Cuentos y otras historias locas... tambien algunas en drogas

Té

¿Puede que sea masoquista tomar una taza de té hirviendo? Pues yo creo que sí. ¡Quien carajos disfruta quemarse las papilas, hacer sonidos raros y sentir como su lengua se vuelve una lija en tu boca! Les gusta el dolor, no tengo dudas.

Hace unos días me tope con una caja de té en el supermercado, anteriormente alguien me lo había recomendado, tuve un mal día e iba completamente ida vagando por los pasillos con la frente abajo y de pronto un pensamiento me invadió, escuche la voz de un viejo monstruo que decía: ¡levanta la cabeza, a veces lo que buscamos puede estar en frente parado y por tu maldita manía te estas equivocando! Degh, me dio recelo, pero tenía razón, al momento de hacerlo vi esa caja solitaria, estaba como esperando que alguien la encontrara, mire los demás té pero ninguno me gustaba, yo quería aquel de color blanco con letras verdes y negras pero los idiotas del supermercado lo habían dejado en el último estante. Casi como un desafío, con una caja de cereales comencé a empujarlo y ¡Surprise! Ya estaba en mi carro.

Llegando a casa calenté agua, agarré mi tazón y abrí la caja, nunca había sentido tan agradable aroma, debe ser Jasmín, pero no entiendo el idioma que tiene escrito en su exterior el sobre. Como sea, me senté y por mi ansiedad lo bebi sin percatarme que estaba hirviendo al punto de hacerme una quemadura en mis labios. Solté la taza y mande un grito pero no se imaginan el sabor que quedo en mi boca, ni el mejor banquete del planeta podría igualar ese té. No quise esperar y lo volví a beber... por supuesto otra vez las gotas ardientes como lava de volcán me quemaron, pero aquí voy otra vez, siento un éxtasis tan grande, un placer inigualable y a toda costa lo voy a disfrutar...

...No fue todo tan hermoso como lo relatado arriba.

Quemadura grado 3 en mis labios y mi lengua, el tratamiento es lento y no imaginan el dolor que siento, bote la estúpida caja con su preciosa portada, creo que tomare solo agua embotellada por un tiempo, los placeres de este mundo son tan asquerosos como el monstruo que me dijo lo que provocó esto.