voy, hasta mañana, Hobi-Hyung — se despidió el moreno.

— Hasta mañana, Nam-ssi — se despidió para luego ir con su mayor.

Dos personas solamente se encontraban en la cafetería, esas mismas personas se encontraban cepillado a los felinos del local, para luego de cepillados ponerlos en sus jaulas correspondientes y darles agua y comida. El pálido sonreía de vez en cuando gracias a los mínimos que le proporcionaban lamidas o a veces jugaban con él y él no los rechazaba en cambio jugaba con ellos. HoSeok sonreía cuando eso pasaba y era casí inevitable tener su mirada puesta en él. Esta vez no hablaron mucho por estar concentrados en su trabajo y ambos estaban bien con eso.

Luego de terminar de cepillar a los gatos, salieron del local y HoSeok cerró.

— Hasta mañana, YoonGi-Hyung — se despidió el castaño.

— Adiós, HoSeok — también se despidió y tomó rumbo a su casa que estaba hacia el otro lado que la de HoSeok.

El tez canela vio como su mayor se alejaba de él sin mirar atrás. YoonGi siempre era así y él parecía haberse adaptado a ese comportamiento de ser directo, algo serio, pero amable y sensible. Como esa vez que le contó las historias de los mínimos y mordió su labio incontables veces, HoSeok lo miró con atención y se dió cuenta que tenía los ojos cristalinos, por ello se dió cuenta que era una persona sensible aunque no lo aparentara. También parecían gustarle las cosas lindas, porqué le gustaban los gatos y a veces traía una mochila con un llavero de un oso pequeño. Si obserbavas bien podrías ver realmente quién era Min YoonGi, no era una persona seria y sin sentimientos, era una persona que le gustaban las cosas bonitas, era sensible y empático. Era una persona como cualquier otra y eso HoSeok lo había notado al estar ya varios meses conviviendo con él.

Café de gatos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora