Caos se apoderó de la ciudad, dentro de poco los habitantes se acostumbraron, pero yo todavía le rezo a quien me escuche por allá lejos, que me saque al menos un minuto de este infierno.
Llegó por primera vez hace muchísimos años, pero todos aprendimos a convivir con él. De generación en generación y día tras día fue trascendiendo más allá de nuestro propio entendimiento, casi como un parásito nos fue comiendo, nos fue moldeando y lentamente a algunos los tomó por completo. Como yo, otros quedamos en un limbo, Caos es realmente poderoso, ya tiene un planeta entero y estoy segura que en alguna otra galaxia también lo ha hecho. Liberó cada demonio interno que habitaba en los seres humanos, por otro lado, condenó al exilio a las demás especies, como dije, solo algunos nos estamos salvando, pero encontramos una cura, al menos eso creemos.
Les escribo esto en el último día de mi vida y estoy segura que lo será. El Caos lo consumió todo, aún queda un pequeño porcentaje en batalla, luchando de sol a sol contra una horda de zombis vivientes consumidos por su orgullo y vanidad, yo como esos tantos caí en una trampa... He pecado, como dirían mis hermanos, le vendí mi alma a quien no debía por un poco de paz, mi cabeza daba vueltas hace eones entre un mar de estrellas y nadando en ella sentía el canto de una ballena, cada vez más lejano, cada vez más apagado. No puedo seguir hablando, están a punto de apagar mi cerebro y solo les pido que no intenten salvar, los monstruos que crearon se construyen, se compran y se venden. Adiós amigos míos, yo misma me rindo.
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Cuentos y otras historias locas... tambien algunas en drogas
CasualePoemas, cuentos breves y todo lo que mi drogada imaginación escribió.