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A partir de ese día, aquel cliente que fue empapado, concurrió al local para disfrutar de una taza de café, a veces era café caliente, pero mayormente era helado, a veces encargaba algún panecillo o galleta para disfrutar de su café, sin olvidar también disfrutarlo junto a los mininos que a veces llenaban el regazo del chico y este no ponía peros a ninguno. Supo que su nombre es Min YoonGi, que tenía 23 años y que era diseñador gráfico, a lo cual se dedicaba.

Habían pasado dos meses desde el primer día que Min YoonGi entró a aquel café.

En toda la tarde YoonGi no se presentó como ya le era costumbre, por ello HoSeok estaba algo consternado al no ver a su más puntual cliente, pero su consternación desapareció pues el pálido llegó ya en la noche casi para cerrar. HoSeok sonrió al verlo.

— Buenas noches, YoonGi-Hyung — saludó sonriente.

— Ho- — fue interrumpido.

— Hyung, ya terminé de limpiar las máquinas — un chico moreno y alto salió de la cocina, pero cuando vio al pálido se puso un poco serio.

— Gracias, NamJoon — agradeció con una sonrisa el castaño.

— Bueno, parece que tendré que volver a limpiarlas — dijo pues tendría que preparar el café de aquel cliente. — Dame la orden — le dijo a su mayor.

— No te preocupes, Nam, ya trabajaste mucho por hoy, déjame a mí hacerme cargo, tú vete a casa — ordenó de manera amable.

NamJoon agradeció a los cielos y más a su amable Hyung que tuvo piedad, pues realmente estaba cansado, ya que estudiaba y trabajaba al mismo tiempo.

— Gracias, Hobi-Hyung, nos vemos mañana — sonrió y salió de detrás del mostrador.

— Cuídate, nos vemos mañana — se despidió para luego prestarle mayor importancia al cliente.

— Lo siento, llegué muy tarde, seguro estás cansado, vendré mañana — dijo con rostro calmado y suspiró un poco.

— No es molestia, YoonGi-Hyung, es uno de nuestros mejores clientes ¿Cómo podría negarle la entrada? — tranquilizó el castaño. — Dígame, ¿Qué quiere ordenar? —.

— Un caramel macchiato — contestó mientras sacaba su billetera para pagar.

— Bien, espere un poco para poder llevarle su orden — dijo antes de dirigirse a la cocina para preparar la última orden del día.

YoonGi se fue a sentar en el área de gatos que aún estaban ahí para su suerte, rápidamente se le acercó aquel gato que se le había acercado primero hace meses.

— Hola, Hope — saludó el pálido sonriendole un poco para darle mimos.

El gato saludó con un "Miau" y recibió gustoso los mimos de aquel hombre que ya conocía muy bien.

Pero no fue el único que se le acercó, una manada de gatos se le vino encima al ser el único cliente y YoonGi no puso peros en recibir a cada uno con un saludo y una caricia.

— Hola, Suga — saludó al gato negro que se dejó acariciar un poco, para luego acostarse al lado del gato naranja. — Hola, Mochi — acarició al gato de raza Munchkin, con motas de color blanco, negro y naranja, ojos almendrados y mirada inocente. — Hola, Tiger —. Era un gato de raza mixta, de color gris, con rayas negras, y ojos verdes, que se acostó a un costado al ya estar ocupado todo el espacio en su regazo. — Hola, Cookie — acarició al mencionado. Es un gato de raza Chartreux, es de color gris con los ojos de color naranja, que se acostó junto a Tiger. — Hola, princess — saludó a aquel gato mimoso. Es un gato Ragdoll, de color blanco con ojos azules, que se acostó en su otro costado contra su muslo. Y por último acarició a un gato siamés de ojos azules. — Hola, Mon-Mon —. El mencionado se acostó contra princess.

Café de gatos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora