Capítulo IV (corto)

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—Incluso si pudiera reencarnaria en alguien digno para usted...

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La joven se quedó en silencio y desvío su mirada al frente manteniendo una suave sonrisa... lo que había dicho era algo muy dulce.

—¿Por qué Tae no es como tu?

Handong, sintió como su corazón se detuvo y giro su mirada hacia la joven totalmente anonadada pensando en que responder.

—Señorita Lee...

Gahyeon se quedó atenta a lo que diría Handong, sin embargo, esta solo se levanto y le mostró al gatito buscando cambiar el tema de conversación.

—Lo encontré y me pareció lindo dárselo... así cuando yo no me encuentre cerca de usted este peludito podrá cuidarte.

Si bien a la menor, le aterraban los animales... aquel minino le causó escalofríos... como si de un deja vu se tratase.

Gahyeon sonrió acercándose al pequeño animal tomándolo en sus manos acariciando suavemente su cabecita mirando los ojos cerrados del animal.

—Ella es igual pero diferente... mi Gahyeon le temía a los animales.— pensó la china.

—Gahyeon-ah... mira lo que me encontré afuera...— Llamo una Handong empapada mientras quitaba sus zapatos. —Venía para acá y escuche sus maullidos... no es lindo.

Con cuidado, la chica más alta quito su chaqueta y la dejo sobre el suelo antes de caminar buscando dejar al animal en un lugar cálido.

—Handong... te he dicho que no... me gustan los animales.

La menor se notaba molesta pero rápido, esa molestia se transformo en susto cuando su contraria acercó a aquel gatito.

—Lo llamare nannan...

—¡Oh no! No se quedará.

—¡Pero míralo! Tan chiquito, tan indefenso... sin nadie quien lo ame... justo como yo antes de conocerte...

—Handong... es muy lindo, ¿como podemos llamarlo?— cuestiono Gahyeon.

—Nannan... suena lindo, ¿No crees?

La menor mostró una genuina alegría antes de acercarse a su mayor abrazándola... pero en el momento que sintió los brazos de Handong rodear su cuerpo una paz inundó su cuerpo.

—Llevemos al pequeño dentro.

La extranjera asintió caminando detrás de Gahyeon en dirección a su hogar y luego de que Handong abrió la puerta, Gahyeon se dirigió a su habitación.

—Hanni... yo haré su camita... busca algo que pueda comer Nannan.

—Si señorita Lee.

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—En verdad no puedo creerlo Handong— comentó Gahyeon antes de mirar a si mayor. —Te he dicho que no me gustan los animales.

—Gahyeonnie... pero está lindo, prometo que no causará problemas... yo me estoy encargando de sus gastos.

La menor hizo un puchero acercándose a la extranjera para abrazarla recostando su cabeza en su pecho, suspirando al oír los latidos de su corazón.

—Siempre te sales con la tuya.

—Tal vez solo sea suerte.— respondió segura. —Bueno... realmente es suerte... y creo que tengo mucha... pues logre encontrarte.

Una sonrisa se marcó en el rostro de Lee, sintiendo como su corazón se aceleraba y sus mejillas se enrojecian.

—Soy la persona más afortunada de haberte conocido... llegaste a mi como un milagro... justo en el momento en que creía que todo se había acabado; llegaste tu con esa sonrisa a guiarme a la felicidad, contigo estoy segura de que nada malo pasará.

En la garganta de Handong un nudo se había formado antes de volver a su realidad donde suspiro dándose la media vuelta con la jarra de leche y un recipiente en las manos subiendo a la habitación de la menor.

—Señorita Lee....— Llamo Handong pero no recibió respuesta. —¿Señorita Lee? ¿Está tomando una siesta? Disculpe por tardar... entraré para darle de comer al peque.

Al abrir la puerta de la habitación una furia lleno a Handong dejando caer la jarra y el recipiente dirigiéndose en automático a aquel cerdo que intentaba tocar a Gahyeon.

—Maldita esclava... ¡no te metas en asuntos de pareja!

Esto, enfureció aún más a Handong así que entre forcejeo pudo patear en la espinilla de la pierna al cerdo de Kim haciendo que este se separara.

—Hija de... ¡Agh!— se quejo. —Esto no se va a quedar así Gahyeon... le diré a tu padre lo que hizo esta perra...

Cojeando un poco el chico abandono la habitación y en cuanto cerro la puerta, Handong giro su cuerpo para mirar a Gahyeon acercándose de inmediato.

—Señorita Lee, ¿está bien?

Un segundo abrazo había unido a las dos jóvenes, solo Handong puso su mano sobre la cabeza de Gahyeon oyendo su llanto rompiendo con el silencio.

—Señorita Lee... asumire toda la responsabilidad... no salga de su habitación, llamare a la mucama para que limpie esto y traiga más leche para el pequeño.

—¿Fue mi culpa?— pregunto triste Gahyeon. —No le quise dar un beso y le dije que si papá lo veía aquí estaríamos en problemas...

—¡Oh no! Señorita Lee, no diga eso... no fue su culpa.— respondió Handong tomando su mano. —Si usted no quiso besarlo él debía de entender... nadie puede forzarla a hacer algo que no desee.

—Si tan solo hubiera aceptado él no se hubiera enojado...

—Tranquila... ¿Vale? Asumire el castigo que me impongan... no importa, prometí que cuidaría de usted, ¿Lo recuerda?.

—Tengo miedo.

—No debe sentirlo. Estoy aquí para protegerla.

Sin más, Handong se dio la media vuelta para caminar a la puerta, pero Gahyeon tomó su muñeca impidiendo que ella se marchara.

—Hanni... ¿Dormirías conmigo esta noche?— pidió tímida.

—Claro señorita, lo que usted pida.

En una sonrisa, Handong hizo una ligera reverencia con la cabeza antes de retirarse de la habitación, Gahyeon solo suspiro mirando al pequeño gato beber de la leche tirada en el suelo.

—Cuidado, no quiero que te lastimes~

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⏰ Última actualización: Aug 27, 2023 ⏰

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Juntas a Des-tiempo / Gahdong. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora