PRETTY BOY

27. IT'S OVER

— Bastardo...

Jimin se giró para quedar nuevamente frente a Jungkook, él no derramaría una sola lagrima frente a ese hombre, era suficiente haber pisoteado él mismo su orgullo, no necesitaba ayuda de nadie más.

Aún con ese maldito nudo en su garganta, ese que dolía y que no le permitía hablar dignamente, aún con la mirada acuosa tuvo el valor necesario para levantar la cabeza acercarse al maldito y enterrarle su puño justo en el estómago en un perfecto gancho.

Jungkook jamás se lo esperó y al estar desprevenido recibió el fuerte impacto del golpe de Jimin haciéndole perder el aire y caer de rodillas frente al modelo llevándose una mano sobre la zona afectada.

Jimin le vio desde arriba con furia liquida en sus ojos y le dirigió las últimas palabras quebrajosas con todo el desprecio y decepción que sentía hacia Jungkook.

— Lamento profundamente haber abierto y entregado mi corazón a alguien tan falso y ruin como tú, no fingiré estar bien porque no lo estoy, pero mañana y cada uno de mis días me esforzaré en sacarte y borrarte de mi memoria.

Desearía nuestras vidas nunca se hubieran cruzado. ¡Ah! por cierto, es una pena que nada de lo que conservas de mi tenga valor, videos o fotografías no importa, ya que gracias a ser un tonto niño de solo veinte años sin experiencia en el amor como tú mismo dices, elegí destruir mi carrera por tus mentiras... Al final no eres tan perfecto como crees y fallaste en no considerar cuantas locuras podía yo cometer por amor, ahora te quedaras en la calle justo como antes de conocerme.

Jungkook nunca levantó la mirada del suelo, tampoco dijo nada, se quedó allí arrodillado frente a las botas de Jimin para luego ver como giraban en dirección contraria y se alejaban por el pasillo para luego perderse en el elevador.

Jimin salió del edificio sin saber que hacer ni que rumbo tomar, quería caminar y caminar, alejarse lo más que podía de todo y de todos. Quería caminar tanto hasta que sus pies sangraran, caminar hasta llegar al fin del mundo y todavía un poco más lejos de allí de ser posible.

Quería poder dejar de pensar en lo que había pasado, quería olvidar todo lo que había escuchado, quería que el fuerte viento se llevara el dolor en su pecho, que el frio aire que entraba a sus pulmones congelara sus sentimientos por toda la eternidad.

Esa noche las calles estaban solas, algunos postes de alumbrado público no estaban encendidos dándole un aspecto lúgubre y deprimente a la ciudad. Exhalaba una gran cantidad de vaho por su boca debido a su agitada respiración mientras pequeños copos de nieve se acumulaban sobre sus pestañas.

Torpes pasos que conducían su alma errante a la profundidad de un pequeño parque, Ya no sentía el mismo valor que inundó su cuerpo frente a Jungkook, ¿Qué le pasaba?

De pronto comenzó a reír, reír y reír como un loco en la soledad de la noche, Jimin río hasta que su estómago comenzaba a doler para luego dar paso a rebeldes lágrimas que sus ojos no pudieron contener más, lloró y luego lloró con más fuerzas.

Su caminar se detuvo, no podía controlar el temblor en sus piernas, no más... necesitaba sacarlo de su cuerpo y arrancar a Jungkook de su piel.

Se apoyó de espalda en el tronco de un enorme árbol de ramas crujientes tenebrosas, poco a poco fue deslizándose hasta quedar en cuclillas, cerró sus ojos y susurró a la noche su dolor con la esperanza de que el viento se lo llevara lejos de él.

— Es hora de irnos Jimin. -Lucas quien todo el tiempo se había mantenido tras el menor tendió su mano y luego lo envolvió en un fuerte abrazo consolador hasta que se calmó-.