×Capitulo 1:Comienzo×

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4 de noviembre de 1981. 08:30 AM

—Será enviado a Azkaban permanentemente y su hijo será enviado con su padre biológico, James Charlus Ryddle, antes conocido como Potter— declaró Barty Crouch mirando al hombre de ojos verdes intensos, aunque ya no tan verdes.

—Me niego— dijo el Ryddle manteniendo la calma en su voz mirando a su esposo con desprecio.

—¡No puedes hacerlo! ¡Es también mi hijo! — James se levantó de su asiento desesperado— ¡Es una orden del Ministerio de Magia!

—Pertenezco al ministerio—Gruño suavemente

—¡SILENCIO!—Barty golpeó la mesa con fuerza, despertando a un niño de apenas un año, cuyos ojos verdes mostraban curiosidad y sueño. Tom gruñó hacia su esposo y al ministro.

Los ojos del menor se cristalizaron al ver a tanta gente a su alrededor y comenzó a llorar y estando en brazos de una desconocida. James se acercó lo más rápido que pudo, pero Tom fue más rápido y tomó a su único hijo en brazos, asustando a la Auror, y gruñendo a James para que se alejara. El castaño obedeció al instante y detuvo sus pasos.

—Tom, muchacho, el lugar al que vas no es apto para el niño. Entiende que debe estar con su madre— Albus Dumbledore se levantó con una sonrisa amable.

—¿Solo por ser el que lo gesto? Soy su padre al igual que el. Además, no dejaría a mi hijo con un traidor—dijo una vez que su hijo se tranquilizó—. No quiero que aprenda a ser un traidor y solo vea por su propio bien. Un hipócrita que no le pueda importar ni su propia familia.

—Eso no es cierto— dijo James frunciendo el ceño.

—Lo es— Tom dirigió su mirada hacia su único hijo—. Mi hijo irá conmigo y no quiero que vengas a visitarnos por una estúpida "relación familiar" que acabas de romper.

El niño hizo un pequeño ruido con la garganta. Tom sonrió y miró a su hijo, quien al sentir ganada la atención de su padre, rió, rió tan fuerte que hizo callar a todo el lugar.

El ministro carraspeó.

—Frank, por favor, aleja al niño del Lord Voldemort—dijo. Tom retrocedió rápidamente al ver cómo el auror obedecía esa orden sin titubear.

—¡NO TIENEN DERECHO DE TOCAR A MI HIJO!— los ojos verdes brillaron en carmín y su magia comenzó a descontrolarse, abrazando protectoramente a su hijo. No pensaba soltarlo y dejarlo con toda esa gente.

—Lo siento, Potter, pero no hay vuelta atrás— dijo Barty Crouch soltando un suspiro—. El niño debe ser protegido y alejado de usted por seguridad de todos aquí.

James estaba desesperado. No podía creer que su hijo sería arrancado de sus brazos y enviado a vivir en Azkaban. No tenía palabras para expresar su dolor y frustración.

Maldijo a Tom en voz baja.

—No puedo dejar que esto suceda, Albus —dijo James mirando a Dumbledore con desesperación, en busca de ayuda-. Por favor.

Dumbledore suspiró y puso una mano reconfortante en el hombro de James.

—Comprendo tu dolor, James

—No no lo hace— dijo James apartando la mano del mayor

—Pero hay razones de seguridad que deben ser tomadas en cuenta— Continuo Dumbledore—. Tom tiene mucha magia acumulada, y usted irá empeoraría todo, si alejamos a Harry de él lo más probable es que nadie salga con vida de aquí.

James mordió sus labios, derrotado, no quería llorar. Sabía que Dumbledore tenía razón, pero eso no hacía más fácil aceptarlo.

—Lo sé— murmuró tan bajito que albis dudo en si dijo algo.

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